Friday, June 13, 2008

La ecología y la independencia petrolera

Por CARLOS LOPEZ DZUR


ORANGE COUNTY:
La ideología conservadora oligárquica que domina en los sectores republicanos, en su afán de combatir los sauditas árabes y los 58 años de dependencia del petróleo iraquí, ya sabemos que prefieren saquear a esos territorios y transferir su riqueza a las manos de las alimañas corporativas estadounidenses. Mas, ciertamente, el método militar es impopular y costoso. La guerra contra Irak lo ha demostrado.

En su afán de buscar una alternativa, para una economía «adicta al petróleo», en la que el consumidor del país gasta $150 billones cada año, y para satisfacer su demanda de crudo lo importa de otros países, «muchos de los cuales no son amigos de la nación», la mirada se vuelve al propio territorio. Cualquier cosa es preferible a seguir comprando petróleo del enemigo. Saudi Arabia, Irán y Venezuela tienen una producción petrolera más que suficiente para que no tengan que pagar $4.50 o más dólares por galón. Los EE.UU. no. En Arabia Saudí, la gasolina cuesta sólo 45 centavos por galón; en Irán, 35 centavos y menos de 25 (la peseta) en Venezuela. ¡Qué envidia! Con razón la diplomacia aliada de garrote, desmerece a Hugo Chávez y demoniza a los árabes. Se cree que a los recursos ajenos, se tiene un derecho político o natural, sin hacer concesiones.

La lógica de los intereses petroleros de los EE.UU. es más canalla que el conformarse con saquear a Irak e Irán. Ahora lo que pretenden puede que tenga un impacto adverso, a largo plazo, en su mismo territorio. Impulsan la no-dependencia o reducción del consumo de petróleo extranjero. Y para lograr ese fin, proponen el aumento de la producción doméstica, que será un salto inicial para la economía interna que está en problemas. Los números que relacionan a esta ambición son atractivos. Por ejemplo, si los EE.UU. toma la alternativa republicana y corporativa al respecto de explotar sus propios yacimientos petrolíficos, se contaría con al menos 10.4 billones de barriles de petróleo nuevo. Suficiente petróleo para las necesidades de 29 estados por más de un siglo. Suficiente para reemplazar las importaciones que por 30 años se han tramitado con Arabia Saudita y suficientes para satisfacer las necesidades de la Capital Federal, el Distrito de Columbia, por 1,704 años. Significa que se habla sobre entre 3.0 a 4. 3 billones de barriles de petróleo crudo, inexplotado, pero técnicamente recobrable» en el subsuelo der North Dakota y Montana en el área conocida como Bakken Formation, área que sumaría 25 veces más barriles que lo que inicialmente se pensó cuando los ojos de la codicia se fueron a la región del ártico (Arctic National Wildlife Refuge, ANWR) y otras áreas estadounidenses.

Los republicanos, en su bloque partidario, proponen abrir tales áreas conservadas a la exploración petrolífica, dizque que de modo «safe and responsible». De hecho, en el contexto ecológico, donde el uso de los recursos del subsuelo está ya en entredicho, no hay tal seguridad ni responsabilidad. En la actualidad, los estadounidenses consumen approximadamente 5.5 biliones de barriles de petróleo por año.

Los combustibles fósiles gobiernan la economía del mundo. Es la verdad. En la década de los '90 y el 2000, al menos, 4 quintas partes de la energía en los EE.UU. provino de combustibles fósiles, incluyendo el petróleo, el gas natural y el carbón; pero también creció la consciencia de que hay que hallar un consenso mundial del daño que hacen los políticos poderosos y grupos que no son sensitivos a asuntos tales como la estabilización del clima, la protección de la atmósfera de tóxicos y su relación inmediata con la contaminación ambiental y el uso eficiente de la energía y los recursos. En una medida que sentaría pautas para el mundo en materia de protección ambiental y gracias a iniciativas electorales, sujetas a aprobación por los botantes, California comenzó a comprender que se necesita una reducción del 20% del uso de combustible fósil en la industria vehicular y aúnpara la generación de la electricidad.

Como en toda la nación, California tiene una cultura automovilística y tal cultura ha dependido del petróleo. El transporte. Los californianos han puesto el grito en el cielo por causa de la crisis de elevado precio en la gasolina; pero, en las década próximas décadas será líder en campos como la industria del automóviles de energía-eficiente, turbinas de viento («wind power») y energía solar para generar electricidad, es decir, las iniciativas que controlan la contaminación y la degradación del planeta.

Un estudio reciente realizado por el Servicio de Administración de Minerales [Minerals Management Service, MMS] tasa los recursos no-descubiertos (UTRR) bajo las costas del Outer Continental Shelf (OCS), como promisoria fuente de entre 66.6 a 115.3 billones de barrilesde cruido y con entre 326.4 a 565.9 de trillones de pies cúbicos de gas natural. Los animales de rapiña están oyendo la música del cielo. El poder da acceso a estas informaciones de geólogos y especialistas.

