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Thursday, February 10, 2011

Cuando el alma habita...



"aunque en mi dni aparezca esta dirección...
aunque aquí me lleguen las cartas del banco...
aunque sea capaz de caminar sin tropezar,
por cada habitación, con las luces apagadas...
Esta no es mi casa..."



Cuando cumplí tres años de haber salido de Venezuela escribí esas sangrantes líneas que encabezan este post...

Hoy se cumplen 8 años de mi llegada a España y sería injusta si ahora repitiera lo mismo. Hay gente que juzga, que critica, que no entiende, pero es igual, ya han dejado de dolerme las palabras que rezuman envidia, patrioterismo (que no patriotismo).

He aprendido que quien juzga sin caminar al menos un kilómetro en los zapatos del otro, no tiene autoridad ni poder sobre mi vida...


Extraño mi país, mi Caracas, su Ávila inigualable, a mi padre, mis amigos, la dulzura de la gente, la comida, los horarios y hasta la forma de hablar, pero mi hogar ahora, en este momento, está aquí...

Quién sepa lo que será de sí mismo mañana que tire la primera piedra...









Monday, February 7, 2011

Lo que nos llevamos...

Hace unos meses fui a una boda, la verdad mi alma no estaba como para ir de fiesta, pero era un compromiso y había que ir. Todo esto se los comento porque me encantó una frase que el oficiante utilizó como el tema central del sermón: "al final lo que nos llevamos de esta vida es lo que amamos, lo que damos y recibimos..."

Cuando se ha perdido todo -y cuando digo todo es todo-, las prioridades nos cambian. En mi caso el proceso comenzó durante la dictadura que impera en mi país, mucho antes de imaginar siquiera el desenlace, y transcurre ahora, en este tiempo que transito actualmente, lejos de mi Tierra.


Primero me vi enfrentada al cáncer varias veces. Cuando piensas por primera vez en la muerte -tu muerte- las prioridades cambian porque sí. De pronto las cosas importantes, pero no esenciales, pasan al último lugar. Revisas cada rincón de tu existencia, te das cuenta de que quedan demasiadísimas cosas en el tintero y no sabes si te dará tiempo a escribir con ella tantas cosas que querrías, en tu Libro de Vida...

Y si cuando medianamente estás enderezando el barco y el temporal te da un pelín de tregua, te tienes que ir de tu país prácticamente con lo puesto, entonces ya la cosa cobra dimensiones insospechadas y ni siquiera el adjetivo "titánica" las abarca...

A partir de ahí no vuelves a ser la misma persona, las depres te parecen una pérdida total de tiempo y de energías, aunque caigas en ellas y luches por superarlas con toda tu alma. Una puesta de sol, un amanecer, una sonrisa, una flor, un gesto, un sentimiento o un abrazo cobran brillos que probablemente siempre estuvieron ahí, pero que tú recién descubres en toda su exacta magnitud...

Me da mucha risa porque a veces en cosas tan cotidianas como la cocina, mi mamá me dice que compre este o aquel cacharro, y yo le suelto siempre un "olvídate, mami, si no cabe en la maleta, en esta casa no entra, no lo necesitamos, hemos funcionado sin él hasta ahora, así que indispensable no es", y ahí queda zanjado el tema y, por supuestísimo, el cacharro no se compra...

Así va pasando en la vida. Sí, caigo en pozos profundos. Sí, lloro y despotrico. Sí, a veces la desesperación me gana y dentro de mi, una voz desgarrada clama por mi vida de antes. Pero tengo claro que no hay vuelta atrás, la vida es como los puentes esos que aperecen en las pelis, que se van deshaciendo detrás de ti con cada paso que das. Mi papá me decía anoche, mientras hablábamos por teléfono, "no mires atrás, mira hacia delante, no te tragues las penas, porque no es sano, pero no dejes de mirar hacia delante y caminar..."
Es eso... al final lo que nos llevamos y nos avala en el "más pa'llá", es el amor que hemos dado y recibido, ese trozo de alma que damos y que también recibimos de los demás... y es también de lo que dejamos impregnado el mundo y por lo que alguna vez nos recordarán aquellos cuyas vidas tocamos y nos tocaron...









Monday, January 24, 2011

Sombras de la china...

Me encanta hacer sombras con las manos, figuras sobre la pared que me llevan a territorios lejanos, donde a la hora de dormir mi papá o mi mamá se metían conmigo en la cama y me hacían con las manos, sombras en la pared con formas de conejitos, palomas, arañitas... así que me encontré este video y quise compartirlo con todos Ustedes :)








Saturday, October 30, 2010

Cuando me haya ido...



...Un día me iré sin haberte conocido nunca. Recordarás entonces mis ojos grandes, oscuros. Mis silenciosos reproches. Mis gemidos de angustia al dormir. Mis pesadillas que eres incapaz de conjurar. Recordarás todo eso cuando me haya ido...


Arturo Pérez-Reverte
El Club Dumas

Monday, May 17, 2010

Corazones rotos: Dejar ir...

