En el Mediterráneo oriental, en Oriente Medio, en el norte de África los peligrosos acontecimientos, los conflictos y la competitividad entre las diferentes alianzas imperialistas tienen como objetivo el petróleo de Libia, el gas natural del norte de África y el control de los puntos estratégicos de ricas materias primas.La Federación Sindical Mundial condena la agresión militar de los imperialistas contra Libia: Atenas, 20 de marzo de 2011
Esta competitividad conduce a la guerra económica y de espionaje o como el caso de hoy a la guerra militar en Libia. La Unión Europea, EE.UU., Francia, Inglaterra y sus aliados argumentan que atacan a Libia para aplicar las decisiones de la ONU.
Es mentira y son hipócritas. Por qué no hacen lo mismo con el fin de aplicar las decenas de resoluciones de la ONU sobre Palestina; ¿por qué no hacen lo mismo para poner en práctica las resoluciones de las Naciones Unidas en Chipre, ¿por qué no hacen lo mismo para aplicar las resoluciones de las Naciones Unidas sobre el cese del embargo contra Cuba, etc.?
Exigimos el cese inmediato de los ataques militares contra Libia. Expresamos nuestra solidaridad internacionalista con el pueblo de Libia: Ver
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¡PROTEGE SEÑOR A LOS NIÑOS LIBIOS!
Por Siboney del Rey (poeta venezolana)
La imagen de ese niño, solo, huérfano, entre ruinas...
es la desgracia tan afrentosa del imperio,
que ataca sin piedad a tantos pueblos.
El imperio es el diablo que recorre el mundo con odio y saña,
aduéñandose de las riquezas que producen muchas patrias.
El diablo siembra odio, horror, misieria y llanto.
El diablo destruye el amor, la paz, la risa y el canto.
Mientras que exista el imperio diabólico y depravado,
nunca veremos la sonrisa de un niño
que sueña con un mundo justo y humano.
A ese niño que sobrevive en ruinas....
¡Protégelo Dios Santo!
Un niño libio, no podrán arrancarle la ternura de sus labios
ni el sueño de ser ciudadano,
que defienda la patria de todos sus hermanos.
¡Proteja Señor a los niños libios,
del demonio asechando sin quedar vivos!
Caracas, 20 de marzo de 2011
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Partido comunista indio condena agresión a Libia
Nueva Delhi, 20 mar (PL): El Partido Comunista de la India (Marxista) (PCI(M) condenó los bombardeos perpetrados por la OTAN contra Libia, y llamó a protestar contra la agresión militar al país norafricano.
A pesar de la retórica de que se quiere proteger al pueblo libio, se trata de una violación flagrante de la soberanía de Libia y de una intervención bien calculada para provocar un cambio de gobierno, aseguró el Buró Político del PCI(M) en un comunicado de prensa emitido este domingo.
Denuncia además el doble rasero aplicado por las potencias occidentales a la hora de reaccionar ante las protestas que tienen lugar en el mundo árabe.
En su opinión, la hipocresía de las potencias occidentales se pone de manifiesto en su connivencia con la intervención militar saudita para aplastar las protestas pacíficas en Bahrein, mientras no tienen reparos en recurrir a la fuerza para defender sus intereses en un país petrolero como Libia.
Tras recordar que en el primer día de bombardeos contra el país norafricano ya murieron 48 personas, el PCI(M) advierte que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está repitiendo lo que ya hizo en Iraq, donde causó millones de muertos, y dejó una estela de destrucción.
De acuerdo con los comunistas indios, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que autorizó el uso de la fuerza contra el gobierno de Muamar el Gadaffi, fue utilizado por la OTAN para llevar a cabo el ataque contra Libia.
Los cinco miembros del Consejo de Seguridad que se abstuvieron durante la votación, entre ellos la India, deben exigir de inmediato una revisión de la resolución, exhortó el PCI(M).
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Peligros de la 'intervención humanitaria' en Libia
Por Robert Fisk
Conque vamos a tomar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles libios, ¿cierto? Lástima que no se nos haya ocurrido hace 42 años. O 41 años. O… bueno, ustedes saben el resto. Y no nos dejemos engañar sobre lo que en realidad significa la resolución del Consejo de Seguridad. Una vez más, será el cambio de régimen. Y así como en Irak –para usar una de las únicas frases memorables de Tom Friedman en ese tiempo–, cuando el último dictador se vaya, ¿quién sabe qué clase de murciélagos saldrán de la caja?
