-Lo de la cobardía, en realidad, lo estamos diciendo mal- dijo con lentitud Urbano, como quien devana trabajosamente una línea de pensamiento-. Lo verdaderamente importante no es si uno tiene miedo o no, sino lo que hace con su cobardía. Puedes entregarte a ella atado de pies y manos, como un preso. O puedes intentar enfrentarte a ella y encontrar los límites. Los límites son siempre fundamentales. Una mesa no empieza a ser una mesa hasta que no recorto la superficie del tablero. Antes de hacer eso, antes de limitarla, no era más que una pieza informe de madera capaz de convertirse en cualquier cosa: en una silla, en el mango de un hacha, en leña para el fuego...
... Si no eres capaz de ver a los demás, tampoco puedes verte a ti mismo. Porque los demás que te rodean, la vida y los compromisos que te tocan, son los límites que te hacen ser quien eres. Y si no reconoces esos límites y esas responsabilidades, no eres nada, no eres nadie. Una tabla de madera que no tiene forma...
Rosa Montero
"El corazón del tártaro"
(Espasa, Madrid, 2004)
... Si no eres capaz de ver a los demás, tampoco puedes verte a ti mismo. Porque los demás que te rodean, la vida y los compromisos que te tocan, son los límites que te hacen ser quien eres. Y si no reconoces esos límites y esas responsabilidades, no eres nada, no eres nadie. Una tabla de madera que no tiene forma...
Rosa Montero
"El corazón del tártaro"
(Espasa, Madrid, 2004)
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