Todos nosotros, seamos guerreros o no, tenemos un centímetro cúbico de suerte que surge frente a nuestros ojos de vez en cuando. La diferencia entre el hombre común y el guerrero es que el guerrero es consciente de esto, y una de sus tareas es estar alerta, esperando deliberadamente, de manera que cuando surge ese centímetro cúbico tenga la velocidad necesaria y la valentía de atraparlo...
Carlos Castaneda
Tuesday, December 12, 2006
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