El campo de batalla es el Congreso. El exportavoz de la Cámara de Representantes Federal, Newt Gingrich, partidario del saqueo de subsuelos protegidos, echa sus alaridos contra los «liberales» y los grupos ambientalistas, describiendo de «extremistas» y «secuestradores» a los congresistas y exponentes que se le opongan en la tarea de defender la exploración interna de petróleo. Concluye que, mientras el pobrecito pueblo americano lucha con el pago de su consumo de gasolina, el Congreso ha hecho ilegal «desarrollar y explotar sus vastos recursos domésticos de petróleo». Explica que, según un estudio de Rand, las reservas de petróleo de Utah, Wyoming y Colorado, en las áreas conocidas como Formación del Green River, contienen más de un trillón de barriles, con 800 billones de barriles completamente recobrables y equivalentes a tres veces más las actuales reservas de Arabia Saudita.

De modo que, haciéndole coro, el presidente de The Center for Individual Freedom, Jeff Mazzella lanza la convocatoria: Si queremos ser serios en solucionar para siempre el asunto de la crisis de la gasolina los pasos a dar son los siguientes: «Demandar al Congreso para que quite las prohibiciones que han detenido la construcción de nuevas refinerías en los EE.UU. Demandar que paren de obstruir una exploración del petróleo que sea ambientalmente segura («environmentally safe») en Alaska, la Outer Continental Shelf, la Formación de Bakken Formation y otros lugares de los EE.UU., que está repletos de petróleo utilizable».

Por supuesto, Barack Obama y Hillary Clinton se han opuesto a este manifiesto el de la Independencia Petrolera o Domestic Exploration in Desolate Areas, que formula que los EE.UU. permance como la única nación industrializada que prohíbe el recobro de sus recursos en el subsuelo. A pesar de que los defensores de la Independencia Petrolera y la Exploración Doméstica alegan que «solamente el 8% de las áreas del ANWR serían abiertas a estas exploraciones y utilización, preservándose el 92% como en el presente estado, los congresistas se oponen, así como los ambientalistas y valdría que nos preguntáramos por qué su desconfianza de la rapacidad de estos oligarcas petroleros.

La quema y extracción de combustibles fósiles es la principal causa de los severos daños en el nivel de ozono de la atmósfera y el aument de la temperatura en el planeta. El pensamiento industrialista, si quiere ser responsable, debe reevaluar las estrategias de un modo que haya una relación sensible y coherente acerca de las relaciones del ser humano con el ambiente, o mundo natural. Este llamado se hizo por las Naciones Unidas en su documento Nuestro Futuro Común, en 17 diferentes idiomas: Es necesaria la integración de las decisiones económicas con políticas adecuadas de ambientalismo.

Todo ese monólogo conservador-republicano sobre la Independencia Petrolera, en nombre de los derechos de competencia en el mercado, en defensa propietarios, los contratistas de energéticos y el usufructo interno de combustibles fósiles, no es otra cosa que una petición de licencia libre para seguir contaminando la estratósfera. Es la propuesta del grupito de ambiciosos oligarcas que quisieran ver destruído el Movimiento Ambientalista en este país y en el resto del mundo. Esta es la gente que no comprende que seis de los días más calientes del siglo XX ocurrieron durante el decenio de 1980, abriendo la era del Calentamiento Global. Fue el Verano de 1988, unos días de calor y sequedad tan severa que, como explicó Lester Brown, fundador de Worldwatch Institute, la cosecha de granos en los EE.UU. se redujo bajo el nivel de consumo por primera vez en la historia. El nivel de contaminación que este país ha generado tiene efectos en la agricultura. «Nuestra cosechas anuales se han reducido al menos un 5% por causa de la contaminación del aire». No por otra razón el mismo Newt Gingrich recomienda al país «desarrollar una tecnología coherente, con soluciones orientadas de mercado para la conservación ambiental y el consumo eficiente de energía».<p>
Estos proponentes del Explotemos Nuestro Propio Petróleo son la gente que no entiende que la capa de ozono en la estratósfera y que nos protege de los rayos ultravioleta está siendo destruída y que el efecto de los gases de tipo invernadero («green house gases») aumentan con las consecuencias consabidas. A ellos le importan la ganancia que obtendrán los industrialistas, no el ambiente. Ellos no oyen cómo la Naturaleza nos habla e impone su reacción con deshielos, inundaciones, desertificación de zonas, calentamiento e inesperados fenúmenos naturales. Ya no es posible negar la evidencia científica del daño ecológico a la capa de ozono y el fenómeno del calentamiento global. El movimiento ecologista no el mismo del 1970. La Tierra ha perdido más de 500 millones de acres de árboles, más de 480 billones de toneladas de humus y el dióxido de carono en el aire ha aumentado más del 9%. La lección que nos enseña y demanda como mínimo es que sea los EE.UU. el país que se mueva hacia alternativas menos dependientes del petróleo y los tóxico disparados al aire.

Los líderes anti-ambientalistas quieren un siglo más de cultura petrolera.

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Bibliografía

Obama and Clinton Vote Against Oil Independence – Again

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