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Monday, July 4, 2011

Sanar el dolor...

Para aliviar tu dolor sumérgete más profundamente en ti misma -dijo suavemente-. Siéntate con las rodillas levantadas y agárrate los tobillos con los brazos cruzados bajo las piernas: el tobillo derecho con la mano izquierda y viceversa. Sitúa la cabeza sobre tus rodillas y deja que se vaya la tristeza.
Deja que la tierra mitigue tu dolor.
Deja que la fuerza sanadora de la tierra venga a ti.

Florinda Donner
Ser en el Ensueño

Monday, May 23, 2011

Creer...

Gracias Max...

No vivo contigo porque me eres confortable, como un sillón. No estoy contigo porque me eres útil en tu conversación, o en tus ideas, o en el color de tus ojos.Vivimos entre objetos, pero el sentido se dá entre sujetos. Vivo contigo porque creo en tí. No por lo que sé, ni por lo que sabes, sino porque nos creemos.

Querer es creer.

Dios mío, los días oscuros son aquellos en que quiero y no creo. Entonces me busco entre aparatos, cosas, libros, bibliotecas, magnolias y no me encuentro, no me encuentro. No me encuentro sentido.
Son días en que nada falta, salvo alguien.magnolias y no me encuentro, no me encuentro. No me encuentro sentido.


Son días en que nada falta, salvo alguien.



Jaime Barylko
Sabiduría para la Vida







Monday, May 16, 2011

Curar las heridas...



Para curar una herida, primero se limpia bien, también
alrededor, desde bastante distancia. De sobra sabe el
cirujano que duele; pero, si omite esa operación, más
dolerá después. Además, se pone enseguida el
desinfectante: escuece -pica, decimos en mi tierra-,
mortifica, y no cabe otro remedio que usarlo, para que
la llaga no se infecte. Si para la salud corporal es
obvio que se han de adoptar estas medidas, aunque se
trate de escoriaciones de poca categoria, en las cosas
grandes de la salud del alma -en los puntos neurálgicos
de la vida de un hombre-, ¡fijaos si habrá que lavar, si
habrá que sajar, si habrá que pulir, si habrá que
desinfectar, si habrá que sufrir! La prudencia nos exige
intervenir de este modo y no rehuir el deber, porque
soslayarlo demostraría una falta de consideración, e
incluso un atentado grave contra la justicia y contra la
fortaleza.

Josemaría Escrivá de Balaguer



Monday, April 18, 2011

El Arbol de los Deseos...

Una vez un hombre indio estaba viajando y entró al Paraíso por error. En el concepto indio del paraíso hay árboles que conceden deseos. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple, no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.


El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre y dijo: "¡Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida". Inmediatamente apareció la comida de la nada, simplemente flotando en el aire... Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías. Inmediatamente empezó a comer ¡la comida estaba tan deliciosa!

Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor. Ahora que se sentía satisfecho otro pensamiento surgió en él: "¡Si tan solo pudiera beber algo!". De inmediato apareció un vino estupendo...


Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa, sentado bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: "¿Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?".  Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "¡Seguro que me matan!"

Y lo mataron...









Monday, April 4, 2011

¿Qué es la verdad?

El día 30 de enero de 2001 leí la siguiente noticia en el diario español “La Vanguardia”:


¿Cuál es la verdad? El presidente del tribunal, Josep Maria Pijoan, debería averiguar cuál de las versiones de estupro ofrecidas por la víctima, la niña J. de 11 años de edad, era la más próxima a la realidad. Los abogados que asistían al interrogatorio no confiaban en que ella consiguiera evitar las contradicciones en su declaración.


En cierto momento, el juez le hizo una pregunta de carácter casi filosófico:
- ¿Qué es la verdad? ¿Es aquello que te imaginas o lo que te pidieron que me contaras?


La niña se detuvo un momento, pero enseguida respondió:
- La verdad es el daño que me hicieron...




Paulo Coelho



Saturday, February 12, 2011

Preguntas sin respuesta...

"A menudo me he preguntado, como miles de otros...,
si hice bien en escapar de mi país durante la dictadura,
si tenía derecho a desarraigar a mis hijos y arrastar(los)...
a un futuro incierto en un país extranjero, o si hubiera
sido preferible quedarnos tratando de pasar desapercibidos,
pero esas preguntas no tienen respuesta. Las cosas se dieron
inexorablemente, como en las tragedias griegas; la fatalidad
estaba ante mis ojos, pero no pude evitar los pasos que
conducían a ella..."


Isabel Allende
"Paula"





Monday, February 7, 2011

Lo que nos llevamos...