Hay un post de 2007 que, aunque apenas tiene comentarios, ha sido un tema sobre el cual muchísimas personas, luego de leerlo, me han escrito correos desgarradores, pidiéndome consejo o sencillamente haciendo catársis en momentos de ruptura amorosa o de pérdida de amigos. Mis respuestas hablan inevitablemente desde mi experiencia en el tema y, en honor a la verdad, es un tema que tiene muchas aristas y sobre el cual se podría escribir, como en efecto se han escrito, millones de páginas. Así que adelanto que este post solo trata de abarcar  brevemente el proceso de ruptura, la elaboración del duelo que lleva consigo y la importancia que tiene la forma en que encaremos y aceptemos la situación, por más dolorosa que pueda ser...

En nuestro camino encontramos muchas almas con las que compartimos vivencias que contribuyen a nuestro crecimiento y al suyo propio. Juntos aprendemos lecciones, celebramos triunfos, lloramos derrotas y compartimos el amor. Pero, a veces, no hay más remedio que decir adiós, por las razones que cada caso conlleve. Hay despedidas que llegan de manera repentina, inesperada, sin advertencia, y hay despedidas que podemos decidir, cuando ya no quedan asideros para mantener en pie la relación...

Cuánto dura una etapa de despedida no es importante, pero sí lo es la actitud que adoptemos frente a ellas... Podemos cerrar el corazón y sentirnos amargados, perdedores. O podemos despedirnos con el corazón abierto, agradeciendo todo lo que hemos aprendido. Podemos decir adiós emitiendo juicios duros, preguntándonos qué hicimos mal para que nuestro camino nos impidiera continuar unidos e incluso culpar al otro... O podemos hacerlo con una actitud de confianza, de amor, en la certeza de que nuestros corazones nos unieron durante un tiempo para disfrutar de la vida y avanzar en nuestro viaje. Podemos decir adiós sintiendo tristeza, dolor, bloqueando nuestras emociones, diciéndonos que así es la vida... O podemos hacerlo con el corazón abierto, aceptando que a veces es hora de dejar ir...

No siempre podemos elegir el momento, pero sí podemos elegir qué recuerdos y sentimientos guardar en nuestro corazón. Yo creo que es inevitable sentir tristeza, añoranza, cuando nos despedimos de alguien que ocupó un lugar importante en nuestras vidas, como también creo que vivir esa etapa de duelo es necesario y sano. Lo que no hay que hacer es aferrarse a ella, en la certeza de que un día se terminará y la Vida nos volverá a sonreír, luminosa... "Eso también pasará" ¡Es una promesa! :)



Monday, February 1, 2010

Sabas Nieves...







Los caraqueños más o menos asiduos de el Ávila saben por dónde voy, los demás estarán con cara de "¿Y ese título del post?". Así que allá voy con el cuento.


El Ávila forma parte de Caracas, se le puede ver desde todos los puntos de la ciudad, como puede verse en la foto que inicia este post. Los caraqueños no necesitamos brújulas para orientarnos. Miramos El Ávila y sabemos que ése es el norte, así que nos ubicamos perfectamente, aunque estemos en zonas de la ciudad que no nos sean familiares :)

 

Uno de los paseos que más se hacen al Ávila es, sin duda alguna, la subida al puesto de Guardaparques Sabas Nieves, comenzando el ascenso desde la urbanización Altamira. A lo largo de todo el día suben cientos de personas, los asiduos para hacer ejercicio, los itinerantes para tener un poco de contacto con la naturaleza.



El camino es ancho, de tierra es rojiza y la subida es muuuuy fuerte. Los que están full entrenados suben en 15 ó 20 minutos, los que tienen más o menos buenas condiciones lo hacen en media hora y los hay que no llegan jamás :D.

Yo confieso que cuando comencé con aquella rutina de subir, al principio tardaba 45 minutos y subía con una persona que lo hacía el 20, así que él me esperaba arriba y yo iba a mi entera bola, ¡procurando no morirme ahogada!. Una vez que ya tenía entrenamiento, lo llegué a subir en 35 minutos, lo cual para mi era ún record olímpico: Yo en terreno plano llego caminando al fin del mundo, en subida me cuesta el alma, lo confieso.






A mitad de camino se encuentra este banquito, un sitio que adoro y que tiene una vista espectacular. Ahí es donde irán a dar mis cenizas el día que me toque volar a otros mundos :)


Cuando ya se llega arriba hay una plataforma para hacer ejercicios, una gramita (césped) que es una caricia para el cuerpo y para el alma, cuando se llega al Guardaparques, y el mejor guarapito de papelón con limón que me he tomado en mi vida...



Recuerdo una vez, al principio de mi entrenamiento, que ya me quedaba solo el último trecho y veía la grama, estaba en tal estado de desentrenamiento que me iba a dar un síncope de lo mal que estaba respirando, y el trecho que me faltaba era el peor... Me detuve, me di la vuelta para mirar la ciudad mientras recuperaba la respiración, y lo que vi no podía creerlo: al pie de esa última subida, que es la peor por lo inclinada, venía un chico de unos 25 años, al que le faltaba una pierna y subía apoyado en muletas... Cuando me vio me dijo "¡Venga, catira (rubia), que te estoy alcanzando!" Era un chico joven, guapísimo, con un torso que debe ser igualito al de Hércules y unos brazos espectaculares. Él llegó antes que yo, porque entre otras cosas, la lección que acababa de darme me dejó en shock... Cuando llegué arriba, palmeó la grama (césped) indicándome que me sentara a su lado. Ahí supe que la pierna la había perdido en un accidente de moto, pero él se había propuesto que, en todo lo posible, su vida no cambiara. Por eso seguía subiendo a Sabas Nieves y ¡en el mismo tiempo que cuando tenía las dos piernas!. Seguramente él ni me recordará, porque nunca más volvimos a coincidir (lamentablemente), pero yo no he dejado de recordarlo nunca, porque es una de las personas que tocó mi vida con su magia...


