Wednesday, December 24, 2008

La vía mágica en la poesía y la historia



Por CARLOS LOPEZ DZUR

Leí este poema tuyo («Los dientes»), publicado en Auras Serenas, cuyo lenguaje metafórico me conmociona. Ese comienzo, «dientes de la locura», me gusta. Me recuerda que en el mundo hay mucha acusación, intolerancia, y uno se vuelve sospechoso, por no pagar con la misma moneda y orillarse en soledad. ¿Pero es locura navegar contra la corriente?

Ahora bien, sobre todo, me interesa cuáles son tus «propuestas». Bien que las imagino porque ya me has compartido algo; pero mi inquietud personal es cómo me veo yo en ellas, siendo que nos interesan las mismas propuestas, aunque las busquemos por caminos paralelos, pero con métodos distintos. Hoy, como sabemos, no hay escuelas ni de brujos ni de magos, en ese sentido de la tradición mágica atlante-hiperbórea que llegara a Egipto y que Moisés el judío, criado por la hija de un faraón, trajera a los pueblos semitas del Sinaí.

Me informas respecto el poema: «... es hora de que confiese algo que jamás le he dicho: mis poemas los escribo de corrido por una razón simple: no los escribo yo, siempre he sentido esta voz que repiquetea y dicta... para bien o para mal, hablo de mí pero no soy yo quien piensa». Admites que tienes «curiosidad por ese goce estético que se logra. Pero algo que JAMÁS dije a nadie es que lo que escribo se crea y desdibuja en mi mente. YO VEO LO QUE ESCRIBO. Ahí están esas imágenes, la sensación que ellas tienen en mí misma y la voz que las contradice o las apoya. Digo esto porque sé que hay personajes recurrentes». Por lo que dices, no creo que sea mera comunicación mediunímica, ni escritura automática, aunque hay algo de ello en apariencia, porque estás consciente de «ese logro estético que se logra». La maga potencial que hay en tí, Tati, probablemente, te lleva a estados Alfa, profundamente receptivos. Yo he conocido a muchos médiums kardecianos que, en trance, lo que dicen es una ensarta de disparates y, en realidad, proyectan espíritus vulgares, egomanías latentes y chismes de barriada. Ese no es tu caso obviamente, por cuanto hay goce estético y existencialmente eres autocrítica, aspiras a una ética superior, que no sólo es trascendente, sino social.

Un ejemplo de ello es cuando afirmas, con respecto a la Gárgola de tu poema: «La ví ahí, protegiéndome de lo bueno que pueda alcanzarme tanto como de lo malo, gesto que exilia pero que protege. La ví como un algo enorme que me cubría por completo, que despreciaba toda la mentira, toda la hipocresía, pero que se descubría parte de la misma... sí señor, cada día es más fácil odiarse, ya lo he dicho muchas veces, pero yo no me odio... algo me obliga a mantener la esperanza de que puedo cambiar, de que puedo ser mejor y para conseguirlo, solo puedo sacrificar algo en pos de otros. ¿Lo he hecho? Sí, alguna vez lo he hecho, en momentos menos egoístas y casi morí por ello. Hoy simplemente soy demasiado humana, demasiado perdida y demasiado putrefacta» (sic). Eso es autocrítica, señal existencial de un progresivo crecimiento. Vuelves a la carga y anotas: «Hay tanto por hacer, tantas cosas constructivas que intentar, tantos animales por ayudar, tanto planeta por defender, pero... (sic)». Interesante es que en la tarea misional que te preocupa se incluye el planeta, los animales, lo ecológico, y el hombre en general: «contribuír a que el resto [de los seres humanos] sienta esta paz».

Es cierto «las personas pueden ser muy crueles» y «pueden elegir no ver» el Mundo Creativo / el Empyræum, y cuando no lo hacen, el resultado es la admisión pasiva y equivocada «de la muerte, el dolor y lo efímero del tiempo... trastocar toda una vida que ya han planeado por completo» (sic.). Esta es la actitud racionalística de quien no entiende lo mágico y se niega a ser un «niño / niña / de la fantasía», como decían los magos caldeos.

