Sunday, August 23, 2009

Los “herederos” de Luis Carlos Galán…


Por Gloria Gaitán / Colombia

Muy bueno el artículo de Fernando Dorado, pero a ello habría que agregarle que Uribe busca fortalecer la figura de Luis Carlos Galán porque su ideología no era revolucionaria sino reformista dentro del marco del capitalismo y la derecha. Por ello, mientras el establecimiento enzalsa a Luis Carlos Galán y su aniversario se conmemora con el lema de Galán Vive, los aniversarios del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán los enmarcan bajo el lema Mataron a Gaitán para hacer hincapié en que está muerto y enterrado. Son dos slogans subliminales que crean dos percepciones diferentes en la opinión pública. La una, de presencia y, la otra, de entierro.

Es increíble que, tanto el año pasado como éste, la Universidad Nacional (con su rector al servicio de Uribe como agente del Mossad que es), con ocasión del aniversario del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán haya promocionado y publicado dos libros diferentes, de autores diferentes, con el mismo título reiterativo de Mataron a Gaitán y no es de extrañar que se haya hecho a través de la Universidad Nacional, porque en la mentalidad de nuestra época, la academia tiene el mismo significado cultural que antaño tenía la Iglesia. Son ellos quienes ayer y hoy han dictado lo que hay que pensar y definen lo que es correcto y verdadero y son elemento fundamental en la estructuración de la cultura colectiva.

La gente cree que la Universidad es la poseedora del saber y la verdad. Por ello las Universidades son los centros más penetrados por la CIA para trabajar en la denominada guerra de baja intensidad, que es la filtración para influir en los paradigmas del pensamiento social.

Luis Carlos Galán fue hechura de Carlos Lleras Restrepo, quien pensaba que había que salvar el establecimiento y que para ello era necesario acabar con los vicios de la corrupción y el clientelismo. Buscó para ello una figura que pudiera hacer ese papel. No podía ser su hijo, Carlos Lleras de la Fuente, por carecer totalmente de carisma. Intentó hacerlo primero con Héctor Charry Samper, pero no funcionó. Luego trató con Jorge Mario Eastman. Fue también un fracaso. Después se encontró con Luis Carlos Galán, que no era ni culto ni inteligente, pero que tenía pasta para hacer de él una figura carismática y que era dócil para manejar las ideas centrales de Carlos Lleras Restrepo.

Lo montaron, entonces, como quien monta un producto, tal como hizo RCN con Shaquira, trabajando la imagen y convirtiéndolo en un producto comercial. Dispusieron para ello de El Espectador y del publicista Duque. Es por éso que hace unos años a Luis Carlos Galán lo llamaban aguacate, porque había sido madurado a punta de periódico.

Pero también había que convertirlo en mártir. Así se podía superponer sobre la figura de Jorge Eliécer Gaitán, cuya memoria había que eliminar, porque Jorge Eliécer Gaitán es el símbolo mismo de la resistencia y la rebeldía popular, del anticapitalismo y el antiimperialismo. Por ello, mientras insisten en que Galán Vive reiteran el slogan de Mataron a Gaitán.

Cierran el Instituto Jorge Eliécer Gaitán y se apoderan de él para convertir el museo en un lugar donde se le reitere a los visitantes la idea de que Jorge Eliécer Gaitán ha muerto y toman como centro de atención (y atracción) el vestido que llevaba puesto el día de su asesinato, haciendo de él un morboso objeto de fetichismo macabro. Y bien sabido es que el amarillismo tiene gran acogida en las clases populares.

Es correcto el análisis de Fernando Dorado, pero el asunto tiene mucha más tela qué cortar. Y ahora Luis Carlos Galán será el mártir y héroe que mostrarán y a Jorge Eliécer Gaitán harán que el pueblo, poco a poco, lo olvide, mientras que la izquierda pasa de agache y le importa un pito que entierren la memoria de Jorge Eliécer Gaitán. No hace NADA para evitarlo - al contrario - como ha hecho la Alcaldía Mayor de Bogotá al apoyar a la Universidad Nacional para que la Casa-Museo no regrese a manos de los gaitanistas... mientras el artículo del ex Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, titulado La Sangre de Gaitán - donde pide que el pueblo colombiano sepulte la memoria de Gaitán - sigue circulando y abriéndose camino, hasta el punto de que Noticias Uno, el único noticiero verdaderamente independiente, el pasado 9 de abril, en lugar de destacar la importancia del acto realizado para honrar la memoria de los héroes que cayeron el 9 de abril, lo que hizo fue afirmar fálsamente que nadie había asistido porque ya todo el mundo se olvidó de Gaitán... el trabajo está hecho y bien hecho por la oligarquía que maneja la psiquiatría y la psicología colectiva para manipularnos y ni nos damos cuenta.

Atte., Gloria Gaitán

* * *

Popayán, agosto 21 de 2009

Revivir la investigación del asesinato de Luis Carlos Galán ha sido la última jugada maestra del actual Maquiavelo que dirige esta hacienda gringa que se llama Colombia.

Se utiliza al Procurador Ordoñez y al Fiscal de repuesto Guillermo Mendoza Diago - quien ya se había deslindado del saliente Iguarán -para ejecutar la movida. El procurador pide la condena del perpetrador Alberto Santofimio Botero, aliado del cartel de Medellín. El fiscal acusa y captura al general Maza Márquez, supuesto aliado del cartel de Cali y jefe del DAS en la administración del presidente Virgilio Barco (1986-90), y a la vez, define ese magnicidio como un delito de lesa humanidad. Tacada a tres bandas calculada para obtener una posición inmejorable.

Uribe le apunta a varios objetivos:

- Trata de demostrar que la corrupción y criminalidad se habían apoderado del DAS desde hace más de 20 años y que su gobierno heredó esa situación. Su objetivo inmediato es uno de sus principales enemigos: Ramiro Vejarano, director del DAS en el gobierno de Ernesto Samper y actual abogado del Magistrado de la Corte Suprema de Justicia Dr. César Julio Valencia, enfrascado en un pleito jurídico que le ha traído fuertes dolores de cabeza al actual presidente Uribe. [1] Quieren ablandarlo o callarlo definitivamente.

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