Hace unos meses fui a una boda, la verdad mi alma no estaba como para ir de fiesta, pero era un compromiso y había que ir. Todo esto se los comento porque me encantó una frase que el oficiante utilizó como el tema central del sermón: "al final lo que nos llevamos de esta vida es lo que amamos, lo que damos y recibimos..."

Cuando se ha perdido todo -y cuando digo todo es todo-, las prioridades nos cambian. En mi caso el proceso comenzó durante la dictadura que impera en mi país, mucho antes de imaginar siquiera el desenlace, y transcurre ahora, en este tiempo que transito actualmente, lejos de mi Tierra.


Primero me vi enfrentada al cáncer varias veces. Cuando piensas por primera vez en la muerte -tu muerte- las prioridades cambian porque sí. De pronto las cosas importantes, pero no esenciales, pasan al último lugar. Revisas cada rincón de tu existencia, te das cuenta de que quedan demasiadísimas cosas en el tintero y no sabes si te dará tiempo a escribir con ella tantas cosas que querrías, en tu Libro de Vida...

Y si cuando medianamente estás enderezando el barco y el temporal te da un pelín de tregua, te tienes que ir de tu país prácticamente con lo puesto, entonces ya la cosa cobra dimensiones insospechadas y ni siquiera el adjetivo "titánica" las abarca...

A partir de ahí no vuelves a ser la misma persona, las depres te parecen una pérdida total de tiempo y de energías, aunque caigas en ellas y luches por superarlas con toda tu alma. Una puesta de sol, un amanecer, una sonrisa, una flor, un gesto, un sentimiento o un abrazo cobran brillos que probablemente siempre estuvieron ahí, pero que tú recién descubres en toda su exacta magnitud...

Me da mucha risa porque a veces en cosas tan cotidianas como la cocina, mi mamá me dice que compre este o aquel cacharro, y yo le suelto siempre un "olvídate, mami, si no cabe en la maleta, en esta casa no entra, no lo necesitamos, hemos funcionado sin él hasta ahora, así que indispensable no es", y ahí queda zanjado el tema y, por supuestísimo, el cacharro no se compra...

Así va pasando en la vida. Sí, caigo en pozos profundos. Sí, lloro y despotrico. Sí, a veces la desesperación me gana y dentro de mi, una voz desgarrada clama por mi vida de antes. Pero tengo claro que no hay vuelta atrás, la vida es como los puentes esos que aperecen en las pelis, que se van deshaciendo detrás de ti con cada paso que das. Mi papá me decía anoche, mientras hablábamos por teléfono, "no mires atrás, mira hacia delante, no te tragues las penas, porque no es sano, pero no dejes de mirar hacia delante y caminar..."
Es eso... al final lo que nos llevamos y nos avala en el "más pa'llá", es el amor que hemos dado y recibido, ese trozo de alma que damos y que también recibimos de los demás... y es también de lo que dejamos impregnado el mundo y por lo que alguna vez nos recordarán aquellos cuyas vidas tocamos y nos tocaron...









Monday, November 1, 2010

Ser persona...


Gracias, Max y ¡feliz cumpleaños!



Pero no éramos cosas. A las cosas se las evalúa porque son del mercado, se compran se venden, sirven para algo y terminan traduciéndose en pesos o en dólares.

Nosotros éramos personas, también nos evaluábamos porque no podemos dejar de ser cuerpos, altos, bajos, vizcos, de piel grasosa, de cabello lacio, de ojos azules, de orejas chiquitas, de calzado cuarenta y dos, de talle ajustado, de tobillos gruesos…

Pero en última instancia se produce la valoración del otro, en calidad de persona, me gusta o no me gusta, me atrae o no me atrae, quiero estar con ella otra vez o no quiero volver a verla jamás.

Eso que está allí pero, sin embargo, no es el cuerpo, los aritos, ni el busto: todo eso y más que eso, es una persona.

Está el individuo y está la persona. La persona es la portadora de valores .El individuo puede ser feo. La persona, en cambio, puede ser una bella persona.

Nosotros nos seguimos viendo largas semanas.

Nos peleamos , discutimos, nos dijimos más de una frase ofensiva, pero nos necesitábamos. La persona necesita a la persona. Ese valor se llama afecto, amor. No es un negocio manejado por la inteligencia (y cuando lo es,lamentablemente de amor no tiene nada) según el cual “ me conviene “ ligarme a ti ). No, es un valor que el pueblo expresa diciendo: “contigo pan y cebolla”.