Y luego de Túnez y de Egipto, tenía que ser Libia, ¿verdad? Los árabes de África del norte demandan libertad, democracia, no más opresión. Sí, eso es lo que tienen en común. Pero otra cosa que esas naciones tienen en común es que fuimos nosotros, los occidentales, quienes alimentamos a sus dictaduras década tras década. Los franceses acurrucaron a Ben Alí, los estadunidenses apapacharon a Mubarak y los italianos arroparon a Kadafi hasta que nuestro glorioso líder fue a resucitarlo de entre los muertos políticos.
¿Sería por eso, me pregunto, que no habíamos sabido de lord Blair de Isfaján en fechas recientes? Sin duda debería haber estado allí, aplaudiendo con júbilo ante una nueva intervención humanitaria. Tal vez sólo está tomando un descanso entre episodios. O tal vez, como los dragones en La reina de las hadas, de Spenser, está vomitando en silencio panfletos católicos con todo el entusiasmo de un Kadafi en pleno impulso.
Abramos el telón apenas un poco y observemos la oscuridad que hay detrás. Sí, Kadafi es un orate absoluto, un lunático del nivel de Ajmadineyad de Irán o Lieberman de Israel, quien una vez, por cierto, se puso a fanfarronear con que Mubarak podía irse al infierno, pero se puso a temblar de miedo cuando Mubarak fue en verdad lanzado en esa dirección. Y existe un elemento racista en todo esto.
Medio Oriente parece producir estos personajes… en oposición a Europa, que en los 100 años pasados sólo ha producido a Berlusconi, Mussolini, Stalin y el chaparrito aquel que era cabo en la infantería de reserva del 16 regimiento bávaro y que de plano perdió el seso cuando resultó electo canciller en 1933… pero ahora estamos volviendo a limpiar Medio Oriente y podemos olvidar nuestro propio pasado colonial en este recinto de arena. Y por qué no, cuando Kadafi dice a la gente de Bengasi: «iremos zenga, zenga (callejón por callejón), casa por casa, cuarto por cuarto». Sin duda es una intervención humanitaria que de veras, de veritas es una buena idea. Después de todo, no habrá tropas en tierra.
Desde luego, si esta revolución fuese suprimida con violencia en, digamos, Mauritania, no creo que exigiéramos zonas de exclusión aérea. Ni en Costa de Marfil, pensándolo bien. Ni en ningún otro lugar de África que no tuviera depósitos de petróleo, gas o minerales o careciera de importancia en nuestra protección de Israel, la cual es la verdadera razón de que Egipto nos importe tanto.
Enumeremos algunas cosas que podrían resultar mal; demos una mirada de soslayo a esos murciélagos que aún anidan en el reluciente y húmedo interior de su caja. Supongamos que Kadafi se aferra en Trípoli y que británicos, franceses y estadunidenses destruyen sus aviones, vuelan sus aeropuertos, asaltan sus baterías de vehículos blindadas y misiles y él sencillamente no desaparece. El jueves observé cómo, poco antes de la votación en la ONU, el Pentágono comenzaba a ilustrar a los periodistas sobre los peligros de toda la operación, precisando que podría llevar días instalar una zona de exclusión aérea.
Luego está la truculencia y villanía de Kadafi mismo. Las vimos este viernes, cuando su ministro del Exterior anunció el cese del fuego y el fin de todas lasoperaciones militares, sabiendo perfectamente, por supuesto, que una fuerza de la OTAN decidida al cambio de régimen no lo aceptaría y que eso permitiría a Kadafi presentarse como un líder árabe amante de la paz que es víctima de la agresión de Occidente: Omar Mujtar vive de nuevo.
¿Y qué tal si sencillamente no llegamos a tiempo, si los tanques de Kadafi siguen avanzando? Entonces enviamos mercenarios a ayudar a losrebeldes. ¿Nos instalamos temporalmente en Bengasi, con consejeros, ONG y la acostumbrada palabrería diplomática? Nótese cómo, en este momento crítico, no hablamos ya de las tribus de Libia, ese curtido pueblo guerrero que invocamos con entusiasmo hace un par de semanas. Ahora hablamos de la necesidad de proteger alpueblo de Libia, ya sin registrar a los Senoussi, el grupo más poderoso de familias tribales de Bengasi, cuyos hombres han librado gran parte de los combates. El rey Idris, derrocado por Kadafi en 1969, era Senoussi. La bandera rebelde roja, blanca y verde –la vieja bandera de la Libia prerrevolucionaria– es de hecho la bandera de Idris, una bandera Senoussi.
Ahora supongamos que los insurrectos llegan a Trípoli (el punto clave de todo el ejercicio, ¿no es así?): ¿serán bienvenidos allí? Sí, hubo protestas en la capital, pero muchos de esos valientes manifestantes venían de Bengasi. ¿Qué harán los partidarios de Kadafi? ¿Sedisgregarán? ¿Se darán cuenta de pronto de que siempre sí odiaban a Kadafi y se unirán a la revolución? ¿O continuarán la guerra civil?
