Friday, June 20, 2008

El fracaso de la política anti-drogas


ORANGE COUNTY: A petición del Senador demócrata de Virginia, Jim Webb, se efectuó una audiencia, en días pasados, en el Comité Conjunto de Asuntos Económicos del Congreso sobre los costos económicos de la política anti-drogas del gobierno de los EE.UU. La audiencia se celebró con el lema Illegal Drugs: Economic Impact, Societal Costs, Policy Responses.

En la discusión fueron los panelistas: Anne Swern, asistente principal del Fiscal del Condado de Kings, Brooklyn, New York, Norma Fernandez, coordinadora comunitaria de la Fiscalía, Peter Reuter, del Departamento de Criminología de la Universidad de Maryland y John Walsh, asociado de la Oficina para la América Latina en Washington.


El Senador Webb comenzó la sesión apuntando lo siguiente: «Nuestra demanda insaciable por las drogas conduce al comercio de drogas. Estamos gastando enormes cantidades para incautar embarques de drogas, pero los suministros continúan consistemente. Tantos como el 86% de los alumnos de preparatoria informan que tienen un fácil acceso a la marihuana. Los precios de la cocaína han bajado por un 80% desde 1980... Lo esfuerzos por detener el consumo ilegal de narcóticos ha dependido pesadamente en las autoridades de ley. El número de personas en custodia por delitos de drogas ha aumentado por 13 veces en los pasados 25 años, mas todavía el flujo de drogas permanece sin disminuir. Las convicciones por drogas y castigos colaterales están arruinando nuestras comunidades minoritarias». [«Our insatiable demand for drugs drives the drug trade... We're spending enormous amounts of money to interdict drug shipments, but supplies remain consistent. Some 86% of high schoolers report easy access to marijuana. Cocaine prices have fallen by about 80% since the 1980s... Efforts to curb illegal drug use have relied heavily on enforcement. The number of people in custody on drug charges has increased 13-fold in the past 25 years, yet the flow of drugs remains undiminished. Drug convictions and collateral punishments are devastating our minority communities»]

LA POLITICA ANTI-DROGA DE USA ES UN FRACASO: En palabras de Webb, confirmadas por sus asesores: «Nuestra actual política mixta no es la estrategia que deseamos. Tenemos que repensar nuestras respuestas en cuanto a sus efectos en la salud, su impacto económico y su efecto en el crime. Tenemos que repensar nuestro enfoque sobre el suministro y la demanda de drogas, el número de personas usándolas y la violencia en la frontera». Webb dijo en marzo pasado en ABC News que en los EE.UU. hay dos millones de personas encarceladas y que ese es un asunto que tomará de 2 a 3 años para llegar a su fondo. En un libro reciente, titulado A Time to Fight, Webb dice: «El tiempo ha llegado para dejar de encerrar a la gente por la mera posesión de marijuana. Tiene mucho más sentido que se tome el dinero, que pudiera ahorrarse si se deja esa política, utilizarlo en actividades de combate a las actividades criminales de las pandillas... Estamos encarcelando a gente que realmente no necesita estar en cárcel por acciones que otros países parecen que están manejando de maneras más constructivas». [«We are locking up a lot of people who really don't need to be in jail, for actions that other countries seem to handle in more constructive ways».]

CONSEJOS DE LOS CRIMINOLOGOS: Peter Reuter, autor del libro Drug War Heresies, explicó que la política antidrogas de los EE.UU. es «comprehensiva, amplia, pero inbalanceada». El 75% del prespuesto para gastos va para las agencias de policías que sólo encarcelan a poquiteros del narcotráfico («low-level drug dealers»). No hay mucho tratamiento disponible. Los EE.UU. tiene un problema de adicción a drogas más grande que otros países occidentales y sus medidas para confrontarlo no han tenido mucho resultado. El electorado en California quiere nuevos enfoques en la lucha contra las drogas y algo indicativo fue la Proposición 36, que pedía «treatment-not-jail»: tratamieto, no cárcel. Hasta la fecha criticó Reuter: «El Congreso se ha contentado con aceptar más el discurso retórico y alarmado que la investigación». La Oficina Nacional para Políticas de Control de Drogas se negó, por 3 años, a que se publicara un informe.sobre los niveles de consumo de drogas durante la Administración de Bush administration. «It's hardly a secret that ONDCP has failed to publish that report, but Congress has not bothered to do anything. We need more emphasis on the analytic base for policy», puntualizó el criminólogo.

