Sunday, April 25, 2010

Vietnam: A 40 años de su reunificación





Facsímil de portada del libro de Jennings


Por Carlos López Dzur / Fundador de La Naranja / OC

[Corregir el expediente de lo indefendible. Esa es la labor que se asigna el ego narcisista de un militar «in denial», el capitán de un bombardero en la Marina de Guerra de los EE.UU. y agente de la CIA. Phillip Jennings es autor de un libro que pretende decir que, pese a la trágica lucha que fue la Guerra de Vietnam, ésta fue «the war America never lost, but wasn’t allowed to win, either». Apologeta de la Derecha, desde los años Sesenta, ha escrito el libro «Politically Incorrect Guide to the Vietnam War», guerra de la que se cumplen 40 años, en la que ha estado «in denial». El es uno de los que no concede la derrota. Hoy un fanático anti-islamámico y, como siempre un Republicano de la Derecha, culpa a J. F. Kennedy y Lyndon B, Johnson de lo sucedido entre 1972 y 1975 cuando Vietnam del Sur se rindió. El poeta Carlos López Dzur retoma los temas del libro de Phillip Jennings y examina la sicología de algunos de sus personajes, a los que echara la culpa de haber perdido esa guerra.

Contrario a como dijera Colin Powell en 1990, muchos veteranos guerreristas de alto rango se resisten aún hoy a aprender «the lessons of Vietnam». Aquí algunos poemas claves de la poesía política de Carlos López Dzur, autor de
El Libro de la Guerra, documento anti-imperialista y anticolonial por excelencia].

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Jean Baptiste Ngo Dinh Diem (1901 – 1963)

En 1957, en visita a Norteamérica y Australia,
lo festejaron como Líder del Mundo Libre.
Era un católico, anticomunista.
Pero John F. Kennedy no tenía ninguna fe
en él, porque él vende su patria al mejor postor
y siempre pide ayuda para las minorías,
empresarios católicos, en la nación budista,
colonialmente catolizada y víctima de imperios.

Lyndon Johnson también sospecha que Jean Baptiste
no es «the only viable national leader»
para Vietnam del Sur que arde en llamas
y por primera vez quiere ser libre.
El es títere y los títeres dividen.

Crean más problemas; obstruyen las dinámicas
de pueblos. Ocho años después,
por causa de la guerra y las intervenciones,
resultarán 350,000 soldados americanos muertos
y el fantasma de Jean Baptiste que se acaba.
El no era el líder. Fue sólo el sujeto impuesto.

Nixon acabó la invasión en Vietnam.
No le quedó más remedio. Al fin lo dijo:
«Véte a la mierda, Jean Baptiste».

2.

Jean Baptiste fue lo que fue su padre:
consejero del Títere, mandarín vendepatria
del Emperador Thành Thái que impuso,
aquel infeliz trasgo del francés colonialista;
así hablan de libertad y soberanía
los divisores, aliancistas
que mucho parasitan al solicitar estados asociados,
fraudulentos, Commonwealth, suplicados al amo,
terceras fuerzas neutralizadoras, divisivas,
agentes escondidos de la Francia colonizadora.

Es el francés quien lo aplaude,
quien festeja su ética de trabajo lo mismo
que se elogira en Nguyen Huu Bai,
su suegro.

Este siempre, desde 1929, fue su estilo.
Represor de comunistas y en la Provincia
de Phan Thiet, así lo hizo en 1930 y 1931,
irse a matar campesinos con las Fuerza militares
de Francia, llevarse su complicidad
con los gendarmes extranjeros
para violar campesinas y matar a sus hombres.

Y eso, amigo Líder del Mundo Libre,
Jean Baptiste de mentiras, no se olvida
Por eso sólo te han querido los canallas,
los colonialistas, y Ho Chi Ming sabe
tu pasado, y el Vietminh
un día te ajustará las cuentas.

15-04-2000

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Buscando el ala poderosa

«Jean Baptiste Ngo Dinh Diem's rule was authoritarian and nepotistic. His most trusted official was his brother, Ngô Ðình Nhu, leader of the primary pro-Diem Can Lao political party, who was an opium addict and admirer of Adolf Hitler. He modeled the Can Lao secret police's marching style and torture styles on Nazi designs. The US Navy program Operation Passage to Freedom saw up to one million North Vietnamese move south, most of them Catholic. The CIA's Edward Lansdale, who had been posted to help Diem strengthen his rule,[10] led a propaganda campaign to encourage as many refugees to move south as possible»: James S. Olson, Where the Domino Fell. St. Martin's Press (1996)

Ho Chi Minh no es como tú.
El combate de frente; él habla a su pueblo
aunque es guerrero. Tú no. Tú pides permiso
a Francia, como el colonizado, no mueves
un pie sin obediencia. Te vales de Roma,
el Vaticano, te reúnes con Wesley Fishel
para que te sirva de cabildero antes de pasar
a Japón para que agreda tu pueblo
porque allí en Japón ahora quien manda
es el General Douglas MacArthur.