¿Y si los rebeldes entran a Trípoli y deciden que Kadafi y su demente hijo Saif al-Islam deben recibir su merecido, junto con sus matones? ¿Vamos a cerrar los ojos a las matanzas de represalia, a los ahorcamientos públicos, a tratos como los que los criminales de Kadafi han infligido durante tantos años? Me pregunto. Libia no es Egipto. Una vez más, Kadafi es un chiflado y, dado su extraño desempeño con su Libro Verdeen el balcón de su casa bombardeada, es probable que de cuando en cuando también monte en cólera.
También está el peligro de que las cosas salgan mal de nuestro lado: las bombas que caen sobre civiles, los aviones de la OTAN que pueden ser derribados o estrellarse en territorio de Kadafi, la súbita sospecha entre losrebeldes/el pueblo libio/los manifestantes por la democracia de que la ayuda de Occidente tiene, después de todo, propósitos ulteriores. Y luego hay una aburrida regla universal en todo esto: en el segundo en que se emplean las armas contra otro gobierno, por mucha razón que se tenga, las cosas empiezan a desencadenarse. Después de todo, los mismos rebeldes que la mañana del jueves expresaban su furia ante la indiferencia de París ondeaban banderas francesas la noche de ese día en Bengasi. ¡Viva Estados Unidos! Hasta que…
Conozco los viejos argumentos. Por mala que haya sido nuestra conducta en el pasado, ¿qué debemos hacer ahora? Es un poco tarde para preguntar eso. Amábamos a Kadafi cuando llegó al poder en 1969 y luego, cuando mostró ser un orate, lo odiamos; después lo volvimos a amar –hablo de cuando lord Blair le estrechó las manos– y ahora lo odiamos de nuevo. ¿Acaso Arafat no tuvo un similar historial de altibajos para los israelíes y los estadunidenses? Primero era un superterrorista que anhelaba destruir a Israel, luego un superestadista que estrechó las manos de Yitzhak Rabin, y luego de nuevo se volvió un superterrorista cuando se dio cuenta de que había sido engañado sobre el futuro de Palestina.
Algo que podemos hacer es ubicar a los Kadafi y Saddam del porvenir que alimentamos hoy, los futuros dementes sádicos de la cámara de torturas que cultivan a sus jóvenes vampiros con nuestra ayuda económica. En Uzbekistán, por ejemplo. Y en Turkmenistán, Tayikistán, Chechenia y otros por el estilo. Hombres con los que tenemos que tratar, que nos venderán petróleo, nos comprarán armas y mantendrán a raya a los terroristas musulmanes.
Todo es tan conocido que fastidia. Y ahora estamos de nuevo en ello, dando puñetazos en el escritorio en unidad espiritual. No tenemos muchas opciones, a menos que queramos ver otro Srebrenica, ¿verdad? Pero un momento: ¿acaso aquello no ocurrió mucho después de que impusimos nuestra zona de exclusión aérea en Bosnia?
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Protestas frente a la embajada de Francia en Caracas
Por Miguel Angel Armada Latorre:
Prensa YVKE Mundial - Aporrea
Un grupo de jóvenes revolucionarios se congregó, este sábado, en las afueras de la embajada de Francia en Venezuela para protestar por las acciones militares que iniciara la nación europea, aliada con Estados Unidos y Reino Unido, contra el pueblo de Libia.
Jhonalbert Viera, participante en la protesta antiimperialista rechazó que las potencias mundiales continúen utilizando las acciones militares en contra de países soberanos, para despojarlos de sus riquezas naturales.
«Esta protesta es en contra del Gobierno francés que de manera unilateral, arbitraria, tomó la decisión de generar estos ataques contra Libia. Fueron ellos quienes iniciaron esta agresión contra el pueblo libio, no contra Muammar Al Gaddafi. De hecho, ya comenzaron con excusa de fallas de navegación y los misiles están llegando a edificios civiles. Está ocurriendo lo mismo que ocurrió con Irak», aseguró Viera.
Estos jóvenes anunciaron que en los próximos días tomarán otras acciones para protestar contra la invasión que han iniciado potencias extranjeras, con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, a Libia.
Cabe destacar que aviones militares franceses comenzaron, este sábado, la invasión sobre Libia y destruyeron cuatro tanques de guerra de las Fuerzas Armadas leales a Muammar Al Gaddafi.
En tanto, la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (Otan) despliega sus fuerzas hacia Libia, con aeronaves, barcos y submarinos suministrados por Francia, España, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Dinamarca, mientras que Italia anunció que sus bases militares están a disposición de la alianza militar.
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