Un patrimonio andaluz o cordobés al que no me acostumbro, aunque a la hora de la siesta (en Venezuela la llamamos "la hora del burro") mi cuerpo me pida desesperado echar una cabezadita. Rara vez puedo echar una siestecita, porque como no trabajo los viernes por la tarde, que es el único día en que podría, mis enanas me organizan la agenda, y casi nunca me dejan a mi aire... pero hoy el cuerpo me lo pedía a gritos y no me resistí, claro que luego me pasa lo de siempre... me levanto como si el metro hubiera pasado sobre mi...
Friday, May 11, 2007
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