Sunday, February 11, 2007

Los Amantes de Mantua...

Hace pocos días arqueólogos han desenterrado dos esqueletos del período neolítico tiernamente abrazados, precisamente en la ciudad donde William Shakespeare ambientó su famosa tragedia de amor adolescente Romeo y Julieta. Enterrada hace entre 5.000 y 6.000 años, se supone que la prehistórica pareja estaba formada por un hombre y una mujer, que fallecieron en su juventud, pues sus dientes estaban intactos, según manifestó Elena Menotti, la arqueóloga que encabezó las excavaciones. El hallazgo ocurrió en los suburbios de Mantua, a 45 kilómetros al sur de Verona.

Lo curioso es que no se tienen noticias de entierros dobles en la época neolítica y tampoco de una pareja abrazada en la muerte. Luca Bondioli, un antropólogo del Museo Etnográfico y Prehistórico de Roma, dijo que son muy raros los entierros dobles durante la prehistoria, y especialmente en esa pose. Sin embargo, se han encontrado parejas agarradas de la mano, o teniendo algún otro tipo de contacto físico. ''Es raro que dos jóvenes mueran al mismo tiempo. Y eso nos impulsa a saber por qué, y quiénes eran. Pero será muy difícil descubrirlo'', señaló.

(Datos tomados de la noticia de Ariel David, de la agencia AP)

Pero el tema, más que por la avidez del conocimiento científico, lo quiero traer a colación antes de que los arqueólogos nos chafen la ilusión pasando su apisonadora por la esperanza de que las cosas bellas son posibles. Probablemente los investigadores descubran que no murieron a la vez, que tal vez este descubrimiento sin igual corrobore que los sacrificios humanos estaban a la orden del día hace cinco o seis mil años, y que probablemente la joven fuese enterrada en vida junto a su esposo, lo que aplastaría lo maravilloso del hallazgo y todo aquello que nuestra imaginación pudiera hermosamente dibujar, pero permítanme que yo sueñe con que el amor de estos jóvenes, el amor proscrito o desesperado, les llevó a protagonizar la más bella estampa arqueológica que haya existido jamás. Algunos incluso dirán que es un montaje o que es una idiotez admirar algo así, pero aquellos que sabemos que solo se puede ver bien con el corazón podemos afirmar que si hubiéramos estado ahí, en Mantua, desenterrando con toda la delicadeza posible esos huesos entrelazados, nos habríamos expandido de tanta ternura y, al menos yo, bendeciría la posibilidad de abrazos como éste, eternos...






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