Te necesitaba. Pensaba en ti. Soñaba contigo. Con nuestra unión. Te deseaba. No tu cuerpo. Nunca se desea un cuerpo. El cuerpo es un pretexto para el deseo. Te deseaba a ti, persona. El sexo puede desahogarse del mil maneras en miles de cuerpos, y no dejar huellas.

Como dice Salomón el rey sabio, hay cuatro cosas que no son y tres que no alcanzo a captar:

- el camino del águila en el cielo.

- el camino de la serpiente en la roca.

- el camino del barco en alta mar.

- y el camino del varón en la mujer.


Huellas, todos los seres dejan huellas en el camino que se borran, o desdibujan. Pero las huellas de un hombre en una mujer no están afuera, no se dibujan; están adentro, en el sentimiento, en el sentido, en el valor.

En la memoria está el valor de ese encuentro.

Ni cuerpos ni almas, personas y valores.

Jaime Barylko



Thursday, September 16, 2010

Nuestro miedo más profundo...

Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.


Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.


Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?


Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?


Tu pequeñez no le sirve al mundo. No hay nada iluminado en disminuirse para que otra gente no se sienta insegura a tu alrededor. Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior. Esa gloria no está solamente en algunos de nosotros; está en cada uno. Y cuando permitimos que nuestra luz brille, subconsciente le damos permiso a otra gente para hacer lo mismo.


Al ser liberados de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros.


Nelson Mandela

Sunday, May 30, 2010

Siempre te voy a querer...

Siete años de duelo constante es mucho para cualquier alma. Mucho. Sentirte en el aire, añorando lo imposible y tratando de reconstruir tu vida desde la nada a la misma vez, es una tarea titánica, desgastante, demoledora para cualquier ser humano.


Cuando siete años después vuelves a lo añorado, cuando ves que lo que atesoras está en tu corazón y va -e irá- siempre contigo, comprendes de golpe que esos siete años de duelo absoluto no tenían sentido y que dejaste pasar muchas cosas hermosas por estar llorando lo que fue, lo que te quitaron, ese mundo que ya solo es y tiene sentido dentro de tu corazón... Entiendes que estás adaptada a tu nueva vida mucho más de lo que quisiste ver. Entiendes que nunca nadie, ni tiranos, ni geografías, van a quitarte ese amor inmenso que guardas en el corazón, esas vivencias que transitaste y que han hecho de ti la persona que eres hoy, esos afectos que son tuyos y te corresponden, más allá de todo...


Ojalá hubiese hecho este viaje antes, ¡cuántas lágrimas y cuánto dolor me habría evitado!. Pero no voy a caer en lo mismo de estos siente años. Lo hice ahora, cuando mi alma estaba preparada para aceptarlo, cuando cerrar capítulos y enterrar esperanzas, no iban a destrozarme en el intento, cuando me iba a quedar claro cuáles son los afectos verdaderos, quiénes a pesar del tiempo y la distancia, siguen sintiendo por mi el mismo amor que yo por ellos... Y también, todo hay que decirlo, he encontrado afectos nuevos, frescos, lindísimos. Personas que llevan tiempo en mi vida y que se han dado el tiempo y el espacio en sus complicadas vidas, para darme un abrazo y permitirme a mi dárselos también, saltando de lo virtual a lo material a todo color y con una emoción enormísima...

Miro por la ventana. El Ávila (1) llena por entero mis ojos, las guacharacas (2) le ponen audio en estéreo a la visión y el cafecito colándose le pone el mejor aroma posible al paisaje... Eso es mío, así, dicho entre lágrimas que mojan el teclado. Todo eso es mío y nada ni nadie me lo va a quitar nunca. Seguiré temblando de miedo cuando, en la distancia, vea los terrores que ahogan a mi tierra, a mi gente. Esperaré con toda mis esperanzas que un día la pesadilla termine. Volveré más veces a visitarla como a un ser amadísimo...

Siempre te voy a querer, Venezuela, siempre...



Ps) Mientras este post sale publicado, yo voy en el avión, volando sobre algún punto entre Venezuela y España, luego de un mes lleno de muchas emociones en Caracas, de regreso a mi Vida con otra visión...


(1) El Ávila es la montaña que recorre Caracas de este a oeste. Es el norte referencial -físico y emotivo- de todos los caraqueños...
(2) La guacharaca -foto- es un ave galliforme que le pone una música muy particular a las mañanas y a los atardeceres caraqueños...

Monday, May 17, 2010

Corazones rotos: Dejar ir...

Hay un post de 2007 que, aunque apenas tiene comentarios, ha sido un tema sobre el cual muchísimas personas, luego de leerlo, me han escrito correos desgarradores, pidiéndome consejo o sencillamente haciendo catársis en momentos de ruptura amorosa o de pérdida de amigos. Mis respuestas hablan inevitablemente desde mi experiencia en el tema y, en honor a la verdad, es un tema que tiene muchas aristas y sobre el cual se podría escribir, como en efecto se han escrito, millones de páginas. Así que adelanto que este post solo trata de abarcar  brevemente el proceso de ruptura, la elaboración del duelo que lleva consigo y la importancia que tiene la forma en que encaremos y aceptemos la situación, por más dolorosa que pueda ser...

En nuestro camino encontramos muchas almas con las que compartimos vivencias que contribuyen a nuestro crecimiento y al suyo propio. Juntos aprendemos lecciones, celebramos triunfos, lloramos derrotas y compartimos el amor. Pero, a veces, no hay más remedio que decir adiós, por las razones que cada caso conlleve. Hay despedidas que llegan de manera repentina, inesperada, sin advertencia, y hay despedidas que podemos decidir, cuando ya no quedan asideros para mantener en pie la relación...

Cuánto dura una etapa de despedida no es importante, pero sí lo es la actitud que adoptemos frente a ellas... Podemos cerrar el corazón y sentirnos amargados, perdedores. O podemos despedirnos con el corazón abierto, agradeciendo todo lo que hemos aprendido. Podemos decir adiós emitiendo juicios duros, preguntándonos qué hicimos mal para que nuestro camino nos impidiera continuar unidos e incluso culpar al otro... O podemos hacerlo con una actitud de confianza, de amor, en la certeza de que nuestros corazones nos unieron durante un tiempo para disfrutar de la vida y avanzar en nuestro viaje. Podemos decir adiós sintiendo tristeza, dolor, bloqueando nuestras emociones, diciéndonos que así es la vida... O podemos hacerlo con el corazón abierto, aceptando que a veces es hora de dejar ir...

No siempre podemos elegir el momento, pero sí podemos elegir qué recuerdos y sentimientos guardar en nuestro corazón. Yo creo que es inevitable sentir tristeza, añoranza, cuando nos despedimos de alguien que ocupó un lugar importante en nuestras vidas, como también creo que vivir esa etapa de duelo es necesario y sano. Lo que no hay que hacer es aferrarse a ella, en la certeza de que un día se terminará y la Vida nos volverá a sonreír, luminosa... "Eso también pasará" ¡Es una promesa! :)



Monday, April 19, 2010

Cambiando los chips...

Lo recibí por correo electrónico y lo puse en práctica ¡qué bien me ha sentado hacerlo y cuánto agradezco haber recibido ese correo!

Es una técnica facilita para cambiarnos los chips errados: pensamientos negativos, juicios apresurados (que en el 90% de los casos son errados), pesos muertos que llevamos en el alma y que nos impiden volar... Osho nos da una Llave Maestra para deshacernos de ellos... ¡y solo hay que exhalar! ;)

De corazón deseo que les sirva tanto como a mi


 



Siempre que quieras cambiar un patrón de la mente que
se ha convertido en un hábito duradero, la respiración es
lo mejor.

Todos los hábitos mentales están asociados con el patrón
de respiración.

Cambia el patrón de respiración y la mente cambiará
inmediatamente, instantáneamente. ¡Inténtalo!

Siempre que observes que esté surgiendo en ti un juicio
y que estés cayendo en un viejo hábito, exhala inmediatamente,
como si estuvieras tirando el juicio con la exhalación.

Exhala profundamente, jalando el estómago y, conforme sacas
el aire, siente o visualiza cómo todo el juicio está siendo expelido.

Después inhala profundamente dos o tres veces.
Simplemente ve qué pasa.

Sentirás una frescura completa; el viejo hábito no habrá logrado
tomar posesión.

Comienza con la exhalación, no con la inhalación.
Cuando quieras absorber algo, empieza con la inhalación; cuando
quieras deshacerte de algo, comienza con la exhalación.

Sólo mira la manera inmediata en que es afectada la mente.
Inmediatamente verás que ésta se ha movido a otro lugar; ha
llegado una nueva brisa.

No te encuentras en la vieja rutina así que no repetirás el viejo hábito.

Esto sucede con todos los hábitos.

Por ejemplo, si fumas y sientes la necesidad de fumar pero no quieres,
inmediatamente exhala profundamente y expele la necesidad.

Respira profundamente y verás que la necesidad ha desaparecido
de manera inmediata.

Esta puede convertirse en una herramienta sumamente importante
para el cambio interno.


Osho
Tónico para el alma



Monday, April 12, 2010

El instante mágico...

Podemos creer que todo lo que la vida nos ofrecerá mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy. Pero, si prestamos atención, percibiremos que ningún día es igual a otro. Cada mañana trae una bendición escondida; una bendición que solo sirve para este día y que no puede guardarse o desaprovecharse. Si no usamos este milagro hoy, se perderá. Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano; es preciso vivir cada minuto porque allí encontramos la salida de nuestras confusiones, la alegría de nuestros buenos momentos, la pista correcta para la decisión que ha de ser tomada. No podemos dejar nunca que cada día parezca igual al anterior porque todos los días son diferentes. Presta atención a todos los momentos, porque la oportunidad, el “instante mágico”, está a nuestro alcance...

Paulo Coelho

Monday, April 5, 2010

Merecer...


Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.


Cierto día llegó una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una audiencia.


No tengo nada material que ofrecerte. Solo puedo darte el gran amor que siento por ti, le dijo al rey, si me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor.


Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera que sería eso que podía hacer.


Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 días, entonces, me convertirás en tu esposa.


El rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo: Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa.


Dicho esto la mujer empezó su sacrificio.


Empezaron a pasar los días y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades... Muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor.


De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de su habitación para verla, y le hacía señas de aliento con el pulgar.



Así fue pasando el tiempo... 20 días... 50... la gente del reino estaba feliz, pues pensaban ¡por fin tendremos reina!… 90 días... y el rey continuaba asomando su cabeza de vez en cuando, para ver los progresos de la mujer. Esta mujer es increíble, pensaba para si mismo y volvía a darle aliento con señas.



Al fin llegó el día 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del palacio, para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Fueron contando las horas... ¡a las 12 de la noche de ese día tendrían reina!... La pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y contraído enfermedades. Entonces sucedió. A las 11:00 del día 100, la valiente mujer se rindió y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó.



¡La gente estaba conmocionada! Nadie podía entender por qué aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo una hora para ver sus sueños convertirse en realidad. ¡Había soportado tanto!



Al llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo sucedido. Le preguntó: ¿por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?


Y ante su asombro, ella respondió:


Estuve 99 días y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron. Entonces entendí: una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en sí misma, no merece mi amor.


Desconozco su Autor(a)


Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar... aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorad@, quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega... Simplemente ¡NO TE MERECE!

Monday, January 25, 2010

Esto es lo que aprendí...


"El arbol de la Vida",  de Gustav Klimt


Escrito por Regina Brett, 90 años, en de The Plain Dealer, Cleveland, Ohio


Para celebrar la llegada a mi edad avanzada escribí unas lecciones que me ha enseñado la vida:

  • La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguien.
  • Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto..
  • No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
  • Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.
  • Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.


  • Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.
  • No compares tu vida con la de otros. No tienes ni idea de cómo es su travesía.
  • Si una relación tiene que ser secreta, mejor no tenerla.
  • Respira profundamente. Eso calma la mente.
  • Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.
  • Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte.


  • Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti.
  • Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un "no" por respuesta.
  • Enciende las velas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es especial.  
  • Sé excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para serlo.
  • El órgano sexual más importante es el cerebro.


  • Nadie es renponsable de tu felicidad, sólo tú.
  • Enmarca todo supuesto "desastre" con estas palabras: "En cinco años, ¿esto importará?"
  • Perdónales todo a todos.
  • Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe.
  • El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.
  • Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.


  • No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
  • No cuestiones la vida. Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy
  • Llegar a viejo es mejor que la alternativa... morir joven.
  • Todo lo que verdaderamente importa al final, es que hayas amado.
  • Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
  • Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros.


  • La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.
  • Lo mejor está aún por llegar.
  • No importa cómo te sientas... arréglate y preséntate.
  • Cede.
  • La vida no está envuelta con un lazo, pero sigue siendo un regalo.
  • Los amigos son la familia que nosostros mismos escogemos.




Me llegó por correo electrónico a través de Imagine ¡y me encantó! :)

Sunday, January 10, 2010

Un sobrecito de azúcar para ti...

Este texto lo recibí de una lista a la que estoy suscrita hace muchos años, me pareció lindísima la simbología que utiliza para transmitir un mensaje potente y hermoso que me conmovió mucho, quizás porque recién me parece que estoy saliendo (espero) de una etapa interior oscura, muy solitaria y muy dolorosa para mi, que me está costando superar (burra que es una) y el mensajito, en su simpleza, me transmitió mucha luz.


Aunque quizás ninguno de los que me leen a diario haya notado siquiera lo que atravieso, para mi ha significado y significa mucho que estén, que se den el rato de leer lo que subo y de comentar con el cariño con que lo hacen, porque sin saberlo me acompañan y me impulsan a caminar... Por eso traigo este texto hoy, porque quiero regalarles a cada uno un sobrecito de azúcar con todo mi Amor... por supuesto, el sobrecito éstá lleno de azúcar venezolana (ver sobrecito en foto :)


En estos momentos empiezo una etapa nueva de mi vida, ilusionada y asustada con lo desconocido, pero decidida a salir de una vez por todas adelante, por mi, por los míos, porque nos lo merecemos...

Todo mi cariño en este sobrecito de azúcar para ti :)









Azúcar para la suerte...





Tomá. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guardalo. Ponelo en un bolsillo de tu cartera o en un cajón de la cómoda.
¿Vos no creés en estas cosas?

Si, seguro que creés.
Todos creen, aunque digan que no. Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo.

Pero fundamentalmente, vos estás segur@ de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amig@s, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel.

En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podria dibujar, eso sí exactamente, tus sueños.

Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número "tanto" de esta página (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae), lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.

A vos que sos de sagitario como yo, o de acuario como mi hija, o...¿de qué signo sos?

Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien aspectados para vos.
Que tengas tantas ganas de vivir,

que nada te las pueda anestesiar.
Hará que entiendas que la libertad
no es algo que nos llega de afuera,
una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia,
sino que es algo que tenemos adentro,
que nos pone alas en la mente y en el corazón,
para que nuestras ideas y nuestros sentimientos
puedan volar aunque nos tengan encadenadas
a una silla, amordazadas, quietas, entre rejas,
amenazadas.

Lo que sale a volar es el alma...

la que viaja es el alma,
por lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ...
de siete mil colores.

Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan.

Y no la perturban las sombras, porque ella es como
una invencible mariposa de luz.

Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda. Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la abuela....

Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus historias de amores y de bailes girando interminablemente...

Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al soplar las velitas...

Y es la abuela paciente enseñándonos a tejer en punto santa clara, una bufanda que nos llegaba hasta los pies.

Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un "muy bien, diez" que despertaba el orgullo de papá.

Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos más mujeres.

Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de nailon.

Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del barrio, enamorado y ávido.


Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de casa, la sortija de casamiento, el bebé chiquitito que nos convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera grande y pudiera valerse por sí mismo.

Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países, los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro mosqueteras... Qué sé yo.

Transformá cada granito de azúcar en lo que quieras.

En un recuerdo, en una persona, en una esperanza, en un regreso.

¿Por qué no en un regreso? Si al final las historias son un poco círculos concéntricos que se van repitiendo, unidas en un punto que quién sabe cuál es.


Pero acordate que el sobrecito te lo di yo.
Que te tuve en cuenta.
Que sé que estás ahí.
Que cuando escribo siempre estoy buscando algo para dejar entre tus manos.
Y vos sabés donde podés encontrarme.
Triste o contenta, enamorada o rota, pero cercana y tibia, y toda, toda, de verdad, en estas palabras.

Este sobrecito de azúcar guárdalo bien.
Te va a dar suerte, estoy segura.

A mi una vez me regalaron uno y me dijeron lo mismo....
Y fue verdad.

Poldy Bird






Recibido de la lista ViTaMiNaS PaRa eL AlmA®




Monday, January 4, 2010

El anillo del Rey...


Yo suelo volver sobre mis pasos, a veces me sorprendo a mi misma, otras me quedo asustada, porque noto los ciclos, cómo regresan etapas. Veo aquello en lo que he crecido y las cosas que me hacen retroceder. Aquello en lo que brillo y en las situaciones en que me puedo opacar hasta casi desaparecer en transparencias, lo que suele suceder cuando tengo el alma en carne viva.

Lo que no varía en el tiempo es esta terquedad por seguir, aún cuando las fuerzas no me acompañen. Cuando eso pasa, cuando las pilas se me descargan y me pesa hasta el aire, me pongo en automático, un pie delante del otro, repitiendo como un mantra "esto también pasará"... hasta que pasa... Igual me pasa cuando la felicidad me inunda la Vida. En ese caso, abro todos los sentidos y me empapo de esas energías fabulosas, que son las que me sostienen cuando llega la época del temporal...

De eso va este post de hoy... de las cosas que pasan...


 







El anillo del Rey...

 

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de su corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.


El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje.


El anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey.


Pero no lo leas, le dijo,
mantenlo escondido en el anillo.

-
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado,
cuando no encuentres salida a la situación.


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió su reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle, caer por él sería el fin, y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...


De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso, simplemente decía:


 "Esto también pasará...".


Mientras leía el mensaje sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.


Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.


El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:


- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.


-
¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente
celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una

situación sin salida.


- Escucha, dijo el anciano,
este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas,
también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado;
también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último;
también es para cuando eres el primero.


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará...", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.


Entonces el anciano le dijo:

Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la
naturaleza misma de las cosas.
Grábatelo bien en tu cabeza y en tu corazón.

Desconozco su Autor/a





Thursday, December 31, 2009

Tú tienes el reloj, yo tengo el Tiempo...

Ahora que el año se nos va y llega uno nuevecito, nada mejor que esta reflexión en forma de entrevista que Víctor A. Mella le realizó a Moussa Ag Assarid, y que a mi me encantó cuando la leí en su momento.


Moussa Ag Assarid nació en algún lugar del desierto, en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali, hacia 1975. De su infancia en el desierto, Moussa ha guardado su pasión por los viajes. Decidió en 1999 cambiar los dromedarios de su infancia por otros modos de desplazamiento. Su llegada a Francia le marcó tanto que quiso volcar en un libro cada uno de sus descubrimientos y sus impresiones.



Estudiante de Gestión en la Universidad de Montpellier-I, de cuyo Consejo de Administración es miembro, Moussa Ag Assarid también colabora de forma eventual con Radio France International y con France Culture. En su tiempo libre ejerce de narrador de relatos en las escuelas y bibliotecas y también de actor. Además, Moussa preside la asociación ENNOR France para la escolarización de los nómadas, promotora de La Escuela del Desierto, que acoge a unos cincuenta niños tuareg a orillas del río Níger.

Que disfruten la entrevista y les toque el corazón, como me lo toca a mi cada vez que la releo :)

¡¡¡Felliz Año Nuevo!!!

















Tú tienes el reloj, yo tengo el Tiempo...

Entrevista realizada por VÍCTOR M. AMELA a

MOUSSA AG ASSARID









  • -No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, ¡sin papeles!



    Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo



    - ¡Qué turbante tan hermoso!



    - Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.



    - Es de un azul bellísimo...



    - A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...



    - ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?



    - Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.



    - ¿Por qué?



    - Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.



    - ¿Quiénes son los tuareg?



    - Tuareg significa "abandonados" , porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso, "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.



    - ¿Cuántos son?



    - Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.



    - ¿A qué se dedican?



    - Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...



    - ¿De verdad es tan silencioso el desierto?



    - Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.



    - ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?



    - Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!



    - ¿Sí? No parece muy estimulante...



    - Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello: si te pierdes te llevará a donde hay agua.



    - Saber eso es valioso, sin duda...



    - Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!



    - Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?



    - Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser,
    ¡porque cada uno ya es!



    - ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?



    - Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...



    - Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...



    - Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.



    - Qué abundancia, qué derroche, ¿no?



    - ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...



    - ¿Tanto como eso?



    - Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.



    - ¿Qué pasó con su familia?



    - Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...



    - ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?



    - De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...



    - Y lo logró.



    - Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.



    - ¡Un tuareg en la universidad!



    - Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.



    - Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?



    - Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!



    - Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.



    - Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...



    - Fascinante, desde luego...



    - Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...



    - Qué paz...



    - Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo...







    La breve biografía de Moussa que transcribo la tomé de aquí, pero lamentablemente, al momento de publicar el post, la página ya no existe :(

    La entrevista la recibí vía e-mail, ¡Gracias Miguel!



    • Monday, December 14, 2009

      Destinos...

      Como ya se respira Navidad, les traigo una historia real, que toca el corazón, tengamos el credo que tengamos...




      El Papa Juan Pablo II, en una solemne sala del Vaticano, recibe a una de las más altas autoridades religiosas del judaísmo, el gran Rabino del Estado de Israel, Meir Lau.

      La formal entrevista se llevó a cabo en fraternal marco y quedó espacio para el relato anecdótico. El religioso judío narró al Sumo Pontífice un hecho acaecido hace largas décadas en una ciudad europea.

      Le contó que terminada la Segunda Guerra Mundial, una señora católica se dirigió al párroco de su pueblo, para hacerle una consulta.

      Ella tenía a su cuidado, desde los días de la guerra, a un pequeño niño judío que le habían encomendado, pues sus padres habían sido enviados a un campo de concentración. Los padres del niño, desaparecidos en el trágico infierno de la masacre nazi, habían previsto para él un futuro en la tierra de Israel.

      La señora se encontraba ante una encrucijada y pedía al sacerdote católico un consejo.

      El párroco tuvo una pronta y comprensiva respuesta:
      "Se debe respetar la voluntad de los padres".

      El citado niño judío fue enviado al entonces naciente Estado de Israel, donde se criaría y educaría.

      La anécdota resultó muy interesante para Karol Wojtyla, y pasó a ser más conmovedora aún, cuando el gran rabino le aclaró la identidad de aquellas personas:

      "Usted, Eminencia, era ese párroco católico... y ese niño huérfano...era yo"

      Wednesday, December 2, 2009

      Mujeres alteradas...

      Una mujer alterada no es una loca. Una mujer alterada es una persona que está cambiando... Y creo que fue Borges quien dijo, que los únicos que nunca cambian son los muertos.


      Si bien es cierto, que una cosa es sufrir un cambio y otra muy distinta es hacérselo sufrir a otros: convengamos que uno cambia cuando no soporta más lo que le pasa, por mucho que les pese a los que no puedan soportarlo.

      Así, la que hasta ayer te esperaba despierta, te cambia la cerradura;
      La que te esperaba dormida, se compra portaligas;
      La que veía siete telenovelas, se anota en siete cursos;
      La que manejaba una empresa, se quiere ir a vivir a una carpa;
      La que cuidaba a la suegra como a una madre, la interna en un geriátrico;
      La flaca, se pone hecha una vaca y la gorda, baja veinte kilos.



      En el medio, te van tratando de insatisfecha, ciclotímica, inmadura, egoísta y por supuesto, del peor de los insultos... feminista... Pero no todo es negro: muchos de nuestros cambios son recibidos con gran alegría por aquellos que nos rodean, como nuestro nuevo marido o nuestro viejo analista... Y no fue fácil para nosotras las mujeres, descubrir que teníamos derecho a cambiar... Por largo tiempo pensamos que lo mejor hubiera sido ser otra.


      Hoy, que sabemos que hasta la más superada se come las uñas, estamos más contentas con nosotras mismas... Cambiando lo que no nos gusta y no sólo los pañales o el rouge... Y lo logramos... En estos últimos años las mujeres cambiamos mucho.


      Antes, sólo estábamos obsesionadas por conseguir un marido... Ahora además, estamos estresadas por exigirnos logros profesionales, trastornadas por la culpa que nos provoca la maternidad y desesperadas por combatir la celulitis.


      ES BUENO SER MUJER porque...


      • Nos bajamos primero del Titanic...
      • Podemos asustar a nuestros jefes hombres, con excusas de misteriosos desordenes ginecológicos..
      • Los taxis se detienen por nosotras...
      • Tenemos la habilidad de vestirnos nosotras mismas y comprar nuestra propia ropa...
      • Podemos hablarle a la gente del sexo opuesto, sin tener que imaginárnoslos desnudos...
      • Hay veces, en las que el chocolate realmente puede resolver nuestros problemas...
      • Nunca nos arrepentiremos de habernos perforado las orejas...
      • Podemos deducir cómo es alguien con tan solo mirarle los zapatos...
      • Podemos hacer comentarios sobre cuán tontos son los hombres en su presencia, porque no están escuchando, de todas maneras.


      Mujeres:


      • Ellas sonríen, cuando quieren gritar.
      • Cantan, cuando quieren llorar.
      • Lloran, cuando están felices y ríen, cuando están nerviosas.
      • Luchan por lo que quieren.
      • No toman un 'no' por respuesta, cuando creen que hay una mejor solución.
      • Andan sin zapatos nuevos, para que sus hijos puedan tener los suyos.
      • Van al médico con una amiga asustada.
      • Aman incondicionalmente.
      • Lloran, cuando sus niños sobresalen y animan a sus amigos, a que lo hagan.
      • Se les rompe el corazón, cuando muere un amigo.
      • Sufren, con la pérdida de un miembro de la familia, aunque son fuertes cuando creen haber perdido la fuerza.
      • Saben que un beso y un abrazo pueden curar un corazón herido.


      Las mujeres vienen de todos los tamaños, colores y formas...
      Ellas manejan, vuelan, caminan, corren o escriben por correo electrónico,
      para demostrarte cuánto les importas...
      El corazón de una mujer, es lo que hace al mundo girar...
      Las mujeres hacen más que solo dar a luz: traen alegría y esperanza..
      Ellas dan compasión e ideales...
      Dan apoyo moral a sus familiares y amigos...


      ¿¿¿Alterada???
      ¡¡¡y a mucha honra!!!

      Maitena