Las fotos y la información las he sacado de aquí










Vista satelital de la ruta

Sunday, January 10, 2010

Un sobrecito de azúcar para ti...

Este texto lo recibí de una lista a la que estoy suscrita hace muchos años, me pareció lindísima la simbología que utiliza para transmitir un mensaje potente y hermoso que me conmovió mucho, quizás porque recién me parece que estoy saliendo (espero) de una etapa interior oscura, muy solitaria y muy dolorosa para mi, que me está costando superar (burra que es una) y el mensajito, en su simpleza, me transmitió mucha luz.


Aunque quizás ninguno de los que me leen a diario haya notado siquiera lo que atravieso, para mi ha significado y significa mucho que estén, que se den el rato de leer lo que subo y de comentar con el cariño con que lo hacen, porque sin saberlo me acompañan y me impulsan a caminar... Por eso traigo este texto hoy, porque quiero regalarles a cada uno un sobrecito de azúcar con todo mi Amor... por supuesto, el sobrecito éstá lleno de azúcar venezolana (ver sobrecito en foto :)


En estos momentos empiezo una etapa nueva de mi vida, ilusionada y asustada con lo desconocido, pero decidida a salir de una vez por todas adelante, por mi, por los míos, porque nos lo merecemos...

Todo mi cariño en este sobrecito de azúcar para ti :)









Azúcar para la suerte...





Tomá. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guardalo. Ponelo en un bolsillo de tu cartera o en un cajón de la cómoda.
¿Vos no creés en estas cosas?

Si, seguro que creés.
Todos creen, aunque digan que no. Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo.

Pero fundamentalmente, vos estás segur@ de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amig@s, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel.

En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podria dibujar, eso sí exactamente, tus sueños.

Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número "tanto" de esta página (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae), lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.

A vos que sos de sagitario como yo, o de acuario como mi hija, o...¿de qué signo sos?

Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien aspectados para vos.
Que tengas tantas ganas de vivir,

que nada te las pueda anestesiar.
Hará que entiendas que la libertad
no es algo que nos llega de afuera,
una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia,
sino que es algo que tenemos adentro,
que nos pone alas en la mente y en el corazón,
para que nuestras ideas y nuestros sentimientos
puedan volar aunque nos tengan encadenadas
a una silla, amordazadas, quietas, entre rejas,
amenazadas.

Lo que sale a volar es el alma...

la que viaja es el alma,
por lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ...
de siete mil colores.

Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan.

Y no la perturban las sombras, porque ella es como
una invencible mariposa de luz.

Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda. Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la abuela....

Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus historias de amores y de bailes girando interminablemente...

Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al soplar las velitas...

Y es la abuela paciente enseñándonos a tejer en punto santa clara, una bufanda que nos llegaba hasta los pies.

Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un "muy bien, diez" que despertaba el orgullo de papá.

Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos más mujeres.

Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de nailon.

Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del barrio, enamorado y ávido.


Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de casa, la sortija de casamiento, el bebé chiquitito que nos convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera grande y pudiera valerse por sí mismo.

Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países, los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro mosqueteras... Qué sé yo.

Transformá cada granito de azúcar en lo que quieras.

En un recuerdo, en una persona, en una esperanza, en un regreso.

¿Por qué no en un regreso? Si al final las historias son un poco círculos concéntricos que se van repitiendo, unidas en un punto que quién sabe cuál es.


Pero acordate que el sobrecito te lo di yo.
Que te tuve en cuenta.
Que sé que estás ahí.
Que cuando escribo siempre estoy buscando algo para dejar entre tus manos.
Y vos sabés donde podés encontrarme.
Triste o contenta, enamorada o rota, pero cercana y tibia, y toda, toda, de verdad, en estas palabras.

Este sobrecito de azúcar guárdalo bien.
Te va a dar suerte, estoy segura.

A mi una vez me regalaron uno y me dijeron lo mismo....
Y fue verdad.

Poldy Bird






Recibido de la lista ViTaMiNaS PaRa eL AlmA®




Monday, January 4, 2010

El anillo del Rey...


Yo suelo volver sobre mis pasos, a veces me sorprendo a mi misma, otras me quedo asustada, porque noto los ciclos, cómo regresan etapas. Veo aquello en lo que he crecido y las cosas que me hacen retroceder. Aquello en lo que brillo y en las situaciones en que me puedo opacar hasta casi desaparecer en transparencias, lo que suele suceder cuando tengo el alma en carne viva.

Lo que no varía en el tiempo es esta terquedad por seguir, aún cuando las fuerzas no me acompañen. Cuando eso pasa, cuando las pilas se me descargan y me pesa hasta el aire, me pongo en automático, un pie delante del otro, repitiendo como un mantra "esto también pasará"... hasta que pasa... Igual me pasa cuando la felicidad me inunda la Vida. En ese caso, abro todos los sentidos y me empapo de esas energías fabulosas, que son las que me sostienen cuando llega la época del temporal...

