Por considerarla interesante hemos querido reproducir la columna del doctor Rafael Molina Morillo, Los Buenos Días, en su edición del martes 17 de agosto del 2010, en el periódico El Día, del cual es director.
A continuación la publicación íntegra
Definiciones: agallú, gandío
Definición de “agallú”: trátase de las personas que quieren acapararlo todo y gustan de las cosas en grandes proporciones. También se les llama “gandíos”.
Definición de “gandío”: dedúzcase de la anterior.
¿Es que ahora pretendemos dar clases de español, en esta columna? No, no, no. De ninguna manera. Traemos estas definiciones al tapete motivados por el anuncio público hecho por el reelecto presidente del Senado, en el sentido de que el primer tema que se propondrá a consideración de los senadores en el nuevo período de sesiones que se iniciará el próximo martes, será un aumento de sueldo para ellos mismos.
¿No es eso ser agallú y gandío?
La principal razón que se aduce para justificar tal aumento en beneficio de los senadores, es que los diputados gozan de un sueldo más elevado que el de aquellos, y que, por lo tanto, deben ser igualados. ¿Y por qué, mejor, no rebajan el salario de los diputados hasta igualarlo con el de los senadores?
Pero, además, es un sofisma decir que los diputados ganan más y es un descaro tratar de aumentar los ingresos de los senadores, sobre todo iniciando un período de seis años.
Ahora bien, veamos lo que gana mensualmente un senador: sueldo básico, RD$125 mil; gastos de representación, RD$50 mil; viáticos, RD$25 mil; hospedaje, RD$25 mil; dietas, RD$3,500 por cada sesión (promedio mensual RD$40 mil); barrilito (promedio), RD$600 mil… Todo lo cual suma, mal sumado, RD$865 mil mensuales, sin contar las partidas que también se les asignan supuestamente para pagar al personal de sus respectivas oficinas en la Capital y en las provincias, aparte también de otros ingresos para pagar “otros servicios”. Hay quienes calculan que cada “senador promedio” le sale al Estado por un millón 785 mil pesos mensualmente.
Y todavía el presidente del Senado quiere más.
¿No caben aquí las palabras “agallú” y “gandío”?
Definición de “gandío”: dedúzcase de la anterior.
¿Es que ahora pretendemos dar clases de español, en esta columna? No, no, no. De ninguna manera. Traemos estas definiciones al tapete motivados por el anuncio público hecho por el reelecto presidente del Senado, en el sentido de que el primer tema que se propondrá a consideración de los senadores en el nuevo período de sesiones que se iniciará el próximo martes, será un aumento de sueldo para ellos mismos.
¿No es eso ser agallú y gandío?
La principal razón que se aduce para justificar tal aumento en beneficio de los senadores, es que los diputados gozan de un sueldo más elevado que el de aquellos, y que, por lo tanto, deben ser igualados. ¿Y por qué, mejor, no rebajan el salario de los diputados hasta igualarlo con el de los senadores?
Pero, además, es un sofisma decir que los diputados ganan más y es un descaro tratar de aumentar los ingresos de los senadores, sobre todo iniciando un período de seis años.
Ahora bien, veamos lo que gana mensualmente un senador: sueldo básico, RD$125 mil; gastos de representación, RD$50 mil; viáticos, RD$25 mil; hospedaje, RD$25 mil; dietas, RD$3,500 por cada sesión (promedio mensual RD$40 mil); barrilito (promedio), RD$600 mil… Todo lo cual suma, mal sumado, RD$865 mil mensuales, sin contar las partidas que también se les asignan supuestamente para pagar al personal de sus respectivas oficinas en la Capital y en las provincias, aparte también de otros ingresos para pagar “otros servicios”. Hay quienes calculan que cada “senador promedio” le sale al Estado por un millón 785 mil pesos mensualmente.
Y todavía el presidente del Senado quiere más.
¿No caben aquí las palabras “agallú” y “gandío”?
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