El ajo es un ingrediente indispensable para condimentar nuestros platos. Además es un cultivoantiquísimo que puedes sembrar fácilmente en la huerta. Hay dos variedades generales. Lo hay también rosa o morado, gigante y miniatura, cultivado éste en el Sudeste asiático, con 4 ó 6 dientes por cabeza:
Planta del ajo
Blancos: Blanco Zacatecas, Cristal, Chino, Early California e Iraquí.
Morados: Taiwan, Chileno, Criollo de Anamberri, Criollo de Aguascalientes, Cadereyta y Celaya.
Se siembran los dientes de ajo mejores de cada cabeza durante el otoño; pero en los terrenos más pesados y húmedos la siembra se hace en enero o febrero, para evitar encharcamientos excesivos. Siembra del ajo
Los plantaremos en caballones con el terreno bien removido, dejando la puntita sobresaliendo del terreno y enterrándolos entre 3-5 cm, sin apretar demasiado la tierra; el marco de plantación es de 10-15 cm entre dientes y 20-30 cm entre líneas. Debemos evitar utilizar los dientes procedentes de la parte central del bulbo y desechar los muy pequeños o deformes. Antes de la plantación, es recomendable mezclar con la tierra 1/6 de arena.
PROSPERA EN CUALQUIER SUELO: Las semillas se pueden plantar durante los meses de abril y mayo, especialmente en las zonas de clima templado. Prospera en cualquier suelo, pero el sustrato ideal es del tipo suelto, permeable, orgánico y bien abonado; una pequeña dosis de arena en su composición será bienvenida pues ayudará a mejorar el drenaje y evitará los excesos de humedad.
El ajo es una planta de bulbo que para la formación de él requiere ciertas condiciones relacionadas con las horas-luz y temperatura ambiente, por lo cual sus mayores zonas de siembra están ubicadas sobre los 1.200 m.s.n.m., asegurando una temperatura fresca durante ciertas épocas del año propicias para su cultivo.
En el mercado internacional las variedades blancas tienen una mayor aceptación y demanda que las moradas aún cuando éstas no dejan de ser buenas. Vamos a encontrar que las variaciones de selección se van a referir a fotoperíodo (largo o corto), precocidad, coloración y rendimiento.
BUEN REPELENTE DE GUSANOS: El ajo puede asociarse con otras especies y actuará como repelente de los gusanos, insectos y arañas. Colócalo junto a las frambuesas, cerca de los rosales, y junto a las papas y los tomates será ideal para ahuyentar a los pulgones. Otras asociaciones beneficiosas se arman con la remolacha, el repollo, la frutilla y la lechuga.
SIEMBRA: El ajo se siembra en surcos o en eras; en terrenos inclinados y pequeñas superficies se recomienda el sistema de eras, las cuales son canteros o camas de suelo levantadas unos 6 a 10 cm, de 1 a 1,2 m de ancho y al largo que permita el terreno.
En las eras se trazan surquitos cada 10 cm, donde se colocan los dientes de ajo con una separación de 6 a 8 cm entre sí y después de colocados se cubren con tierra. La profundidad de siembra depende de la textura; en suelos arenosos los dientes deben colocarse a una profundidad de 2 a 3 cm, y en suelos pesados de 1 a 2 centímetros.
La escasa profundidad de raíces en este cultivo (20 cm) obliga a realizar una buena preparación del sitio de siembra a una profundidad de 30 - 40 cm, que comprende la nivelación del suelo, el arado y la fragmentación de terrones hasta que el suelo quede bien mullido.
En zonas con pendientes se hacen melgas de 1 a 2 m de ancho en el sentido de la pendiente, cortadas cada 3 a 5 m perpendicularmente a la pendiente formando especie de pequeñas terrazas, no se hacen surcos, sino que las separaciones entre melgas de 15 a 20 cm, son hechas con piedras. Las hileras de ajo, se disponen perpendicularmente a la pendiente.
En zonas más planas, se siembran lotes completos y las hileras se disponen aproximadamente en curvas de nivel. En ambas formas, las distancias de siembra varían de 10 a 40 cm entre hileras y de 5 a 20 cm entre plantas.
ENFERMEDADES Y PLAGAS: Pudrición: aparece en las primeras fases del desarrollo si se dan condiciones de humedad excesiva. La base del bulbo se reblandece y se pudre. Gorgojo de los bulbos: Coleóptero que suele aparecer poco antes de la cosecha, durante el mes de mayo, y se come los ajos casi por completo.