En tí me veo en cierta forma. Ambos somos guerreros de la esperanza. Esperanza que es valentía. Caer y levantarse para seguir luchando por esa nueva Era / nuevo Eón / que, cuando se inició nuestro diálogo, fuiste quien la recordaste con aquel poema 2010. Ese texto es la misma declaración de Aleister Crowley en 1904, a quien lees y citas. Crowley, en uno de sus libros, proclamó un Nuevo Eón, nuevo pensamiento cuya premisa básica es «Todo hombre y toda mujer es una estrella», con el derecho a ser valiente. La única manera de ser valiente es cumplir con la Ley de Thelema, «haz tu voluntad». Discierno que lo dices de esta forma: dejar de «crear y recrear caretas», esa caretas que son el comportamiento diseñado por los conformistas, los cuerdos para el odio, los miedosos, en fin, quienes son meros rebaños. No sólo tú, yo odio esa imagen en mí, la imagen de ese «yo que odio y que es inútil, infértil y absurdamente ignorante». Así lo dices en tu post de respuesta en Auras Serenas. Nietzsche, sin ser mago, odiaba los rebaños. Proponía nuevas Tablas de Valores y tuvo el mérito de cuestionar los dioses maldescritos.

El punto es ahora si tenemos las ideas y los recursos para desintegrar las caretas y comenzar lo que es misión en nuestras vidas. Obviamente, sí. La poesía es un vehículo de aprendizaje y la poesía, cuando suma a su poder de lenguaje, el conocimiento de la magia, es mayor. Hacer poesía es Voluntad de hacer poesía. Es cumplir con la Ley de Thelema (que en griego significa, Voluntad). ¿Para qué es la voluntad en la poesía y en la vida? Para dar dirección y control al Alma / la chispa santa / o metafóricamente dicho, la Estrella. Crowley cuando hablaba del Eón de Horus, pretendía que el ser humano se percibiera como centro de su propio universo intelectual, social y espiritual. No que seamos egomaníacos ni caprichosos; pero que seamos autónomos, seres en control, y quien está en control, adueñado de su voluntad, es el único que puede ser mago y el segundo Rey, siendo el primer Rey cósmico, el Padre Profundo («Paternal Depth, the bosom of the Deity»: la Divinidad. Recuerdo que en un comentario tuyo a un poema mío [Decapitación de la bruja] dijiste: «Sí, caballero, escribir es buscar lo sagrado como dice usted; es desenvolverse del modo posible para palpar los dedos de un dios imperecedero. ¿No lo es todo arte?»

Pues bien, los recursos están. En una de nuestras primeras comunicaciones, me dijiste sobre tu interés en la Wicca. Este método es también enviar consciencia / pensamientos / a voluntad, en especial, con ayuda de objetos y hierbas. Está la magia musical, la de cantos invocativos, sonidos sagrados, que se relaciona a la poesía y a las vibraciones de la armonía universal. Están los cultos fálicos y sexuales, ritos de fertilidad y culto a la familia; está la idea de una magia, como la concebida en La Rama Dorada de Frazer, con la que es posible modificar la realidad sin medios estrictamente causales. Está la magia del sanador / curandero / y del conocedor del mundo invisible de lo espíritus. Pero todo magiar se relaciona a la rectificación del alma / la vasija hermosa / para que sea apta para recibir la luz divina. O como dicen los Tzadik / magos cabalistas / las 288 chispas caídas de la ruptura de los recipientes, almas / cuerpos, o vasos de barro del Tesoro de Dios.

Es de la tradición del misticismo sefardí, o español, que me llega la inquietud por estas enseñanzas. Pero yo soy mi propio iniciado y los maestros hoy son los libros, la disciplina como autodidacto. Desde los 13 años, por aprender sobre Egipto, soy Rosacruz; pero se aprende más por propia cuenta.

Me parece que has estado relacionada con la magia Wicca y que eres sensible a la mitología y el esoterismo egipcio. Moisés fue un Maestro y como Mago se educó con los faraones y lo mejor de su tradición mística. La Torah, como el Tarot, tiene esa influencia y algo más... Pero, cualquiera sea la corriente de la que el buscador se nutra es irrelevante, siempre y cuando se cumpla la Ley del Thelema, sin engaño, porque la Fuente es la misma y cualquier camino requiere valentía y no elimina el hecho de que para aprender hay que sufrir. Un mago no es un dios, sino un eterno aprendiz. Para estar lleno de luz, primero hay que estar vacío, de ahí el símbolo de la Vasija rota y las 288 chispas (de luz) caídas o que salpicaron a la hora del Big Bang.

