Lady Di en negro

Demasiadas chuminadas cinematográficas, antes de la toma de posesión de Obama.
Que si voy en tren como Lincoln, que una carta a las hijas. Que por cierto, sus publicistas o asesores de imagen, se encargan que leamos todos.
Tazas con su foto, teles que retransmitirán en directo el acto del martes.
Y el martes ni te cases ni te embarques.
Tengo la sensación que andamos escasos de estrellas mediáticas con peso. Y han descubierto el filón las revistas.
Espero que su boda con el pueblo USA, no acabe como el de Charles de Gales y Diana.
Y si acaba, al menos que no la diñe.
Es un momento histórico, no lo niego. Y lo más normal, será que intente seguir la ceremonia, como todos.
Igual se me cae un lagrimón, soy de natural sensiblera.
Pero eso no quiere decir nada. Cuando el entierro de Franco, también era historia, lo vi y lloré cual Magdalena.
Cuando las Olimpiadas de Barcelona, le hice los coros a la llorera de la Infanta Elena.
Y es que soy como todos, alguien que no es ajeno al bombardeo publicitario, ya quisiera.
A comerme el coco no llegan, pero casi.
Y de nuevo Israel ataca, que poco dura la alegría en casa del pobre.
Ayer, escuchando una tertulia sobre la Soraya sexi, creo que tienen razón, y le han metido un gol a la pobre con todo el conocimiento.
No es que piense que ha hecho mal, allá ella. Es que me parece que la han tratado como a una de las de Gran Hermano, y ella ha dejado que lo hicieran.
Si pretendía acercarse al pueblo, lo ha logrado.
Y con la fama alcanzada, yo de Soraya, dejaría la política y me dedicaría a ir de plató en plató, como la tía de Jesulín.
Y a ganar pasta gansa sin dar golpe.
Igual para las elecciones europeas sale Mayor Oreja en calzoncillos en el poster.
Ganar el PP, igual no gana. Pero desde luego se harán famosos casi como Obama.