Para él, la solución es aumentar en los EE.UU, lo que llama la abstinencia coercitiva ante las drogas. Al citar un trabajo clínico sobre ésto, del investigador de UCLA, Mark Kleiman, Reuter dijo que se ha tenido cierto éxito en el modelo: «Cuando se aplican sanciones modestas, pero inmediatas, se puede esperar «una baja real en el uso de narcóticos y de la actividad criminal». Webb y Reuter coincidieron en ofrecer las estadísticas del Departamento de Justicia que indican que «entre todos los arrestos por uso de narcóticos en 2005, el 42.6% fueron por ofensas relacionadas al uso de marihuana. Esto es un malgasto de recursos: emplear tanta energía en arrestar a personas por ofensas de marihuana... La vasta mayoría de los arrestos fue por la simple posesión de marihuana. En Maryland, en términos generales, nadie es sentenciado a cárcel por posesión de marihuana, aunque un tercio de los acusados pagan un tiempo en cárceles en lo que se les celebra un juicio. No es tan malo como aparenta».

Reuter coincidió con Wash en cuanto a la necesidad de discriminar entre los tipos de drogas ilícitas y cuál merece más énfasis al asignar recursos de castigo, arresto y costos de convicción. Webb, como sus asesores en el Comité, están preocupados por el costos del alto nivel de encarcelamiento en el país. La marihuana continúa siendo: «the primary illicit drig choice for most Americans».

LAS CRITICAS DE WALSH: Por su parte, John Walsh dijo que, desde 1981, se han gasto cerca de $800 billones en control de narcóticos y $600 billones de ellos en tratar de parar el suministro; pero la producción de coca está tan elevada como hace 20 años. «Si queremos de veras reducir los cultivos ilícitos y sabemos que la erradicación de esos cultivos llevará a que se renueven los plantíos, necesitamos buscar otras alternativas».

Hay una contínua disponibilidad de drogas ilícitas y el precio de estas dismunuye. Sugiere ésto el fracaso policíaco de incautación de tales drogas. Si bien hay disrupciones en el mercado de cocaína de los EE.UU. desde el año pasado, el paso de drogas a través de la frontera es como hallar una aguja en un pajar y hay muchos tipos de pajares. Por el inmenso comercio legal de EE.UU. con México pensar que la altenativa es cerrarla es engañoso. «Aún con la ayuda de EE.UU, una reducción del flujo de drogas no es tan probable».. [«The quick fix mentality hasn't fixed anything».] «Reconozcamos que las drogas y el uso de éstas, como problemas perennes, lo que urgen es que se minimice el daño asociado con su uso y se incluyan políticas asociadas a su control. Hemos creado un increíble aparato de economía subterránea... El verdadero asunto ahora es la demana, la prevención y tratar a las personas que salen de prisión».

LOS ADOLESCENTES Y LA MARIHUANA: Un análisis actualizado, co-elaborado por el Dr. Mitch Earleywine, profesor asociado de Sicología de State University of New York, concluye que las leyes estatales sobre «marijuana recetada» no han provocado un incremento en el uso de la yerba por los adolescentes, a pesar de los miedos que han surgido entre la gente. Más bien, el uso de la marihuana por los adolescentes ha disminuído en los estados que hay aprobado leyes de uso médico y, generalmente, en más marcados niveles que el promedio nacional.

En California, donde se aprobó una ley de Marihuana Recetada en 1996, el uso de marihuna decayó entre todos los niveles de edad. Entre los niños del noveno grado escolar bajó por 47% entre 1995 al 1996, según la última encuesta disponible. Similar patró de baja está repitiéndose en esados que nunca han tenido una ley de marihuana para uso médico. Pero en Vermont y Montana, que sí tienen tales leyes, el uso actual de la marihuana se ha reducido del 15% al 9%, respectivamente. En Rhode Island, con leyes de uso médico de la marihuana desde 2004, el uso se ha reducido al 7% del 2005 al 2007.

BILLONADAS PARA DETENER EL CULTIVO DE COCA: De las administraciones de Clinton a la de Bush, el contribuyente estadounidenses se ha visto en la aventura y experimento erradicar el cultivo de coca en Colombia, a un costo de $5 billones. La ayuda ofrecida va en un 80% a las fuerzas de seguridad, ejércitos y policía. El otro 20% se canaliza al desarrollo de ayudas. La paradoja estriba en que un informe de la Office on Drugs and Crime (UNODC) de las Naciones Unidas, titulado El cultivo de la coca en la región andina, indica que la producción de coca en tal región (que incluye Bolivia, Perú y Colombia) va en aumento. Hay un incremento del 16%, respecto las estadísticas del 2006, el nivel más alto de cultivo desde 2001. Colombia, donde se ha dado el mayor incremento, se da en diez de las 195 municipalidades del país, que produce la mitad de la cocaína.

La misma estrategia de derramas económicas para atacar el narcotráfico que se hace en colombia la Administracin Bush la promueve para México con la Iniciativa Mérida, a un costo de $1.5 billones por un plazo de 3 años. Es consiste en transferencia de tecnología, equipo nuevo, helicópteros y entrenamiento de policías mexicanos, jueces y personal de las cortes. El gobierno de Felipe Calderón es receptivo y ha puesto voluntad política en su esfuerzo de combatir el narcotráfico. La prensa destaca esos resultados con la cobertura de lo que implica combatir las drogas con ley firma. Casi 5,000 personas en México han sido asesinadas desde el mes de diciembre de 2006. «En Ciudad Juárez --dice Alfredo Corchado, del The Dallas Morning News--, cerca de 500 personas han sido asesinadas este año, equivalente a 8 asesionatos por día. Los secuestros al azar se han convertido en rutina. Más de 14 comercios se han incenadiado y los dueños son amenazados de muerte a menos que ellos paguen por protección».

Otro aspecto de esta tragedia, cuyo impacto se traslada a los EE.UU., según escala la guerra contra los carteles, es que: «Docenas de policías y dueños dfe egocios cruzan la frontera de Ciudad Juárez buscando asilo político en Dallas, o yendo a otras ciudades de Texas... Los abogados y grupos de detechos de los inmigrantes dicen que entre 50 a 100 casos».

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NARCOTRAFICO Y AGRESION JUVENIL: El narcotráfico es un negocio agresor y daña a la juventud del país que consume y a la base juvenil que vende. El informe Youth Violence: Lessons from the Experts, preparado por el National Adolescent Health Information Center, explica que los jóvenes adictos a drogas tienen entre el 10% al 20% más probabilidad de verse involucrados en violencia que los no-adictos. Consumir drogas no es una actitud «cool», «tranquila», sino una situación de riesgo que comienza con el contacto proveedor. El vendedor de drogas en la calle es un provocador de violencia, siembra desconfianza entre jóvenes y adultos y requiere de apoyo extra, complicidad y consenso de su pandilla, para ser negocio. El vendedor de drogas no trabaja solo. Está consciente del mal moral del que vive y el delito jurídico que supone su acto. Siempre estará expuesto al choteo, la traición y la inseguridad, porque ni la comunidad lo sanciona ni la ley que juega dobles estándares en muchos países, por cuanto es un negocio lucrativo, y a los funcionarios, con funciones represivas, sólo hay que llegarles al precio.

El proveedor de drogas, por más simpático que nos parezca, es un áspid. Envenena la sociedad. Conspira contra su comunidad. Fortalece a un enemigo que puede ser él mismo u otra ante el que tenga una posición subordinada. Los narcotraficantes son enemigos de la democracia, el Estado-nación y el pueblo bueno. Son la perfección perversa del lucro, el lado más oscuro del capitalismo y la iniciativa privada. No hay nada glamoroso en el negocio de las drogas que apele a la decencia de la gente buena de una comunidad, por más millones de dólares que maneje y mejores ofertas que haga. El sicario, el corruptor y el mercenario, sólo tiene la respetabilidad que nace del morbo y la envidia.

El narcotráfico, como toda cultura de violencia, mitologiza y desorienta. Muchas de las ideas que se tienen en torno a su funcionamiento dentro de las comunidades son falsas. El informe que mencionamos, «lecciones de los expertos», nos recuerda algunos de los diez mitos sobre la violencia que son importantes. Por ejemplo, que la violencia y el homicidio se planifican hasta en sus detalles ínfimos. Que siempre resultan de una conducta premeditada. La verdad es que ésta es la manera fácil, apática y demorante, con que las policías investigadoras le huyen al paquete de enfrentar a los criminales mayores.

Las policías locales y federales no quieren arriesgar sus vidas cuando saben sobre las pandillas eficazmente armadas. Prefieren que se maten entre ellas mismas. Explotan su mundo de inseguridad, su inexperiencia y su inmadurez. La juventud afroamericana, educada en el pandillaje, muy pocas veces ataca a la juventud blanca. Sus pandilleros tienen ya suficientes problemas protegiéndose de ellos mismos y sus divisionismos tribales. En el Sur de los Estados Unidos, donde hay una cultura de afición por las armas, el niño blanco aprende a usarla antes de ir a la escuela. Es una ventaja sobre el niño afroamericano que sólo si une a pandilla criminal puede entrar en contacto con armas de fuego.

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«US Drug Policies Flawed and Failed, Experts Tell Congressional Committee», en: StopDrug.Com Ver

«New Report Finds Teen Marijuana Use Down in States With Medical Marijuana Laws», en: StopDrug.Org Ver

«Latin America: Coca Production Up Last Year, UN Reports». Ibid. Ver

Alfredo Corchado, «Juárez officers, business owners fleeing to Texas», en: The Dallas Morning News. June 20, 2008.

Youth Violence: Lessons from the Experts, en: National Adolescent Health Information Center. Download (0.73MB PDF)

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