Una de las razones por la que me comunico contigo, Maga / Poeta Tati, es para compartir la alegría de la búsqueda, porque los magos deben también expresar el entusiasmo y darse solidaridad y de su propia empatía para crecer porque, en una Modernidad Occidental de materialismo reductivo, la sensación de angustia y desesperanza está mucho más acentuada que en otras épocas. En el pasado, puede que se hayan quemado 500,000 brujas / otros tantos herejes / en hogueras de miedo y superstición; pero en el presente las hogueras son más sutiles, ya no duelen por la carne quemada. Duelen en el corazón. Esta es la época en que se extermina la Voluntad / la Thelema / que es lo más querido para el mago. El hombre dócil, enfermo y nihilizado de hoy es vicioso y cruel. El mal que hace lo premedita, lo calcula y el restante mal que hace lo comete por la misma ignorancia con que en antiguos tiempos se hizo; pero ambos casos, el mal se racionaliza, se autojustifica.

Hemos arribado a una época, Edad de Tinieblas espirituales, en que como nunca antes el conocimiento de la Luz es indispensable.
Tristemente, ya no hay líderes y maestros de la categoría de Moisés. Los profetas / mistificadores de hoy / son celebridades. Best-sellers moguls y comerciantes que aman los cultos a la personalidad. Como los tele-evangelistas están en el show biz, el aparato manipulador y el mercenarismo intelectual. Con razón me respondes diciendo: «¿Qué sucederá con quienes jamás despìerten? ... ¿a qué despertamos? En todo caso. Si la finalidad es volver a ser una unidad con un ente superior y de ese ente partimos ¿para qué salir de algo que ya era perfecto?... Digo, muchas religiones exponen la idea de que somos partes divinas de un Dios perfecto y omnipotente, el cual nos envía a evolucionar. Pero ¿si era perfecto desde el principio para qué mandarnos a pasar por esto?»

Releo tu poema Quema de brujas donde el hablante es el «titiritero del Rey», que es un ente / alma / lamentosa e indolente. No representa al guerrero de ley (porque si no tendría que ser como el Viejo Mago / o Dragón o Águila) y no lo es. El dice:

... no quedan guerreros de ley,
sólo quedan las alas y los mercenarios.


Por el contrario, el Guerrero Viejo es el que encuentra la belleza de su lucha y sus batallas, aunque ésto implique dolor y sacrificio: «mis negras Brujas amadas, / no hay Aquellare más bello / que en el que a todas nos quemaban». El hombre, que es títere de poderes terrenales, como el Rey de los realismos tradicionales, conformado con racionalismos y frivolidades («la novela de las 6») es quien tiene esterilidad de las alas inmundas y no las puede cambiar, ni yendo a la hoguera. El tiritero es propiamente el que se vuelve mercenario y crea las hogueras represoras. Es quien crea el muro de fusilamiento que aparece en tu poema sobre las brujas, una de cuyas estrofas declara:

¿Valió la pena, Sensei,
que los jinetes del Apocalipsis pelearan?
¿Quién les devolverá su ingenuidad robada?


Los titiriteros de los reyes son los que ironizan a Apolo y dejan el caldero vacío, ese caldero que «antes vestía de oro y plata / transmutando metales en oro y exterioridad en Nada». Los hombres externos son los insensibles y ajenos «a toda la rabia del mundo», cuando se roba la ingenuidad o la inocencia. Cuando la Dama Hermosa de tu poema Hipocresía cae seducida por «la blanca tez de la hipocresía», se vuelve mentirosa, superficial e ignorante.

Y yo
que la creía tan sabia
sufro, no por la mentira,
sino porque esa hipocresía
demuestra la superficialidad
que tiene potestad en su vida.

Engaña
y le divierte
las colecciones de ajedrez,
algunos Alfiles, alguno Rey...


Ella, con su belleza externa, se convierte en títeresa del Rey.

