Friday, April 17, 2009

Visita de Obama a México




Los presidentes de los EE.UU. y México, Barack Obama y Felipe Calderón, durante la reciente visita.


El presidente estadounidense Barack Obama visitó el jueves, 16 de abril del 2008, por primera vez al país mexicano, marcando un cambio de discurso sobre la necesidad de mayor cooperación y corresponsabilidad frente a la violencia sin precedente de los carteles de la droga. «La visita en sí, el hecho de que Obama venga a México, representa un mensaje muy importante de la importancia que tiene México para Estados Unidos... es claro que quieren cooperar con México, sobre todo en seguridad", dijo Jorge Chabat, experto en seguridad del Centro de Investigación y Docencia Económicas.

Aunque el tema de la seguridad y el combate al narcotráfico ha estado por décadas en la mesa de la relación bilateral, sólo recientemente cambió el tono cuando el nuevo gobierno estadounidense reconoció parte de su responsabilidad por el tráfico ilegal de armas que terminan en manos de los carteles.

México había insistido por meses que el narcotráfico es un asunto que no puede ser enfrentado por una sola de las partes, sin asumir cada uno su responsabilidad.

Para Lorenzo Meyer, analista del Colegio de México, la visita de Obama envía un mensaje simbólico: la gran potencia mundial que tiene graves problemas internos se toma su tiempo para refrendar ante el mundo que respalda la política de Calderón de combate al narcotráfico.

Obama, de hecho, cierra una serie de visitas de altos funcionarios de Estados Unidos, que incluyó en el último mes a los secretarios de Estado, Hillary Clinton; de Seguridad Interior, Janet Napolitano; y de Justicia, Eric Holder, quienes subrayaron el compromiso de la nueva administración con hacer la parte que les toca.

"México no es un estado fallido y Estados Unidos no puede darse el lujo de tener un estado fallido al sur, y entonces viene y apapacha (consiente) y dice que la batalla es de ambos", comentó Meyer.

Cuando Calderón asumió el poder en diciembre del 2006, la violencia del narcotráfico ya se había incrementado y ordenó el despliegue masivo de militares y agentes para contener la violencia. La reacción de los narcotraficantes fue una escalada mayor de la violencia, que volvió el 2008 el peor año con 6.290 asesinatos, más del doble respecto a 2007. Para el primer trimestre del 2009, sin embargo, se reporta una baja de 26% en el número de crímenes.

Para Chabat, el cambio de discurso de Estados Unidos se explica más por el riesgo de que la violencia se extienda a su territorio, que por la presión o acciones de las autoridades mexicanas.

"Estados Unidos está tan dispuesto a reconocer abiertamente la responsabilidad en términos de tráfico de armas, de consumo de drogas; pero ese reconocimiento tan explícito está instigada por el miedo a la violencia",
dijo.

Si bien la seguridad es el tema que se espera dominó las reuniones bilaterales del jueves, también se prevé que se ponga sobre la mesa la migración, un asunto sensible para México por los alrededor de 11.8 millones de connacionales que viven en el vecino país del norte y el compromiso discursivo de Obama de impulsar una reforma migratoria integral.

Tomado de AP:
Eduardo Castillo © 2009
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