De eso va este post de hoy... de las cosas que pasan...


 







El anillo del Rey...

 

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de su corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.


El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje.


El anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey.


Pero no lo leas, le dijo,
mantenlo escondido en el anillo.

-
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado,
cuando no encuentres salida a la situación.


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió su reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle, caer por él sería el fin, y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...


De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso, simplemente decía:


 "Esto también pasará...".


Mientras leía el mensaje sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.


Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.


El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:


- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.


-
¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente
celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una

situación sin salida.


- Escucha, dijo el anciano,
este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas,
también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado;
también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último;
también es para cuando eres el primero.


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará...", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.


Entonces el anciano le dijo:

Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la
naturaleza misma de las cosas.
Grábatelo bien en tu cabeza y en tu corazón.

Desconozco su Autor/a





Sunday, December 20, 2009

El Espíritu de la Navidad...

El Espíritu de la Navidad es una tradicón de los países nórdicos, pero desde hace muchos años se ha adoptado en Venezuela, como parte de las costumbres propias de la época navideña.

Según cuenta la leyenda, el Espíritu llegó al planeta proveniente de una galaxia lejana y se instaló en el norte de Europa, en lo que hoy se conoce como la Península Escandinava. Este espíritu es una energía que viene desde del centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir paz, amor, armonía y felicidad.

Tradicionalmente el Espíritu de la Navidad se recibe con un ritual efectuado el 21 de diciembre, exactamente entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, cuando el Espíritu de la Navidad desciende para acompañarnos en estas fiestas navideñas. Por si alguien se anima a hacerlo es que he adelantado un día a mi tradicional post de los lunes, así les dará tiempo a preparase :)

En mi caso particular yo encendía muchas velas -daba igual el color, pero casi siempre eran blancas, y las colocaba por el salón y el comedor; tenía a mano papel, bolígrafo y una tijera. Sin embargo, hay quienes dicen que las velas deben ser tres: una azul (paz), una amarilla (felicidad) y una vela roja (amor), colocadas formando un triángulo y encendidas en el sentido de las manillas del reloj.

A continuación abría todas las ventanas de casa para que entrase el Espíritu de la Navidad y me tomaba unos instantes para reflexionar y tomar contacto con esa energía. A continuación, tomaba papel y bolígrafo e iba escribiendo mis peticiones. Yo no guardaba ningún orden en especial para las peticiones, pero hay quienes dicen que hay que pedir primero por la paz, luego por el propio país, luego por los nuestros y, por último, por nosotros mismos.

Las peticiones se escriben por una sola cara de la hoja de papel y con una separación de un par de centímetros entre una y otra. No hay límites para el número de peticiones y el papel (o papeles) debe ser conservado hasta el año siguiente, porque entonces se sacará y se irán recortando aquellas peticiones que se hayan cumplido, quemándolas en la llama de las velas, agradeciendo por los deseos cumplidos.

En esta noche mágica, la más larga del año, demos la bienvenida al Espíritu de la Navidad y dejemos que su energía nos envuelva, toquemos dentro de nosotros el verdadero Espíritu de la Navidad, ése que nos hace ser mejores con nosotros mismos y con los demás: el Am♥r

¡¡¡Feliz Navidad para todos!!!


Monday, December 7, 2009

Inevitable...








Hace frío y estoy insomne...

Las imágenes y los sonidos vagan libres por mi cabeza, sin nada que los perturbe o los atenúe... tratar de asir uno es casi imposible: pasan y suenan como en un slide show, se superponen, llenan mi mente de color y de voces durante un parpadeo, y en seguida surge otro (sonido) y otra (imagen)... Me gusta esta sensación, este mecanismo maravilloso de los recuerdos que se apodera de mi sin aviso previo...

Probablemente sea cierto que sublimamos el pasado, que bajo su influjo suavizamos dolores y aprehendemos las pinceladas suaves, esas que acarician y no duelen... lugares, palabras, colores y aromas arriban llenándolo todo... y así surgen, uno tras otros, nítidos, a full color, olorosos y en estéreo:


La mano de mi padre sujetando el sillín de mi bici para ayudarme a mantener el equilibrio... Darling, nuestra pastor alemán (foto), llevándome sobre su lomo al Colegio Humboldt, en Puerto La Cruz... la sensación de libertad que sentía sentada en nuestra lancha... Arapo y Arapito surgiendo entre la bruma mañanera, bañadas de mar Caribe...
Las lecciones de latín que me daba mi padre cuando me llevaba hacia el colegio cada mañana...
La primera vez que toqué el cuatro y la guitarra sin previo aprendizaje, como si hubieran formado parte de mi desde siempre...
La época en que nos reuníamos a bebernos a Becquer y a Lorca tratando de conjurar para nosotros sus musas...
Las patinatas de Diciembre y los amaneceres gaiteros en El Poliedro de Caracas...

Las obras de teatro en el colegio, riéndonos entre bastidores, con las prisas del cambio de vestuario...