¿Te fijas, Tati, contra todo lo que se lucha? El interior infértil que se vuelve más repulsivo que lo externo. «Descubrí / que lo falso no era lo exterior / sino el jardin de flores marchitas / que plantó la tierra infértil en su interior». Entonces, la pregunta se replantea: ¿por qué es necesario rectificar el alma y que esa rectificación sea el cimiento de la magia? ¿Cómo devolver la dignidad a la mujer cuando se interesa en la pasión verdadera? ¿Cómo se emancipa el cuerpo? ¿Y se trasciende la vanidad y el engaño? En estos poemas, según se concatenan unos a otros, está la respuesta. Buscar «al ser activo / que duerme ahí dentro» de los cuerpos terrenales. Esto es, el espíritu. La pasión inconexa que no le pertenece a lo terreno. Buscar la «inocencia perdida» que destruye la feminidad. Desterrarse de la «antigua hipocresía».

En el poema Desgaste de la feminidad, hay un retrato del alma caída, o la bruja degradada y el precio social de serlo:

A sus espaldas
las masas rien,
sus hombres
por menos que nada la tienen
mas ella se ve como seductora e inteligente.

Sutilmente humillada,
desplantada...
olvidada y despreciada;
prostituta
de mago amante
que jamás dejará por ella a sus hadas.


Más adelante un segundo hablante, feminino, es quien observa el panorama. La híbrida juzgará a la prostituída. Su actitud es despótica, orgullosa, defensiva, aunque consciente de que le falta la autoridad moral:

... miro
el espejo ajeno
para no tener que verme yo.

Pero jamás, jamás
me habré de humillar (ojalá).
No puedo soportar la idea
de ese rebaje anormal
de la hormona de la femineidad.

Cuanto más perdonen,
cuanto más acepten esa mediocridad,
será obligado aceptar
ser tratadas como basura hasta el final.


El hablante de la enjuiciadora híbrida representa el orgullo de la gente atea y espiritualmente endurecida: «inmune al amor» y a la fe. La rebeldía espiritual es lo que cierra el camino a la magia, a la empatía. «Pero eso no (me) hace mejor» a la híbrida respecto a la totalmente abandonada al vicio, o lo que es lo mismo a la robotización sexual. «Esclava del actuar, / de la acción que no se siente, / automatizada / e inmune al dolor».

Lo verdaderamente mágico del poema (que me parece tántrico, por su intención) es la alusión al Mago Amante. Dice, como si fuera añadido menosprecio a la prostituta, «jamás dejará por ella a sus hadas». Es decir, el verdadero maithuna de este Mago Amante, su verdadera unión o reintegración kundalínica con la Fuente original de Consciencia Pura, es con el Hada. En el tantrismo hindú, el Hada es Shakti, la energía, como vehículo que provee la Serpiente del Kundalini. En términos prácticos, menos simbólicos, el Hada femenina reside en el plano astral. Esa dimensión donde el pensamiento lo domina todo, donde se materializa lo que pensemos, donde se experimentan sensaciones que en nuestro plano físico nunca podriamos. El hada es el tipo de entidad que habita en dicho plano, donde aún cuando tengamos todavía un cuerpo físico se puede visitar. Entre los magos caldeos es el tercer orden de las Cosas Divinas y tuvo un comienzo en el tiempo, pero que termina cuando el mago decide volver al cuerpo. «This is the transitory Ethereal World with more perfect existence, a truer realm of which terrestrial administration is but a too often travestied reflection».

Antes de terminar este punto me gustaría decirte, Tati, que cuando me informaste que tu poema sobre Los Dientes es dictado, oído de una voz, mi primer pensamiento es que escribes, o comunicas, desde ese plano: el Mundo Astral. Es una experiencia común entre los aprendices disciplinados de la Magia. En una ocasión ya comentamos sobre tu interés en los sueños, que es una puerta hacia el Astral, aunque no la única, cuando se aprende a viajar al Astral despierto. Trances vívidos o éxtasis son otras.

Tengo un libro titulado Yo soy la muerte. Algunas de sus partes son conversaciones en el plano astral con sus habitantes in situ. Es un libro de sueños y pesadillas. Pero, por él, conocí a guías desencarnados. No son ya tan frecuentes mis guías visitantes. Yo no pido soñar con muertos ni comunicarme con ellos, porque respeto las tareas de su dimensión. He conversado con ellos en ese plano, por accidente. Recuerdo, por ejemplo, la muerte de mi padre y un hermano, a quien no pude visitar cuando fenecieron. Me deprimí tanto hasta las lágrimas que se me dio la oportunidad de consolarme, viéndoles en el astral. En otra ocasión, tuve un accidente y visité el astral antes que se me diera por muerto. Es una experiencia maravillosa; pero, particularmente, porque he sido esoterista desde muy adolescente. De modo que yo sé que es viajar a los infiernos en el mismo sentido que Orfeo, o Apolos. En realidad, es como una iniciación en los misterios de la Vida y la Muerte.

