Tuesday, March 16, 2010

En torno a la paz: Lo que ha quedado sin decidir


Por Oscar Portela / Escritor y poeta argentino

Que la paz en el planeta y las recetas para administrarlo según el tratado para La Paz Perfecta de Kant puedan ser expuestas hoy como fuentes de ingenuidad y los tres estadíos de la razón positiva de Comte, más las humillaciones sufridas por el dedo de Dios sobre la tierra desde Hegel a Kojeve y desde este a Fukuyama, hablan solo de lo que ha quedado «sin decidir» sobre la tierra en terminología heideggeriana.

Fundamentalmente las catástrofes mundiales tipo la segunda guerra mundial no decidieron nada acerca del futuro de una humanidad que confía en la razón instrumental y los actos emanados de la libertad volitiva, para poner en orden lo que aquí a salido de gozne.

No cabe la menor duda de que un genocidio más - y el de la extinción de la raza y el planeta anunciada por Nietzsche en 1878 en
La Verdad y la Mentira en Sentido Extramoral están siendo puestos a prueba en nuestro continente, vía experimentación de la ingeniería con que que se construye la cultura planetaria.

Lo que ha quedado sin decidir es aquel aserto que dice: «la bomba atómica comenzó a estallar en el poema de Parménides» y que habla de la constitución y el desarrollo de las técnicas modernas sobre la base de la constitución
ontoteologica de la metafísica.

El tan traído y llevado nihilismo constituye aquella etapa que Heidegger definió en 1944 como «la del invierno que ha venido para quedarse».

Si aún creemos que los organismos mundiales y la ratio bien administrada pueden llevar a nuestra ingrata raza hacia un domicilio postal fijo, erramos el diagnóstico: la deriva metafísica y su consecuencia adentrándonos en un desierto que impide toda construcción son parte de la errancia metafisica de un transeúnte que ha perdido su norte.

Estas son las realidades de una humanidad que como tal no puede mirarse ya en ningún espejo.

Los humanismos y los conceptos de fuerza y justicia, los organismos internacionales, hablan de la impotencia del pensar para sacudir lo que impide todo crecimiento (la devastación y el enarenamiento) y aquello que definitivamente aquí ha salido de gozne.

¿Puede responder hoy alguien acerca de que es eso del nazismo como voluntad de exterminio de todo ente?

Resulta evidente que aquella categoría histórico política puesta en evidencia en la Alemania de la segunda guerra queda absolutamente corta frente al abismo a que se ve lanzada la humanidad del presente.

Mucho me temo que la posibilidad de una invasión a Irán por ejemplo u otros ámbitos, no contradiga en nada la marcha de la Historia Universal hacia su propio holocausto. Y quizá no sea éste el último episodio, sino sólo su prologo.

A lo que debemos agregar la inmediata posibilidad de que Latinoamérica se convierta como lo advertimos en el 2001, en un nuevo Vietnam, donde las búsquedas de las hegemonías se muestran tan primitivas como los ideologemas que dan sustento a los Estados del Siglo XXI.

La palabra Justicia – no la Ley – lleva consigo una enorme carga de ambigüedad y ha sido utilizada desde el punto de vista político u religioso, como soporte de dominio de grupos y etnias u clanes sobre otros.

Desde el punto de vista religioso, nadie puede asegurar que las leyes de ningún Dios único sean justas para con el mortal acechado por el abismo de una libertad no juridica.

La ley disuelve lo meramente jurídico en lo metafísico.

Esta es en la base teleológica de la moral y a partir de aquí la ley se aplica en función de los instintos gregarios, hoy consumados como modo de domesticar el rebaño y ordenar la polis.

Los televidentes que contemplaron extasiados y arrobados por el horror la aplicación de la ley conforme a Justicia de Saddam Husseim repitieron sin saberlo un protocolo por el cual la crueldad constituye desde siempre el sostén con que la violencia impone sus objetivos.

Todas las formas de torturas y crueldad ensayadas a lo largo de los siglos permanecen en el imaginario colectivo domesticado por la imagen del horror a nivel de ilusión óptica.

Ya la sangre de la guillotina no salpica.

Los leños de las hogueras donde se queman a las brujas no expanden sus chispas. Saddam pudo ser contemplado como "lo otro absoluto" desde una pantalla pequeña y además ser juzgado por otros tribunales que no los propuestos por los poderosos de turno.

Saddam era un criminal más en la larga lista que ofrece – unos ocultos tras el ropaje de la justicia divina, otros no – que nunca debió haber pactado intereses con una potencia Occidental.

La guerra contra Irak patrocinada por el poderoso de turno fue su trampa fatal.

Este Simulacro de Justicia no cambió nada. Esta es la guerra que, como lo anunciamos hace una década, ha venido para quedarse.

Y con ella quienes saben sacar partido de un incendio que compromete ya no la existencia de la especie sino de su estatura espiritual cada día más degradada y ya hundida en lo sub-humano

Los artistas e intelectuales del mundo han reaccionado tarde y sin demasiada sutileza frente al conflicto de Irak y seguramente lo harán si algo sucede en Latinoamérica u otros ámbitos del mundo.

Esta como aquella no será solo una guerra de intereses en la cual lo que se discutirá o atenderá a que poderes trasnacionales triunfan o no.

Se equivoca también la Iglesia cuando se refiere a que esto pueda derivar en una guerra religiosa.

Este es el signo más evidente del nihilismo que ha invadido el mundo primero como globalización y luego como fragmentación en aras de un poder (la voluntad de poder) obscena, que necesita del desnudo de un stripper sangriento, para mostrar a la humanidad que existen razas o pueblos llamados a conducir los destinos del género humano.

¿Para nuestro continente se trata hoy de la Revolución Bolivariana?!!!!!

Cierto es que el escenario post-Irak es aún sobrevolado por los poderes que estallaron con la globalización. Las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad deberían ser presididos por los polichinelas del la Jurisprudencia Internacional.

Resulta evidente que el nazismo fué algo así -sin similitudes obvias- en el sentido del nihilismo extremo: es decir la muerte de los trasmundos, sobre todo en Occidente.

Pero existen escatologías para quienes existen Dioses vivos aún: los que se pueden inmolar por esa fe son fundamentalistas como los primitivos cristianos que se dejaban crucificar por Jesús, o los primitivos mártires de la razón como Miguel de Servet, Galileo Gailei, Giordano Bruno, cuando aún se creía que la ratio no iba a culminar en el subjetivismo absoluto de una voluntad de poder que puede- y de hecho lo está haciendo - transformar el mundo como sin-sentido, en esta aldea global aparentemente homogénea, donde millones de esclavos al servicio de otras formas de trabajo y fe – las parodias ideológicas - encuentran nuevas formas de sobrevivir al servicio de la violencia política y del trafico del poder del dinero.

Y del desprecio de la vida humana que es el común patrón de todos los despotismos ideocraráticos que manejan la lucha por el poder en este u otros continentes de la aldea global.

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Chaos and the Psychological Symbolism of the Tarot / El Caos del Hombre en El Librepensador / El hombre extendido: Indice / Testimonio del abandono / La boca /

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