El coraje que me daba, cuando en el último año de bachillerato, mis compañeras no me tomaban en serio porque solo tenía 15 años, frente al terror que me daba la Universidad cuando la pisé por primera vez para ir a clases con esa misma edad...
El primer viaje trasatlántico sola, con 15 años, y la cara del policía de la aduana cuando mis tíos, que me estaban esperando en Barajas, les pidieron pasar porque yo era una niña, y salieron con una "niña" de 1.70 m de estatura...
Los cines de verano con las estrellas por techo...
La primera vez que me bebí Nueva York con los ojos...
El hormigueo en la piel que siempre me asaltaba -y me asalta- cuando estaba -estoy- en una biblioteca o en una librería...
Nuestra casa de playa en Chichiriviche (Estado Falcón, Venezuela)... las fogatas en la playa... y las carreras que yo pegaba para huir lejos, cuando mi papá llegaba con dos sacos de cangrejos que le habían costado 2 bolívares cada uno (50 centavos de dólar de la época), porque no podía escucharlos arañar las ollas, mientras los hervían (¡aún hoy me parece terrorífico e inhumano!)...
Las escapadas a Cata con los amigos (la foto aquella con la guitarra, ¿recuerdan?) y las noches que pasábamos insomnes, porque los murciélagos aleteaban en el techo de la casa... las acampadas en la misma playa, sentados en la orilla, esperando el amanecer...
La primera vez que escuché "La canción del elegido" de Silvio Rodríguez y se me grabó a fuego, lo que más tarde habría de aprender en carne propia: "lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida..."


Ya vienen las ganas de dormir... dicen que ya tienen material más que suficiente para poblar de sueños mi cabeza... y me voy sonriente a la cama, porque se que veré paisajes maravillosos esta noche que, cosa extraña en mi, tengo la certeza de que dormiré como los dioses...








Escrito en la madrugada del 15 de Enero de 2008 y vigente de principio a fin :)
La foto es de las pocas que se medio salvó de quedarse en mi casa de Caracas, y se la quité a mi mamá para escanearla. De izquierda a derecha: yo, mi hermano Diego, mi primo Fernando y Darling, nuestra pastor alemán que no necesitaba hablar para hacerse entender perfectísimamente; estábamos en nuestra casa de Puerto La Cruz. Mientras mi papá tomaba la foto, yo gritaba "Cazáááán", llamando a nuestro otro perrito, hijo de Darling :)




Sunday, November 22, 2009

Voy a poner la mesa...

El comedor de mi casa




Voy a poner la mesa para almorzar, pienso, mientras quito de la mesa del comedor, los libros con los que estaba estudiando y los pongo sobre mi escritorio.

Organizo la ropa que tenía en el otro lado de la mesa y que había planchado por la mañana. La distribuyo en los closets de las habitaciones de cada quien. Ya que estoy, acomodo zapatos, aliso cubrecamas, levanto del todo los shades y abro las ventanas.

Vuelvo a pasar por el comedor y recuerdo que iba a poner la mesa...

Voy a la cocina, saco el mantel, lo despliego sobre la mesa del comedor y veo que está manchadísimo. "Joder, estas nenas guardan el mantel sucio, en vez de meterlo en la lavadora".

Me devuelvo a la cocina, entro al lavadero, meto el matel en la lavadora y veo que está llena. Ya que estoy, le echo jabón, suavizante, selecciono el ciclo de lavado y la dejo lavando.

Regreso a la cocina, saco un mantel limpio, me voy al comedor y lo extiendo sobre la mesa.

Suena el teléfono. Respondo la llamada y me llevo el teléfono a la cocina.

Lavo las cosas que he utilizado para hacer el almuerzo y que no suelo meter en el lava-vajillas.

Saco cubiertos, platos, servilletas, vasos y los voy poniendo sobre la encimera de la cocina, sin dejar de hablar con el técnico del aire acondicionado, que me habla de kilovatios y amperios, como quien habla del tiempo.

Sigo hablando mientras hago la ensalada: corto lechuga, escarola, espinacas, alcachofas, daditos de queso manchego y de jamón ahumado. Añado pasitas y preparo una vinagreta con aceite de oliva, vinagre de Módena, miel y yogurt natural.

Cuelgo el teléfono, apunto los datos que me dió el técnico, porque seguro que en dos minutos más no los voy a recordar.

Vuelvo a la cocina. Ahora sí, me llevo todo a la mesa y lo coloco...

Me siento aquí y escribo todo esto, pero tengo que parar porque la lavadora ha terminado todo el ciclo de lavado y tengo que tender la ropa...
 Seguro que habrá quien de más vueltas que yo...




Me entra la duda: Si pusiera en línea recta todos los pasos que he dado sin salir de casa, desde que me levanté a las 7 am hasta ahora (2:00 pm), ¿hasta dónde me llevarían?
Seguro que a Écija...

Monday, November 9, 2009

De lo eterno y lo efímero...


"A menudo me he preguntado, como miles de otros...,
si hice bien en escapar de mi país durante la dictadura,
si tenía derecho a desarraigar a mis hijos y arrastar(los)...
a un futuro incierto en un país extranjero, o si hubiera
sido preferible quedarnos tratando de pasar desapercibidos,
pero esas preguntas no tienen respuesta. Las cosas se dieron
inexorablemente, como en las tragedias griegas; la fatalidad
estaba ante mis ojos, pero no pude evitar los pasos que
conducían a ella..."