2.

Hay, con respecto al alma o la esencia de lo que es, algo que es misterioso y la razón por la cual se estudia, se sufre y se batalla. Todo comienza cuando la Unicidad de Dios, o el Uno, se hace Dos. Es cierto que se volverá a la Unidad de Dios pero las reglas de juegos son éstas: la Creación tiene una naturaleza dual, materia y anti-materia, y cada uno de esos flujos de energía, conforman la pluralidad manifiesta y la complejidad jerárquica de los elementos del Universo. No nos ha tocado ser lo más bajo en la jerarquía, porque hasta las bestias sufren, mueren, se atacan; tenemos más que un alma animal. Tenemos las Chispas Santas y la libertad de regresar a Dios, al Espíritu Absoluto y dar el Servicio de Nuestra Alma desde ahí. La Creación y Administración del Planeta Tierra es uno de tantos posibles que han sido y que serán.

Las religiones paganas, o condenadas como herejías por la Bula de los Papas desde 1320 casi todas fueron mágicas, o naturalistas. Según avanzaba la humanidad en su historia, se formaron nuevos sincretismos religiosos y la religión hegemónica copiaría u oficializaría algún aspecto de las que existieron, porque la gente, independientemente, de lo que decreten los sacerdotes y teólogos con autoridad represora o canónica, no puede negarse en su totalidad su particular necesidad de adorar. No sólo somos seres económicos y políticos, somos personas que adoran religiosamente.

Y las viejas religiones mágicas dieron la pauta de lo que necesitamos adorar porque es asunto antropológico, de la chispa inmanente y trascendente que llamamos alma. En la estructura de la psiquis hay imágenes universales de cuanto son memorias y necesidades que deben satisfacerse. Hay cosas que no se pueden legislar para que no existen o sucedan. Están dentro de la mente humana como si fueran instintos engramados. Una de estas cosas son los Arquetipos. Esa sabiduría / imágenes / sentimientos / que se manifiestan en los sueños / y que son el fundamento de lo mágico y universalmente sagrado.

¿Qué funciones mágicas se repiten o submiten en todas las religiones, naciones, edades y tradiciones étnico-cuturales, incluyendo el folclor? Aquellas que revelan los Arquetipos del Inconsciente. La necesidad del Profeta, del Redentor, del Prometeo, de las Vírgenes, la Imagen del Tentador, o del que Castiga o Asusta. El Loco, la Anciana sabia, el Animus y el Anima. Las imágenes de Vuelo o Ascensión a Cielos o Bajada a Infiernos / Submundos. Imágenes de Muerte y Renacimiento.

El amor y la defensa a la Naturaleza es una propuesta de las teologías mágicas. Los druídas pre-romanos en el Norte de Europa reverenciaban los ríos, los bosques, el sol, la Luna y los animales. En más antiguas o primitivas religiones africanas, está la enseñanza. En los pueblos indígenas, está por igual hasta con más devoción y temor sagrado. Temor que es amor, en cierto modo. En todo esoterismo, lo Maravilloso / Fantástico se alía a lo real y práctico. Y en todas hay una gran prueba: la conquista del miedo. El hombre ordinario confunde la magia con la fascinación con lo prohibido; no como una conquista de dos cosas que parecen temibles: la dimensión astral, o sutil, de la Realidad y la Muerte. No es necesario morir, o desechar el cuerpo sólido, o terrestre, para experimentar con un cuerpo sutil con el que es posible viajar a la velocidad del pensamiento, que es lo más rápido que existe. El miedo a la muerte, a salirse del cuerpo físico y no regresar a él, es lo que lleva a dos errores blasfemos a la humanidad incrédula: negar la sobrevivencia de la Mente Espiritual, o del inmediato Ego astral. Un segundo temor es explorar inteligentemente el Inconsciente. En su lugar, el aspirante a la Magia, a la sabiduría espiritual, lo utiliza con fervor. Esto lo lleva al Estado Alfa que, por su situación física, emocional y mental especia, induce al practicante al despertar de todas sus facultades mentales superiores. Una progamación Alfa, mediante la meditación, abre el maravilloso mundo de su mente superior, activa su imaginación, poder creador, concentración relajada y, físicamente, ofrece el descanso profundo a nivel celular y el manejo del estrés.