El aporque: Es una práctica que consiste en arrimar tierra de los camellones alrededor de los bulbos. Se efectúa cuando se realizan las limpias manuales del cultivo, para eliminar las malezas que hayan logrado emerger durante el primer mes después de la siembra
El aporque puede favorecer la producción porque se logra bajar la temperatura del suelo alrededor del bulbo, manteniéndola humedad y evitando que el área de exploración de las raíces, que es poco profunda, llegue a secarse.
Al realizar el apoques es recomendable tener cuida do de no lesionar las raicillas, ya que se les puede causar daños muy graves
La tierra que se arrimé alrededor de la planta debe quedar suelta y no cubrir demasiado: las plantas porque con frecuencia producen bulbos deformes de maduración retrasada.
En aquellas siembras donde se apliquen camadas de conchas de arroz, éstas mantienen la humedad, reducen la temperatura y mejoran la estructura del suelo. En estos casos, el cultivo no necesita el aporque.
LA FERTILIZACION: Las necesidades de fertilizantes deben ser determinadas a través de un análisis de suelo, ya que el exceso o deficiencia de algún nutrimento puede ocasionar efectos negativos en el cultivo.
Para tomar la muestra de suelo deben seleccionarse lotes de terreno, dependiendo de la densidad existente y la coloración de los mismos. El lote donde se piensa sembrar alo se recorre en zigzag.
Se toman pequeñas muestras entre O y 20 cm de profundidad, se mezclan bien, se le extrae los restos de vegetales y piedras, se secan al aire y luego se toma solo un kilo de suelo y se coloca en una bolsa plástica Se identifica con una etiqueta y se lleva al Laboratorio de Suelos más cercano.
Las cantidades requeridas de fósforo y potasio deben ser colocadas en el fondo del surco al momento de la siembra junto con un tercio del nitrógeno. Otra tercera parte se aplicará en bandas 30 días después y el resto del N recomendado se aplicará 55 días después de la
En las zonas frías, recomendadas para la siembra del ajo, se presentan deficiencias de otros nutrimentos tales como magnesio, azufre, hierro, zinc y boro, que el cultivo utiliza en pequeñas cantidades, pero que son vitales para su buen desarrollo y producción.
Se recomienda suministrar estos nutrimentos a través de aspersiones al follaje, tales como sulfato de magnesio (hepta hidratado) cada 15 días hasta completar seis aplicaciones en dosis de 20 gramos por litro de agua Alternadas con estas aspersiones, se debe aplicar abono foliar en las dosis que recomiende el técnico.
El ajo es una hortaliza muy apreciada. Su uso es generalmente para condimento aún cuando muchos estudiosos han demostrado una serie de propiedades relacionadas con la circulación y producción de sustancias antisépticas en el cuerpo humano. Se puede decir que el consumo de esta hortaliza es cada vez más apreciado aún cuando cada día su valor es una traba para su consumo
COSECHA: La época de cosecha puede determinarse por la aparición de ciertos síntomas en las plantas entre los cuatro y cinco meses después de la siembra. Sin embargo, en aquellos lugares altos, el ciclo del cultivo es más largo que en! las zonas bajas.
Lino de los primeros síntomas es el amarilleo general y el doblado del follaje. Cuando las tres cuartas partes (75%) de la plantación de ajo se encuentra en las condiciones señaladas puede considerarse que está listo para ser cosechado.
Otro síntoma lo constituye la presencia de espacios con aire entre los dientes de los bulbos, esto puede observarse cuando se realiza un corte transversal del mismo.
En algunas variedades, la presencia de dientes aéreos en la mayoría de las plantas también es un indicio de madurez. Cuando la cosecha está próxima es conveniente suspender el riego para favorecer el secado de los bulbos y facilitar su limpieza.
La recolección de los bulbos es manual y conviene efectuarla durante un día bien soleado; el material se extiende luego en el campo durante cuatro días, tratan do en lo posible de que el follaje de una hilera cubra los bulbos de la hilera vecina para protegerlos de la acción directa del sol.
La Recolección se realiza durante el verano, cuando el follaje comienza a amarillear y se va secando.
Para su correcta conservación se deben dejar las cabezas una semana al sol, con el fin de que acaben de secarse, de este modo, los bulbos no vuelven a a brotar y no se pudren. Luego se atan en manojos o ristras y se cuelgan en lugar seco y aireado, con lo que se conservan en óptimo estado durante muchos meses.
La cosecha de los ajos tiernos se va realizando durante la primavera, según las necesidades.
Si hay peligro de lluvia conviene colocarlos en un sitio seguro, pero con buena ventilación, dándole vueltas para que el proceso de secado (curado) se realice de manera uniforme. Un buen “curado” aumenta la conservación del producto y disminuye su peso en un 30 por ciento.