Isabel Allende
"Paula"




Si algo me salvó de volverme loca y no morirme de dolor -textual-, cuando salí de Venezuela, fue el asumir que "esto es lo que hay, tengo que echarle un camión de ovarios y seguir... un pie delante del otro..."


Lo que sí no he podido relativizar es el tiempo, me parece que en vez de casi siete años han pasado quillones y cuando vuelvo la vista atrás, a veces siento que "antes de vivir en España" fue un sueño, la vida de otra persona que tiene mi cara, pero no soy yo...


El día que llegué a España, supuestamente solo por 10 días, (el próximo 10 de febrero cumplo siete años aquí), lo único que me entibió el corazón fue ver a mi Petardi - ¡te quiero!- esperándome con todo su cariño en la salida de la aduana del aeropuerto de Barajas, pasar ese día con él (de recuerdo está la foto) y luego, poder abrazar de nuevo a mis hijas esa noche, al final de una carrera loca por la escalera mecánica de la estación de trenes de Córdoba, sintiéndo, como una premonición, que si no corría se iban a desvanecer delante de mis ojos... como se habría de desvanecer después todo lo demás...

A veces no somos conscientes de las cosas, de lo afortunados que somos con la vida que tenemos (aunque hacer cambios sea necesario), seguramente porque no podemos saber cuándo será la última vez que haremos algo o veremos una carita o un lugar querido... y gracias a Dios por que eso es así, de lo contrario viviríamos en un aullido de dolor contínuo... Lo que hay que hacer es darse cuenta, disfrutar cada momento como si fuese el último...
Carpe diem!





Yo no se si te he dado las gracias por tu amistad, Petardo, al menos no me alcanzará la Vida para hacerlo... Tú no sabes lo que significaban esas llamadas casi diarias a mi móvil, ese móvil que aún tengo en el cajón de mi escritorio, cuando me he deshecho de todos los que vinieron después. Ese móvil que no sonaba, porque no tenía a nadie a quien dárselo; en Venezuela el móvil sonaba cada minuto, aquí estaba mudo... y cuando sonaba yo sabía que eras tú, entonces entraba el sol a raudales y no me sentía sola, ni perdida. Marina y tú son mis soles, y conste que no sale su foto porque acabo de caer que ¡no tenemos una foto de los tres juntos!... Los quiero como solo a Uds. se les puede querer ♥

Sunday, November 1, 2009

Procesos...



Líbranos, Señor,
de encontrarnos,
tantos años después,
cuando ya nos creíamos
resucitados,
con aquello que una
vez
nos mató...






Hay procesos que nos marcan para siempre, que hay que trabajar mucho para dejarlos atrás, cada cosa en su lugar, pero atrás, para no cargar por siempre los lastres del dolor... pero pasa el tiempo y nos damos cuenta de que lo que se pensó era un proceso más o menos superado para las personas involucradas, no es así... Inesperadamente vienen las palabras hirientes y queda claro que lo que para ti era agua pasada, para otros sigue siendo un río que les orada el alma y les llena de fango los cristales de las ventanas... hay piececitas sueltas que les siguen haciendo ruido por ahí...


Entonces toca entender y aceptar que el problema no es nuestro, porque ni siquiera la responsabilidad del proceso fue nuestra sino de otro(s), que siguen creyendo que haciéndose los locos van a poder eludir su responsabilidad... Y cuando uno sabe que hizo TODO cuanto pudo por estar cerca, por mediar, por intentar resolver y el otro no se dejó, lo que toca es repetirse una y mil veces que lo sensato es mantener una distancia prudente para no salir achicharrado, o embarrado, lo cual de ninguna forma es egoísmo, sino supervivencia...


Mi comadre Magaly me decía al respecto en un correo:


Acuérdate del caso de la Iglesia Católica con Galileo: lo chamuscaron, y hace como 6 ó 7 años volvieron a abrir su caso. Uno dice: nada, la Iglesia va a pedir perdón. ¡Pues no! La Iglesia emitió un comunicado "Perdonando a Galileo". ¡Será por el olor a quemado, no te jode! Pues aquí funciona más o menos el mismo principio: así como no vamos a cambiar a una institución de 2000 y pico de años, no vamos a cambiar la manera de pensar de esa persona. Tú, por tu parte, sentaste tu posición, clarísimamente y ya. No te dejaste machacar y defendiste a los más débiles."





Monday, October 5, 2009

No hay mal que dure cien años...




A veces uno despierta en medio de la oscuridad más absoluta, aunque afuera brille el sol, se perdió el rumbo, no se sabe dónde es arriba y dónde abajo, y golpeándonos contra las paredes, luchamos por salir sin éxito... sin saber bien cómo o por qué, tocamos fondo y nos deshacemos en lágrimas, sin fuerzas para respirar, nos abandonamos al dolor...