Y ciertamente no es necesario tener unas creencias en entidades suprahumanas o místicas para estos beneficios. Se crea o no en deidades, se puede entrar a un mundo invisible que corre paralelo al nuestro y lo interpenetra, pero sigue sin ser visto en nuestros estados normales de conciencia. Podemos soñar pasiva e inicuamente yendo a esos mundos; pero no tener ningún impacto, porque no somos los invocadores adecuados para lo que existe en dicho plano: pensamientos, deidades, espíritus y vidas mágicas que, aún esperando ser llamadas al mundo de lo manifiesto, no pueden hallar quien las oiga, o les comunique. Sin embargo, tú crees. Me lo comentaste una vez: «La Voz habla, siempre habla, solo hay que saber escucharla. Aún cuando la malinterpretemos» en MP.

Un mago contemporáneo escribió: «En el plano astral puede realizarse todo tipo de magia y ritual con gran eficacia, pues es allí adonde deben ir sus energías antes de manifestarse. Mientras permanece allí, puede encontrar un lugar probable para trazar un círculo y trabajar un hechizo, o también puede viajar hacia otros lugares para trabajar la magia astral, por ejemplo, apareciéndose en cuerpo astral junto a la cama de un amigo enfermo que le ha pedido ayuda para curarse».

3.

Mi camino, como persona interesada en el ocultismo, es ése descrito en uno de mis libros, Teth o Crónicas de la Novena Esfera. Las crónicas del Novio con la Novia, porque para ser mago, del tipo de Moisés, se comienza por enamorarse de los elementos mágicos: la cama, la Vara, la serpiente, la Zarza ardiente, el Agua o la Luz, etc.

Fíjate, Tati, de lo que fue capaz Moisés: Abrió los Mares, tocaba con una vara y materializaba plagas o bendiciones, hablaba con Dios, o Seres de Luz, desde una zarza de fuego... y, como bien dices, fue un hombre, que se entrenó adecuadamente, para una misión histórica. Todos somos potencialmente un Moisés y él dejó testimonio en los libros, especialmente, el Génesis de lo que es magia y cómo se obtiene la experiencia con la Fuente, el Tzadik de Arriba.

La misión de ese aprendiz, una vez se ha preparado, es rectificar el mundo, conociéndolo, consciente de sus males, pero, al mismo tiempo, estarse fuera de él, entrar en contacto con lo oculto, lo invisible. El mago une Tierra y Cielo, manifiesta la Luz que fue contraída, la luz que es Dios como (tzimtzum / contracción) y la impresión (reshimu). Uno siempre es guerrero desde que nace; pero, su primera batalla, es deliciosa. Debe ser la búsqueda del amor. Ser como un enamorado, el Loco del Tarot. Para ésto, refina y purifica sus pasiones.

Después vendrán las batallas terribles con sus riesgos. O como dices: «Vivir, para mí, significa arriesgar. Incluso cuando nos equivocamos, acabamos aprendiendo, y es eso lo que comienza a ejercer cierta apertura mental en la cual acabamos haciendo preguntas incómodas para nosotros mismos que antes no nos atrevíamos. El que decide vivir siempre sentado en su cuerpo sin usar su espiritualidad, jamás aprenderá nada porque el estatismo solo puede dar lugar al estatismo. Cuanto más estudiamos, más buscamos... más nos percatamos de nuestra ignorancia y de lo que no sabemos».

