Wednesday, February 16, 2011

No son los presidentes: Es el sistema


Por Jaime Richart (especial para ARGENPRESS.info)

Me diréis que por algo se empieza. Y así es. Pero les queda mucho camino que recorrer a los egipcios para lograr una democracia que merezca el nombre de tal. Les queda por lo menos tanto camino como a los españoles nos queda para llegar a una democracia en la que el pueblo se sienta dignamente representado y tenga la percepción de que él es quien ciertamente gobierna, y no impostores. Quizá, dado el talante y la determinación de los ciudadanos, menos les queda a los egipcios que a nosotros.

Pero sea esta diferencia la que sea, mientras los egipcios admitan como marco de su sociedad el mercado, con sus hedges founds, sus lobbys, sus escandalosas martingalas, su voracidad y su criminal devastación, los egipcios no van a mejorar mucho más sus vidas, ni van a dotarse de más estabilidad económica, ni van a acabar con las desigualdades indignantes y bochornosas. Cambiando la constitución quizá eviten que otro sátrapa se apodere de su sociedad y de sus vidas, pero sólo conseguirán que roten en el latrocinio más políticos en lugar de practicarlo uno solo. Entre nosotros, ahí tenemos a un Berlusconi que es dueño de más de media Italia...

Ojalá nosotros, los también puteados españoles, pudiéramos liquidar la pobreza y las desigualdades cambiando al presidente, a los partidos, a los políticos y a los medios. Pero no porque venga otro presidente, no porque venga el otro partido, no porque lleguen desde el otro lado del hemiciclo otros depredadores, se van a crear en España más empleos y a reducir las desigualdades. Todo lo contrario. Pues el foco del mal no está tanto en las personas que administran la política y los caudales públicos como en el sistema. En Egipto y en España, en Italia y en EEUU. El virus infeccioso está en los grandes empresarios, en la banca, en los ricos, en la realeza, en el vaticano y en el imperio. En su virtud ahí seguirán los privilegios y las castas. Ahí seguirán una familia real, una clase política, los clérigos y los ricos, todos privilegiados, al lado de los oprimidos por la pobreza o la hipoteca que empobrece, al lado de la angustia de millones de jóvenes que viven con la ineludible necesidad de recibir protección económica de sus progenitores para no tirarse por la ventana.

Por otra parte, los agitadores a sueldo del imperio que promueven la revuelta no buscan sino la presencia más activa de los anglosajones que quieren la total dominación en Oriente Próximo y en Oriente Medio. Si no fuese así, ¿por qué el tirano indeseable hasta ayer fue recibido con todos los honores en la Casa Blanca o en el Elíseo y apoyado por los países occidentales?

Es sabido que en la historia siempre caen con estrépito los dictadores marxistas o de izquierda, mientras que los de derecha mueren en la cama. Los otros indeseables, es decir, los sarkozy, los blair, los aznar, los bush o los berlusconi, que no son oficialmente dictadores pero siguen siendo indeseables, ni siquiera sucumben al verdugo de las urnas por sus rapacidades. Siguen ahí sodomizando al pueblo y a la democracia estén o no en activo o en funciones.

Aunque de momento lo más importante está conseguido en Egipto, no es posible que el país coja otro sendero que no conduzca al mismo sitio: al capitalismo feroz. ¿Pasará Egipto en cuestión de días, de meses a ser otra cosa diferente de lo que es porque tenga otra constitución y otro presidente? ¿O será otra argucia institucionalizada para entrar en el capitalismo más a fondo? ¿Pasará ese profesor de inglés que aparecía en la tele una y otra vez diciendo que gana un euro al día, a ganar 400 al mes? Desde luego no se sabe que por el hecho de haber cambiado al director de una orquesta que se dedica a tocar sólo la vieja melodía de la desigualdad, la orquesta cambie de melodía. Si los egipcios no hacen el milagro de transmutar el capitalismo miserable que les domina en otra cosa, de poco les servirá el derrocamiento del dictador que dicen era el Mubarak amigo del imperio y de los occidentales.

No creo que los egipcios se conformen con lo que ha de venir, y por eso la revuelta de estas últimas semanas volverá a reproducirse como se regenera el rabo cortado de la lagartija. Pero si no fuera así es porque, iniciados los prolegómenos que son las revueltas que ya están en Irán y precederán al ataque a ese país, todo volverá a la calma resignada y a ser más o menos como antes. En Egipto y los demás países árabes, mientras los persas muerden el polvo o bien comienza la tercera guerra mundial.
____


Trabajo rural como sinónimo de explotación / Bitácora personal /

No comments:

Post a Comment