Eso es lo que tú eres, golpista y colonialista
como Cuong De, o Thuc, gente que se dice
democrática, pero son parias
buscando ala protectora, poder ilegítimo.

El brote de la Guerra de Corea
te dio gábilos, mas hablar contra Ho Chi Minh,
el patriota, el nacionalista, contra quien despotricaste
tu veneno y propaganda que le sirva a Occidente,
no te hizo grandioso, por más católico que seas:
te dio un rango de enemigo solapado
de tu pueblo y blasfemo, propagandero,
candidato de la CIA y el Pentágono,
recadero en el Asia y autor
de nepotismo, atropellos,
extranjerismo.

19-04-2000

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Mis hermanitos queridos

«Diem proclaimed the formation of the Republic of Vietnam, naming himself President»: Seth Jacobs, Cold War Mandarin: Ngo Dinh Diem and the Origins of America's War in Vietnam, 1950–1963 (2006)

En un país de vasta mayoría budista,
cerca del 90%, el Vaticano manda, decide
quién ha de ser el poderoso, Francia
es quien autoriza a las familias elegidas
a disfrutar la democracia, a codearse de amigos
en Europa, tiene que existir ese grupúsculo
de obediencia intermediaria, pequeña burguesía
que le traduzca lo que ocurra en un pueblo sojuzgado.
¿Quién mejor recadero del imperialismo
que tú, fanático autorizado, y tu estúpida familia
de traidores, vendepatrias, represores?

Tú, nepotista católico de nacimiento,
madarin mal habido, tú, demócrata de culo cagado
y de partidos fraudulentos, tú, Líder Vietnamita
sin pueblo, derechista, popular sólo entre policymakers
de los americanos; ahí estás, propagandero,
con un hermano, como tú, autoritario,
líder del pro-Diem Can Lao, el partido vendepatria,
adefesio de democracia al gusto americano.

¿Qué clase de hermanitos tienes?
Ngô Ðình Nhu, adicto al opio, jefe del Partido adefesio,
admirador de Adolfo Hitler, qué modelo de virtud,
para un vietnamita siniestro, el Can Coa diseñó
su estilito de marcha para su policía secreta
y técnicas de tortura: las mismas de los Nazis.

«Pero no te preocupes», dice el futuro presidente,
«tú eres mi hermano y yo el caudillo
que quiere Francia y los americanos»


El hermanito menor, Ngô Ðình Can,
es el jefe de la antigua Ciudad Imperial
de Hue; comanda ejércitos privados
(tanto a tí como Ngo y Nhu, nadie les ha elegido
en Sur Vietnam; pero son la policía secreta
haciendo el orden, espionaje, trabajo social
de asesinatos y, ¿qué tal con el hermanito
Ngô Ðình Luyen? Pues designado fue como Embajador
al Reino Unido y, ¿qué tal con el más viejo
de los queridos hermanos, Ngô Ðình Thuc?
El es el Arzobispo de Hue.
Y tú, en el Palacio Presidencial,
con Nhu, la amada, tocándolo todo
como Dimas para haciéndolo mierda.

Y entonces, con aquel que estudiara en Europa
(el más chiquito de tus queridos hermanos)
Ngo Dinh Luyen, se delegan a la Conferencia
de Génova en el 1954. Van a determinar
el futuro de Indochina, decidirán en apoyo
y conveniencia de los americanos.

Eisenhower tendrá que aplaudirlos.
Son la linda familia de incondicionales,
traidores inveterados.

Y todo les iría muy bien y de color de rosa,
si no fuera que a tí, Diem, presidente fatulo
al gusto yankee, defensor del dólar,
la libre empresa, el catolicismo y toda la mierda
de valores familiares y democracia de Occidente,
no sólo el primer Ministro de Francia,
muchos funcionarios en Génova y el mundo,
te llamaron incompetente, fanático, cínico,
torpe, pendejete de ojos oblicuos.

Y después de la Batalla de Dien Bien Phu
te dejaron gobernar por un rato, se disolvió
la Indochina francesa, pero había una orden:
«Hay que sacarse a ese tonto corrupto de encima
cuanto antes, que viva la ilusión del referéndum
en octubre, pero que se vaya al carajo
cuanto antes. Hasta es mejor la monarquía absoluta
a que exista esa clase de seres
asquerosos y corruptos».


05-06-2000

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Vietnam fue una guerra buena

«Then I was a Marine pilot and later a pilot for the CIA’s Air America. I’ve written this boook for my fellow Vietnam veterans who have been so badly mistreated by the media and cultural trendsetters of this country. And I’ve written it for those too young to remember the war but who have that built-in b.s. detector that tells them that the story they get from the media, and probably in school, is a crock. I can give them chapter and verse of why it is»: Phillip Jennings

En Vietnam, como en todas las guerras,
el poderoso miente y su labor es hacer negocio.
Alguien tiene que favorecer que se vendan las armas,
bombas, helicópteros, Napalm, uniformes,
aviones, galardones, convoys llenos de alimento,
tiempo-horas-tropas...
Alguien tiene que ser el intruso
en problemas domésticos y extranjeros.