Lo que la teología alude como batallas entre los principios de luz y tinieblas, colocándole nombre de demonios o ángeles caídos a lo que representa el Mal, lo Oscuro, es alegoría. Lo que hay es ignorancia y pasividad. El hombre se retrae de pensar y asumir su espiritualidad. La descree. En un sentido metafórico, el que se duerme en la pesadilla de su razón es el que sufre. El sentimiento de confusión y soledad, separación y frustración que vive el hombre, es su falta de consolidación divina; pero, Moisés, con una parábola alquímica sobre la creación del alma, dijo que es el «Segundo Rey», sentado sobre una «piedra de mármol pura», que es la Fuente de todas las aguas. Esto es, de toda la Vida. La piedra es «el lugar donde se unen las aguas superiores («aguas de la alegría») e inferiores («aguas de la amargura»). Quien busca la Piedra Filosofal en su alma dejará de sufrir la soledad inherente y tendrá Casa. Esa enseñanza se codifican con las primeras dos letras del alfabeto hebreo: Alef y Bet.

Si yo siguiera elaborando con ejemplos, en torno a lo que significan las letras hebreas y las metáforas, el por qué constituyen una doctrina secreta que nos despierta e ilumina, comprenderías por qué la Cábala y el estudio de la Torá / Torah / es una de mis herramientas.

4.

La Torah dice que cuando Dios se contrae (o la luz se contrae) Dios es un útero cósmico y el resultado son las humanidades / almas / chispas santas / como feto. Los magos o sacerdotes verdaderos son las personas que enseñan la introversión de Dios y la preñez: el futuro parto de la Bondad y Belleza Oculta. Sea que llamemos a ésto la Paz Universal, porque bien sabemos que el mundo impuro es violento. En el sentido físico, o animal, el feto es el bien o servicio oculto de la mujer (el feto no se ve). En el sentido espiritual, hay un servicio del útero oculto, o interior, con un poder superior sobre la naturaleza. Hay maneras de instruir a la humanidad sobre los aspectos maravillosos, no aparentes, que están en lo Real.

Como aprendiz de la Cábala, mis propuestas sobre lo que es magia las he ido colocando en un libro titulado Teth, mi serpiente. También con el subtítulo Crónicas de la Novena Esfera. Los cabalistas hebreos llaman a los magos tzadik. Ese poemario son mis propuestas como Tzadik, o aprendiz.

5.

La Gárgola, otra metáfora de tu poema, vale la pena explotarse. Sugiere mucho por la esdrújula sonoridad y simbología. Me recordó al gigante Gargantúa de la novela de Rabelais y como escupen los grifos sobre los desagües; me sugirió a los monstruos de los bestiarios medievales. ¿Es la Gárgola la que agrede? La piel serena, con su ternura, suele ser escupida por los intolerantes y los envidiosos.

¿Recuerdas aquel lema contracultural de Goya que habló que el Sueño de la Razón / Cordura / produce monstruos? Refraseado: produce gárgolas y hace gárgaras con nuestra ternura y nos escupe.

El problema es que la cordura contemporánea es racionalística, reduccionsta, logificadora y absoluta. Le falta genio y magia. La imaginación sublime. Si uno quiere hablar sobre la realidad, lo Real, debe conocer cómo se percibe la misma desde la Razón y el Corazón; intelectual y espiritualmente.

Tristemente, la Razón es muy incrédula como para ver las propuestas de la magia. Esto es, las propuestas del misterio y la profunda intimidad que está llena de paradojas. A la Razón de los prudentes contenporáneos le falta la vara fálica. Esa vara que actúa como un canal o puente entre lo espiritual y lo material. La varita de la creatividad es mágica. Y no hay creatividad donde hay fijeza, anquilosamiento y represión, por este hecho mucha racionalidad puede puede producir monstruos, ausencia de alegría, de líbido. Las principales imágenes contemporáneas de magia y ocultismo nacen en periodos de la historia durante los cuales se maldijo la curiosidad, la alegría del vivir, la sexualidad. Una: la edad media, otra la Era Victoriana. Cuando estas son las condiciones, el arte y la gente evoca lo mismo: la figura del vampiro, la antropogia, la espiritualidad telúrica y pagana, el sexo salvaje y el crimen.

Hay un dicho judío, debe ser un versículo, que compara nuestras almas con una yunta de bueyes. Eso es lo que es la razón cerebral, sin el espíritu, una razón bueyuna. Somos como el animal que observa la grosera realidad física, sin imaginar los retos de su proceso y su causa. Hemos perdido la noción de lo maravilloso. Hay una decepción porque el realismo se ha vuelto miope.

¿No decían los egipcios [que están entre los primeros magos / o sacerdotes] que el alma itinerante que encarna en la tierra, el Ba en el plano material, muchas veces se desvincula por completo de su conexión celestial (Akh)? Pues eso es precisamente lo que sucede en nuestro mundo: ya no sabemos empujar las chispas divinas, o santas, que cayeron de la Luz por debajo de la línea en la materia física. Ya no rescatamos el Osiris interior ni exterior. Ya no interesa a los cuerdos de nuestro mundo el hecho de que hay un doble proceso, que es a la vez ocultamiento y revelación de Luz a niveles bajos y elevados de la realidad. De que hay lo pequeño que contiene mucho, lo finito del tiempo y espacio.

En la ciencia cuántica, a ésto se lo llama singularidad cósmica. Infinita compresión de la materia. Esto es, un punto de la luz contraída. El Punto Infinito que los cabalistas judíos llama el tzimtzum inicial (la contracción de la Infinita Luz de Dios) para hacer lugar a la Creación: el génesis bíblico. Dios como Luz se hace sombra; pero, en realidad, ese mundo de sombras es luz... luz caída, como en las metáforas de ángeles caídos. Lucifer es un ángel luminoso, pero en las sombras...

Este punto inicial de espacio y tiempo, en las diez dimensiones o naturaleza decimal de la realidad, es lo que obsesiona a los magos y a los místicos y alude al poder latente dentro del reino espiritual, el potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo real. Y de volver a ocultarse... Cuando Thot, padre egipcio de la Magia y la Escritura, hablaba de ésto, reconocía que había un poder mágico en la fusión y aleación de los metales y que la magia y medicina eran inseparables, ya que se podía transformar en benéfico el poder destructivo y reconducirlo hacia la sanación de las enfermedades. Antes que los magos egipcios descubrieran la Alquimia, la importancia de los números mágicos, los cristales y la geometría, para guardar y enseñar estas propuestas, sobre todo, estaban convencidos de que no somos animales.

Bueyes, sino chispas caídas que se pueden revivir y, curiosamente, esta idea la representaron con los escarabajos que empujan un pedacito de mierda en la oscuridad de los acueductos o pantanos. Esa bolita de excremento sin embargo significa el Sol, la resurrección, el alma inmortal de Ra y la lucesita que nos dio. Como dirían los cabalistas, la luz quebrando la oscuridad del tzimtzum, la contracción primordial, que es en si misma el secreto del tiempo. El futuro transformándose en luz, que permea el espacio.

¿De qué se trata la magia como propuesta filosófica, de arte y de ciencia? Del poder de revelar el eterno potencial dentro de la realidad, de que sí hay un poder Divino del Ser y que éste contiene dos opuestos: un plano visible, denso, manifestado, y otro, que es antimateria y se relaciona a los reinos espirituales.

Para mí, la princesa de la Magia Negra es Eva, la que guarda el secreto del corazón. La serpiente es nuestra maga y el Hada. Adán es cerebral, símbolo de un intelecto que funciona eficazmente en la búsqueda de lo visible, administrándolo; pero que, sin la mujer, no avanza hacia lo oculto. La loca de la casa, la imaginación atrevida, la curiosidad de Psique, por conocer a Eros / Cupido / como en el mito es femenina. El lado mágico.

No queda cuento de hadas
que salve a la princesa
de la magia negra...


Cuando mencionas «el alma de la mujer vampiro / que me ha precedido» (sic.)y la aludes como «Nauseabunda, burlada y ultrajada», (sic.) pienso en ese símbolo del escarabajo sagrado egipcio, empujando su alma por la oscuridad y, al mismo tiempo, en que se vale sentir «la ira acumulada» por los que olvidan, difaman, descreen y burlan, ese misterio y esa metáfora. Pero ese es el mundo de los que no son soñadores y prefieren ser esclavos del reloj y no de la Eternidad. Posiblemente, estos censores tienen miedo a la magia; por lo que los charlatanes hicieron de ella.

Yo creo que todas las personas sabe que hay fuerzas poderosas que no vemos, o no sabemos usar. Hay quien les tiene miedo a esa fuerzas. El temor a lo misterioso y desconocido se encuentra asociado a la psiquis humana y, más ignorantes, mayor el miedo. Pero la experiencia de explorar el misterio es, por igual, como dijera Einstein: «hermosa, una emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia».

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