Y un día, nos ponemos el mundo por montera y salimos a conquistar a los demonios... el sol nos calienta de nuevo, el corazón se nos llena de primavera y la magia vuelve a alcanzarnos... casi podemos escuchar las cosas buenas que vienen desde lejos a nuestro encuentro... Cuando eso pasa solo hay que abrir los brazos para recibir... y sonreír, sonreír siempre... atesorando esta cálida sensación para que cuando regresen los inviernos del alma, nos recuerde que volver a sonreír es posible...


Diría la abuela que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista...
Como prometido, aquí estamos de regreso, ¡gracias por la paciencia!


Wednesday, July 1, 2009

Porque sentir siempre es preferible...



Entre la pena y la nada,
elijo la pena...

William Faulkner
"Las palmeras salvajes"

Tuesday, June 2, 2009

Un Mac Gyver maracucho (*)...

Una de las cosas que más me gustaba de mi trabajo en Petróleos de Venezuela (PDVSA) era la posibilidad de dictar cursos a través del CIED (Centro Internacional de Estudios y Desarrollo, filial de PDVSA), en la materia de mi especialidad (Ley de Licitaciones y Normativa de Contratación), porque además, el grupo de instructores que dictábamos los cursos teníamos una relación excelente, y tuvimos la oportunidad de participar en la redacción de la ley venezolana de Licitaciones y sus dos Reglamentos, así como de elaborar el Manual de Contratación de Petróleos de Venezuela y sus Empresas Filiales, proyecto del que fui la líder y que abarcó no solo su redacción, sino también su publicación, implantación y divulgación, con la invaluable colaboración de un grupo de profesionales fabulosísimos, que trabajaban, como yo, en las Gerencias de Contratación de cada una de las filiales.



Uno de esos cursos lo dictamos, en Puerto La Cruz (Estado Anzoátegui, Venezuela), para la gente de la Refínería de Jóse, y coincidimos tres instructores (y panísimas -cuates - colegas-) de dos de las filiales de PDSVA: José que era de la gerencia de Ingeniería de Lagoven-Maracaibo, Margot que era de la Gerencia de Contratación de Lagoven-Caracas y yo que era de la gerencia de Finanzas de Maraven-Caracas. El curso lo dictamos en los salones del mismo hotel donde estábamos alojados, un hotel recién inaugurado y muy lindo del que no logro recordar el nombre (creo que era el Cristina Suites). A cada uno nos dieron una suite que tenía cocina, un saloncito y la habitación con su cuarto de baño.


Así que la noche antes de comenzar el curso que duraría tres días, nos reunimos en el saloncito de mi habitación para dar los últimos retoques a lo que cada quien iba a exponer: José abriría el curso, yo daría todo lo relativo a cada uno de los tipos de licitación regulados por la ley y sus reglamentos y todas las contrataciones regidas por la normativa interna de la empresa, y Margot cerraría con los aspectos legales de los tipos de contratos aplicables. Eso lo teníamos clarísimo, porque a ese niño lo habíamos creado nosotros y era nuestro día a día en la oficina, pero queríamos repasar el material escrito de los participantes, las diapos, etc... Estando en ello ¡zas! se va la luz y nos quedamos a oscuras...

Margot y yo nos quedamos tan tranquis, conversando y asomándonos a la ventana para ver si era solo problema del hotel o de toda la zona, pero José empezó como un loco a pedirme cosas y a dar vueltas por la habitación, como un león enjaulado...
- Mary ¿tenéis bronceador en aceite? (Puerto La Cruz es puerto de mar, así que claro que me lo había llevado, porque al terminar de dictar el curso, me iba a pasarme los 4 días de carnaval en el hotel Maremares :D)


- Vái, traéme tu encendedor

- Esto lo soluciono yo como que me llamo José, ¡qué molleja!


Margot y yo nos mirábamos muertas de la risa, mientras lo veíamos inspeccionar la cortina luminizada del ventanal... Cuando encontró lo que buscaba, se volvió a sentar en el sofá, nos quitó el cenicero y echó en él un chorrote generoso del bronceador en aceite, mojó un hilacho largo que, según supimos, le había arrancado a la cortina, dejando fuera del aceite un cabito del hilo, al que acercó la llama del encendedor y voilà!, teníamos una lámpara de aceite improvisada por José, a quien de ahí en adelante llamamos Mac Gyver, por la serie de TV estadounidense, famosa porque su protagonista hacía cosas similares con cuanto cachivache tuviese delante...

Pasado el pánico que puso eléctrico (nunca mejor dicho) a José, nos contó que él le tenía terror a la oscuridad desde niño, que siempre dormía con la luz encendida y por eso se puso atacado cuando la luz se fue... menos mal que lo solucionó, porque estuvimos así un par de horas más y durante todo el tiempo que duró el apagón ¡fuimos los únicos que tuvimos luz! :)

Con José y Margot perdí todo contacto después de que nos echaron a todos a paletadas de PDVSA, en el 2003, en listas que aparecían periódicamente en la prensa nacional, con nuestros nombres y carnets de identidad (22.000 trabajadores de PDVSA fuimos "botados" por el tipo aquel que no se calla, según él, por "traidores a la patria", al convocar una huelga general perfectamente legal, durante diciembre de 2002). Sería fabuloso que José y Margot leyeran ésto y recuperáramos el contacto (soñar no cuesta nada, ¿vieron?)