Todo el mundo quiere una tajada,
no de buena voluntad, o diplomacia.
Ambicionan una zona de lucro
en nombre del patriotismo hueco
y el prestigio de vencer,
o ese oscuro honor de llamarse
mártires, combatientes, negar que son incendiarios,
asesinos, bombarderos, temerarios genocidas,
ciudadanos en la carrera profesional
de estarse matando y hacerlo por la Patria,
aunque haya una minoría «liberal», hijadelagranputa,
que no lo agradezca. He dicho.

Por consiguiente, Phillip Jennings
aterriza con su sabiduría como desmentidor
de cualquier cosa que se alegue por la izquierda
y que sean los propósitos de fondo.

Como todo ocultador y vendedor de pomadas
o azúcar que dore la píldora, él quiere
que se entienda que Vietnan no fue una tragedia
ni fracaso despreciable de su imperio.

Vietnam se tornó en mentira de los historiadores,
miserable parte del ensueño americano con la guerra.
Entonces, él viene a azucarar lo amargo.
La verdad «políticamente correcta» es que Vietnam
y su proceso debe provocar que cada estadounidense
salte con sus pies en gozo porque ha sido y fue
«the most important -- and successful -- campaign
to defeat communism ever waged».


11-04-2000

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El veterano in denial

«Nguyen Van Thieu resigned as president of South Vietnam after denouncing the United States as untrustworthy. His replacement, Tran Van Huong, prepared for peace talks with North Vietnam as communist forces advanced on Saigon»: The Washington Post, April 21, 1975

No estuve allí como pendejo reclutado
en obediencia por causa del Servicio Militar Obligatorio.
Sepa usted, acabo de escribir un libro
para dar chiji chijá a lo mucho que gozamos
los militares en la Guerra de Vietnam.

Acabo de desmentir «the politically incorrect truth:
The Vietnam War was so glorious!»

No es cierto que Nguyen Van Thieu
estuviese encojonado con nosotros o que nos llamara
intervencionistas, hipócritas, ejército con malas intenciones,
ejército de mariguanos, violadores de flacas campesinas.
«The Vietnam War was so glorious!»

Yo estuve allí, solté bombas como paja
que me echara sobre mi mano puñetera.
¡Qué privilegio más grande que desde acá
combatiera al Norte Comunista de Vietnam
y me cagara en las madre de «all the anti-war activists!»

Yo quise que las tropas, cansadas de USA
llegaran salvas y sanas a casa, «safely home»,
pero que antes que cualquier evento o regreso
demuestrasen que el gringo tiene timbales.

Aquí vengo yo,
«and my record straight.
When we left South Vietnam we had won the war».

Somos chingones, nadie debe decirnos
que perdimos. Esa es una mentira.

11-04-2000

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Vergüenza deben sentir

«The people who misreported the war, hammered vile lies about it into our national consciousness, and tout its supposed ‘lessons’ (really, the objectives of their myths) are the very same people who created ‘political correctness’ in the first place. Shame on them»: Phillip Jenning, piloto de la Marina

Si no hubiésemos estado allí, en Vietnam,
no tendríamos amigos tan pro-American en Asia.
Juventud que emule a Bill Gates y quiera
su sueñito americano.
Vergüenza debe sentir quien diga que Ho Chi Minh
es bueno, más que el «Yankee dollar».

Vergüenza debe sentir quien le haga carita de fo
al libre-empresarismo, al Gobierno chiquito,
a los valores morales de Nuestra Tradición
y tenga en menos la Defensa de la Libertad Americana.

Vergüenza debe sentir quien diga que en Vietnam
perdimos y que, en la guerra, no somos tan chingones.
Haya sido un infierno, tanta sangre fluyendo
como estiércol, fue nuestra guerra y vergüenza
que sienta quien no está orgulloso de ese infierno.
Nos mataron unos 58,000 de nuestros hombres;
pero a Vietnam del Norte les hicimos
1.1 millones de bajas y otros cachos, hoy muertos
y enterrados y vergüenza debe sentir
quien no está orgulloso de ellos.

Nosotros éramos mejores, mejor educados,
mejores entrenados para hacer mierda al enemigo.
Nosotros no estamos en angustia y culpa
por causa de la Nueva Era del Acuario
y esa espiritualidad de hippies meludos
o chicos soñadores; vergüenza debe dar
a quien piense que no somos
nuevos espartamos y que perdimos
la guerra por mediocres.

10-04-2000 /
Indice / Libro de anarquistas

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