Luego se procede a la labor de espique o corte de raíces y follaje a nivel de la base del bulbo y cuello de la planta, utilizando para ello un instrumento cortante, el cual puede ser una hoja de segueta.
Si el ajo cosechado es para consumo, después del proceso de curado y espique se realiza el zarandeo, es decir, el paso de los bulbos a través de mallas cuadradas de diferentes tamaños, con el fin de clasificarlos de acuerdo con tres categorías: los más grandes corresponden al ajo de primera, los de regular tamaño al ajo de segunda y los más pequeños al ajo de tercera.
CONTRA COLESTEROL Y ANTIBIOTICO NATURAL: El ajo puede ser la mejor respuesta natural para el colesterol alto, pues según estudios de la Universidad Tulane, de Kansas y otras más, el consumo diario de cápsulas de ajo pueden reducir los niveles de colesterol en un promedio de 11 por ciento. Propiedades farmacológicas del ajo
Son muchas, pero cabe destacar su poder para luchar contra todo tipo de bacterias se considera el antibiótico natural % por excelencia. Además, reduce el colesterol malo de la sangre y aumenta los niveles del «bueno». Por último, favorece la circulación, impidiendo que se formen coágulos en venas y arterias.
Una receta sencilla para el mal sabor del ajo: corta berenjenas en rodajas, rocía con zumo de limón y coloca el ajo laminado por encima; mete al homo y… ¡listo!
EL AJO ES ANTI-OXIDANTE: Es rico en selenio, un mineral de propiedades antioxidantes que, según los expertos, juega un papel importante para frenar el proceso de envejecimiento. Carece de sodio, así es que va muy bien para las dietas pobres en sal, alegrando el sabor de muchos platos. Un diente de ajo tiene sólo 4 calorías.
PREVIENE INFARTOS: Un diente de ajo al día previene el infarto. De momento, lo único que han conseguido demostrar todos los estudios realizados sobre este popular bulbo aromático es que ayuda a reducir los niveles del “colesterol malo”. Todas las demás propiedades que se le atribuyen al ajo, desde curar la artritis hasta prevenir el infarto, están pendientes de resultados científicos que las confirmen. Tampoco está muy claro que el ajo conserve sus saludables beneficios una vez cocinado, así es que se recomienda tomarlo crudo o en polvo, como se comercializa en grandes almacenes. Presión sanguínea. Se. asegura que la ingestión de ajo crudo durante las comidas ayuda a disminuir la excesiva presión arterial.
Para ese caso se recomienda condimentar las ensaladas cori bastante ajo picado. Mal aliento. Para combatir el aliento desagradable que deja el ajo, algunos aconsejan masticar granos de café tostado. El olor característico se debe a una esencia muy volátil que contiene azufre, y que hace que esta planta sea un excelente desinfectante y antiséptico natural. Precisamente por ser muy volátil, hay que tomarlo preferentemente crudo, pues el calor de la cocción hace que se evapore.
Lombrices y Oxiuros. La infusión del bulbo aplastado a 10 ó 15 gramos por litro se emplea en enemas contra ciertas lombrices intestinales, en particular contra los oxiuros vermiculares. El ajo es un verdadero desinfectante cuyo uso en la alimentación humana debo ser particularmente recomendado. Por su acción desinfectante a nivel intestinal, el ajo evita la formación de substancias pútridas cancerígenas, por lo que es excelente preventivo contra el cáncer.
CONTRA EL ENDURECIMIENTO ARTERIAL: El ajo evita el endurecimiento de las arterias (artereosclerosis). Asimismo está indicado contra la hipertensión (no por que baje la presión arterial, sino por que la regula, lo que quiere decir que los hipotensos la pueden tomar igualmente), el reuma y la artritis.
VIGORIZANTE: Muy beneficioso para los pulmones, también es eficaz contra la tos, sobre todo de origen nervioso. Los gladiadores romanos tomaban ajos crudos antes del combate, por sus propiedaes vigorizantes.
AJOS COMO SUPOSITORIOS: Para mantener a lo niños sanos, en el sur de Francia y otros lugares está muy extendida la costumbre de ponerles dientes de ajo como supositorio. También se puede tragar entero o a trozos un diente de ajo (con un sorbo de agua como si fuera una gragea) para que vaya liberando sus beneficiosas sustancias a lo largo del aparato digestivo.
Las almorranas se alivian con ajo tierno, tomate, cebolla, zanahoria y, sobre todo, naranja. Esta desinfecta y suaviza la zona rectal. Incluso puede hacer desaparecer las hemorroides definitivamente, si se toma en cantidades grandes (7 ú 8, al día).
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