Ya saben lo que tienen que hacer si se ven sin luz... ¡¡¡tengan siempre a mano bronceador en aceite y un encendedor!!! Un hilo más o menos gruesito siempre se consigue :)







(*) Maracucho: es el gentilicio coloquial de las personas nacidas en la ciudad venezolana de Maracaibo, capital del estado Zulia, al occidente del país. El gentilicio oficial es marabino o maracaibero.

Los paisajes son de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, Venezuela, el último es una vista saltelital de la ciudad



Monday, May 18, 2009

Hasta siempre, Don Mario...

Desde Arriba...

Trepo por la escalera
peldaño tras destino
destino tras peldaño

asciendo lentamente
dosificando alarmas
midiéndome los vértigos

del mal de las alturas
todos saben ...... nadie habla
del bien de las alturas

desde aquí puedo ver
los prados y las calvas
las olas y los pésames

veletas y lealtades
gárgolas y dobleces
las libres azoteas

escalo por la escala
de servicio o de urgencia
de incendio o de socorro

peldaño tras destino
destino tras peldaño
inexorablemente

abajo hay miles de ojos
que contemplan e ignoran
cuándo cómo ni dónde

termina la escalera
y acaba mi avidez
o empieza mi agonía

Mario Benedetti

Inventario Dos

Tuesday, May 5, 2009

Retazos de una vida que se fue...

Yo suelo escribir(me) mucho. Cuando me ahogo, cuando estoy feliz, cuando tengo dolores profundos o cuando mi alma sana, yo escribo. No tengo un diario convencional, aunque sí exista un cuaderno que contiene pedacitos de mi alma.



Hoy entré a mi primera cuenta de correo que no está muy operativa, pero no la quiero perder por motivos más sentimentales que prácticos. Revisé los correos, limpié la paepelera, vacié el spam... y vi que tenía seis borradores en la bandeja. Tenía varias cosas que me habían gustado para reenviar alguna vez y, sorpresivamente, tenía uno de esos escritos que me sirven para vaciar el alma, para recordarme, transcurrido el tiempo, cómo me sentía y cómo veía las cosas... Ese retazo lo escribí faltando pocos días para abandonar mi país, cuando ni yo misma lo sabía, porque se suponía que saldría por tan solo 10 días. En ese momento estábamos aún en la huelga general que convocamos en el sector petrolero y al que se unió todo el país y, bueno, quise compartirlo con Uds. hoy, porque me removió muchas cosas por dentro y, sobre todo, me recordó que debo valorar mi día a día, el ahora que siempre solemos repudiar, soñando con mañanas mejores...



La foto es mi casa de Caracas, antes de salir a la marcha (manifestación) del 10/10/2002, una de las muchísimas en las que participé...











Un día...



La vida de siempre...



Las madrugadas, el tráfico, el tedio de la jornada laboral... interminables horas de oficina... el desespero por terminar...más tráfico al regreso... la corrección de las tareas del colegio de las nenas... la hora de la cena, del baño... la locura de la hora de llevarlas a dormir...




Un día despiertas y no hay nada... solo madrugadas llenas de insomnio... no hay tráfico porque no hay gasolina... no hay jornada laboral porque tu país se niega a hipotecar tu libertad... no hay anhelo porque el reloj marque las 6 para regresar a casa, ni tráfico, ni tareas que corregir...



Los días se vuelven interminables... de pronto la agenda presenta 24 horas de incertidumbre... esperar la tarde para saber a dónde habrá que marchar al día siguiente, las llamadas para avisar que quizás tal Estación tendrá gasolina mañana... o en qué lugar se consiguen leche, harina o tal medicamento... Todo esto salpicado de bombas lacrimógenas, disparos y gritos... impunidad, estado de excepción y burlas...




Y sin embargo, sigues... y vas a las marchas, gritas consignas... la multitud te oxigena y te alimenta la esperanza... afianza la certeza de que la dignidad y la libertad no se negocian... que si nos mantenemos firmes y unidos, no habrá nada en la Tierra que nos pueda detener: ni la tiranía del verdugo... ni la indiferencia internacional por lo que le sucede al vecino...



Solo al amanecer te detienes y añoras... las madrugadas, el tráfico, la oficina, su estrés, las tareas, la cena y la locura de la hora de dormir... entonces comprendes cuán hermosa era tu vida entonces... y sabes que cuando regrese, tú nunca serás la misma de antes...



Mary Carmen

Caracas, 21/Enero/2003





Monday, February 16, 2009

¿Tomó?

En este día tan negro, tan surrealista, en el que no me encuentro el alma por más que me la busco, este video llegó hasta mi y fue una caricia en el corazón... me devolvió a la Venezuela que atesoro, un recuerdo que me niego a soltar, una Venezuela llena de gente bella, noble, que forma parte de mi, porque allí aprendí a ser la persona que soy hoy...




Para verlo, por favor, detén antes la música en el sidebar



Tuesday, January 6, 2009

In Memoriam...

Hoy despedimos a mi tía que ayer abrió sus alas hacia un nuevo mundo... En medio del dolor que habita ahora mi corazón arde la llama de su luz, de su alegría de vivir, de la campana de su risa... sin duda el suyo fue un fuego de los que encienden...

Te extraño tanto ya...







Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano