Sunday, June 15, 2008

Vietnam e Iraq: dos guerras impopulares


Ciento sesenta personas arrestadas por su Marcha contra la Guerra en Iraq


Por Carlos López Dzur

CONDADO DE ORANGE:
El candidato presidencial del Partido Republicano John McCain cree que estratégica y moralmente a los EE.UU. le conviene apoyar al Gobierno de Iraq de modo que éste pueda proteger a su población. «Nuestras tropas deben quedarse allá. Sería un grave error salir antes que Al Qaeda en Iraq sea derrotada y antes que una fuerza de seguridad competente, entrenada y capaz sea colocada y funcione efectivamente», dice.
Strategy for Victory in Iraq En su blog JohnMcCain.Com, sigue elucubrando sobre los grupos que provocarían «tensiones sectarias y promoverían una guerra civil que desestabilizaría el Oriente Próximo».


McCain discursa los logros en la guerra. «Desde junio del 2007 a marzo de 2008, la violencia sectaria y étnica en Iraq se ha reducido por un 90%. Las muertes civiles y las muertes de las tropas de la coalición se redujeron por un 70%». Y, visto ésto, el apoyo a la exitosa estrategia de contrainsurgencia debe continuar. Claro está, ello significa seguir invirtiendo allá y en cantidades que todos ya sabemos: $275 millones diarios. La revista Time de noviembre del 17 de noviembre nos recordó el precio estimado de enviar un entrenador estadounidense para los recluras de la nueva policía iraquí: $400,000 «for each US trainer», incluyendo su salario de $153,000 y los costos de vivienda y alimentación. Un policía veterano en Filadelfia tiene un salario anual de $53,000. Posiblemente, por sólo el doble de su salario actual iría a Iraq a enseñar lo que sabe; pero, la Guerra de Iraq y la presencia de tropas en Iraq en un negocio de derroche al que los republicanos están comprometidos y, claro está, hay que elegir a un candidato a presidente (y Obama no lo es) con experiencia en disponer de gastos astronómicos a expensas del pueblo estadounidense para sustentar una estrategia de contrainsurgencia allá.


Según un reciente informe de Prensa Asociada, McCain estuvo reunido con el Ministro de Relaciones Exteriores. Regresó, eufóricamente, a decir que «the United States has made progress in Iraq and that the decision to send additional troops has worked». No obstante, lo que informa Natasaha T. Metzler, la autora del comunicado y como se lee en otras noticias, es muy diferente. Metzler escribe que los funcionarios iraquíes han ofrecido objecciones al propuesto acuerdo. Zeban reconoció que hay dificultades en las negociaciones. Si el acuerdo se firma sería para finales de julio. El asunto es que muchos iraquíes objetan la idea de la presencia indefinida de los EE.UU. su país.


Desde Bagdad, los reporteros Leila Fadel y Mike Tharp informaron que Nouri al Maliki arguyó la posibilidad de que su país no firmaría el acuerdo. «Iraqi Prime Minister Nouri al Maliki raised the possibility that his country won't sign a status of forces agreement with the United States and will ask U.S. troops to go home when their U.N. mandate to be in Iraq expires at the end of the year». Tal parece que a McCain le dicen una cosa y él entiende otra. En realidad, en cuanto a lo que es más explícito y hablador el candidato republicano es en criticar la postura contraria sobre la Guerra y el aumento de tropas que tiene su rival demócrata Barack Obama.


El por qué hay tan poco interés de Iraq en perpetuar esa presencia dizque benévola que Estados Unidos ofrece se funda sobre un acto de contundente inmoralidad y neocolonialismo político; pero un charlatán internacional del corporatismo y las políticas guerreristas, como McCain, no puede entender eso. La única experiencia en política internacional y diplomacia de la que puede ser experto es la de la complicidad con los intereses petroleros y el derroche de fondos públicos.


La guerra en Iraq tampoco es popular en los EE.UU.. John Mueller, historiador presidencial en la Ohio State University, dice: «La gente evalúa smplemente que lo que hay que ganar en Iraq es menor que lo que fue en Vietnam (donde perecieron 28,500 soldados estadounidenses). Hoy la gente no ve esta guerra de Iraq como una aventura importante. La Guerra de Vietnam se evaluó como vital en términos de la Guerra Fría y el paro de los comunistas. Hay una gran diferencia. La guerra en Iraq es más impopular que lo que fue el conflicto en Vietnam en este momento. Las encuestas lo dicen... Más estadounidenses — 57% — dice que enviar tropas a Iraq fue un error que lo que el 48% de la gente que llamó error cuando la intervención en Vietnam, al encuestarse en abril de 1968, por la organización Gallup, con base en Princeton, New Jersey. Mucha más gente creyó que Vietnam fue crucial para la seguridad de los EE.UU».


Mucha de la frustración de la gente ha sido obvia. El Congreso presionó al Presidente Bush a buscara la salida diplomática (inspecciones de la Naciones Unidas) antes de comenzar la guerra y respetar el principio constitucional (Artículo 1, Sección 8, Párrafo 11) que estipula que sólo el Congreso tiene la autoridad de declarar la guerra, no el presidente. Bush fue a la guerra sin la aprobación de las Naciones Unidas. Inglaterra se le unió en la aventura. «No weapons of mass destruction have been found in Iraq (as of October 27th of 2003). The reason President Bush gave for the attack of Iraq, that Iraq had weapons of mass destruction and was close to using them against the U.S., has not been supported by what has happened so far» (Dr. Jerry Adams).


Moralmente, ni los estados Unidos ni ninguno otro debe ataca a otro país sin las pruebas de una inminente amenzada. La comunidad internacional tampoco se muestra entusiasta en cuanto a ayudar a la reconstrucción o estabilizar la seguridad en Iraq bajo las normas que EE.UU. ofrece. La hostilidad de los iraquíes contra los EE.UU. es la consecuencia de políticas equivocadas y manipulaciones. El pueblo contribuyente norteamericano, sin ningún beneficio que los empleos de guerra, contrajo en consecuencia una deuda gigantesca de $4 billones al mes, sin un final positivo a la vista. Jerry Adams dice aún más: «No weapons of mass destruction have been found in Iraq or are likely to be found. They either did not exist or are so well hidden as to be unlikely to ever be found. For example, the amount of anthrax believed to have been saved by Iraq could fit in a typical suitcase. We found that no active nuclear weapons program was in place because the critical ingredients were found to have still been buried since the first Gulf War. The central reason given for the haste of the invasion, imminent threat against the U.S., was therefore unfounded... But the U.S. has taken control Iraq's oil (both directly or through appointing leaders of Iraq)».

No hay nada de razones estratégicas, complejas e insalvables para el conocimiento de Obama, sino entender que los intereses de EE.UU. sobre el petróleo están relacionados con la guerra de Iraq y las gestiones que durante el gobierno del expresidente George Bush (padre) se expresaron como «una política petrolera expansionista». El Golfo Pérsico cuenta con 660 billones de barriles de petróleo de reserva; el Asia Central es la «segunda cuenca petrolera más grande del mundo» (cerca de 200 billones de barriles) y de ahí, por tanto, el interés de controlar «el puente europeo-asiático» y la comercialización en la zona. A Estados Unidos le preocupó que la fuerte presencia de Arabia Saudita en estos proyectos petroleros que, desde 1997, movían empresas petroleras como Unocal (Texas), Delta Oil (saudita), Crescent Group (de Paquistán), la sociedad Central Asia Gas Pipelines Ltd., le quitara ventajas. Esto explica la guerra declarada a Afganistán en 1998.


Stephen J. Sniegoski, un analista político que se ha interesado en el estudio académico de las verdaderas causa de los conflictos en el Oriente Próximo, explica: Aún para los simpatizantes neoconservadores de la guerra hay una creencia de su validez en el argumento de privatizar el petróleo iraquí [«Even the neocon supporters of the war lent some credence to its validity with their talk about privatizing Iraqi oil. In other words, the idea that the war was fought to profit the oil companies, complete with the propagandistically effective No blood for oil sound bite, provided a perfect counterpole to the Bush administration's presentation of an apocalyptic conflict of good versus evil... Of course, that some oil companies might derive benefits from the U.S. takeover of Iraq does not mean they were the driving force. In short, the neoconservatives certainly sought allies for their war agenda, and the promise of oil riches was one way they saw of possibly drawing support from the oil companies»].


Sniegoski distingue entre los objetivos de lucro de la guerra, la toma del petróleo y el negocio prospectivo de la reconstrucción de Iraq, que ya es una mina de oro para las corporaciones americana, especialmente, las que tienen conexiones con la administración de Bush. Una de la firmas es Halliburton, que se dedica al negocio de los equipos petrolíficos y la reconstrucciֶn de su infraestructura. «Thus, the rebuilding of Iraq means profits for those in the oil-equipment business». Lo que mueve a los EE.UU., como gobierno, más que los intereses que puedan tener sus inversionistas petroleros, «es aumentar el poder en los asuntos mundiales».


La guerra contra Sadam fue por garantizar la hegemonía estadounidense más que por aumentar las ganancias de Exxon. «It was argued that American control of Iraq's oil would give the United States great leverage over Saudi Arabia and other oil-producing nations in the Middle East in setting production levels. Leveraging the oil supplies of Iraq and the Middle East would enable the United States to exercise control over the world, since the industrial nations depend on oil for survival. "Controlling Iraq is about oil as power, rather than oil as fuel," maintains Michael Klare, author of Resource Wars. "Control over the Persian Gulf translates into control over Europe, Japan, and China. It's having our hand on the spigot».

Todavía mucho peor en este fraude a la confianza del pueblo estadounidense y que tantas vidas le cuesta a las familias es la posibilidad de que todo el montaje del pretexto de la guerra corresponda a una mentalidad criminal y conspirativa del presidente Bush y sus allegados. Ejemplificaré con estos casos: Un exfuncionario de la Secretaría del Tesoro en la Administración del expresidente Ronald Reagan, Paul Craig Roberts, dijo que Bush hubiese podido urdir el ataque del 9/11 con «el fin de reestablecer el reclutamiento, anunciar una dictadura y atacar a Irán». Este tipo de razonamiento complementa la idea de un reputado veterano de la CIA, Robert Baer, quien ha cuestionado la versión oficial del 9/11. Quien fuera por 21 años especialista en asuntos del Oriente Próximo y galardonado con la Career Intelligence Medal en su jubilación en 1997, escribió dos libros que no de ficción sobre la CIA: See No Evil y Sleeping with the Devil.

En 2006, durante una entrevista con Thom Hartmann, Baer discutió las ganancias financieras que ha originado el 9/11 y aludió a que, por igual, habría ganancias políticas: «Someone in that chain of command, had pretty good knowledge that 9/11 was going to happen, and really didn't do much to stop it, or even obstructed efforts to stop it because they thought it would lend legitimacy to Bush's ... failing presidency». Y Baer es uno de siete veteranos de la CIA que han cuestionado la versión oficial que el govierno ha ofrecido sobre el Ataque a las Torres Gemelas y el uso y defensa de la tortura por el Departamento de Defensa de la Administración de Bush.

Quizás ninguno da una tan pormenorizada reacción a lo pasado como Raymond McGovern, con una carrera de servicio en la CIA de 27 años. Es el autor de 9/11 and American Empire: Intellectuals Speak Out (2007) y dice: «It has long been clear that the Bush-Cheney administration cynically exploited the attacks of 9/11 to promote its imperial designs. But the present volume confronts us with evidence for an even more disturbing conclusion: that the 9/11 attacks were themselves orchestrated by this administration precisely so they could be thus exploited. If this is true, it is not merely the case, as the Downing Street memos show, that the stated reason for attacking Iraq was a lie. It is also the case that the whole "war on terror" was based on a prior deception».

¿Quién jura que Obama no sabe estas cosas? Sí, las cosas que la Administración Bush y los republicanos como partido ocultan.


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Bibliografía


Natasha T. Metzler, «McCain meets Iraqi foreign minister». Associated Press. Ver


Leila Fadel y Mike Tharp, «Maliki raises possibility that Iraq might ask U.S. to leave». McClatchy Newspaper. Ver


Dr. R. Jerry Adams, «Iraq and War: A Comparison of Views». EDI..Ver


Stephen J. Sniegoski, «War on Iraq: Not oil but Israel», en: WTM Enterprises. Ver


James Joyner, «The popularity of the war in Iraq». En: The Glitering Eye. Ver

Alan Miller, Seven CIA Veterans Challenge 9/11 Commission Report. Ver


Ray McGovern, 9/11 and American Empire: Intellectuals Speak Out, edited by David Ray Griffin and Peter Dale Scott. March, 2007

Former Reagan Official: Bush May Stage False Flag Events To Reinstate, 07-17, 2007 Ver

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