A mi los extremos nunca me han gustado, creo fervientemente que el equilibrio está en moverse a lo largo de la línea que los separa -o los une-, porque nada es absoluto, todo cambia y nosotros mismos nos vamos moviendo a lo largo de esa línea imaginaria... algunos para evolucionar, otros para retroceder lastimosamente...
Hay un dicho argentino que a mi me encanta: "Cuando uno se quema con leche, ve una vaca y llora", así me pasa a mi con las posiciones de izquierda (aunque haya puesto a Mafalda en la izquierda del post), es que yo hasta el reloj lo uso en la derecha y conste que no soy de ultra derecha ni nada parecido, soy una demócrata convencida, como dije antes, uno puede moverse en la línea con mesura, sin volverse extremista, pero dada la situación de Venezuela, a mi la izquierda me da dentera (entre otras cosas), no puedo remediarlo... Eso me pasaba con la Trova cubana, había algo que no permitía disfrutarla como antaño, porque lo que la envolvía hería zonas muy sensibles dentro de mi...
Bueno, todo este rollo viene a cuento, porque hace unas semanas, en un concierto que dió en Tenerife, Silvio Rodríguez, entre otras cosas que lo reivindicaron conmigo, y frente a un pelotón del auditorio que soltaba consignas a favor de la Cuba de fidel, soltó un:
Ojalá más pronto que tarde podamos decir:
'Cuba sí, Yankees también'
Todos cabemos en este mundo y tenemos que aprender a respetarnos (qué trauma, me viene a la mente el "por qué no te callas" aquel...), un mundo mejor es posible si le ponemos corazón...
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