Sunday, September 13, 2009

La censura en Puerto Rico


Por Mayra Santos-Febres / Escritora y educadora

Temo a la censura. Sobre todo, le temo cuando se utiliza «la formación integral de nuestros niños y jóvenes» como excusa para privarlos del contacto con experiencias y sobretodo con libros que los ayuden a desarrollar herramientas para pensar. La reflexión tiene que hacerse en un contexto amplio, sin verjas ni no pases. Es imposible pensar: es decir, sopesar ideas, cuando estas ideas diferentes, divergentes son sacadas de en medio desde un principio.

Cierto es que la educación debe tener en consideración la capacidad de jóvenes y niños para asimilar y digerir información. No vas a servirle churrasco a un bebé de cuatro meses que no tiene dientes. Pero los muchachos de undécimo grado que configuran el estudiantado de Escuelas Públicas de nuestro país, a su edad, ya tienen dientes. Tienen dientes, uñas y garras. Algunos ya tienen bebés de cuatro meses. Ya pueden comer churrasco.

Llega hasta mí la polémica y copia de lista de títulos que la Oficina de Asuntos Académicos del Departamento de Educación de Puerto Rico ha decidido eliminar de las lecturas asignadas a grado 11 por el Programa de Español de la pasada administración. Estuve trabajando durante esa administración como asesora del Departamento de Español y reconozco muchos de los títulos que yo recomendé para que fueran incluídos. Recomendé Aura porque es un clásico de la literatura contemporánea. No hay entre sus páginas una sola palabra vulgar, sí muchas en francés. Quizás Asuntos Académicos y los funcionarios del Sr. Juan L. Rodriguez haya traducido mal alguna. Quedo a su disposición para corregir ese entuerto.

Reunión de Espejos, recopilación de cuentos editada por el poeta y director de la Academia de la Lengua José Luis Vega, recoge cuentos de José Antonio Ramos, Ana Lydia Vega, Tomás López Ramírez (ese maravilloso cuento Banda de acero sobre el Caribe), Luis Rafael Sánchez y Rosario Ferré. Que por favor me indiquen en qué página de qué cuento aparece la palabrota o el contenido soez tan tremendo que hace que se despache ese libro por entero. Quisiera saber qué escena logra convencer a los funcionarios de Asuntos Académicos que un libro que pone en contacto a los estudiantes con la más excelsa literatura de Puerto Rico debe ser retirado de su currículo de enseñanza.

Lo de El entierro de Cortijo a la verdad que no lo entiendo. Es una crónica que pone en contexto histórico figuras de la literatura tales como Luis Llorens Torres y, a la vez, que reflexiona acerca de la cultura popular salsera, tan similar a la del reggaeton. Este libro, sobretodo si se enseña en undécimo grado, puede ayudar a desarrollar herramientas de reflexión crítica sobre la historia, la marginación, los elementos de la cultura popular que son nocivos, la manera en que la música puede ser medio de expresión para sectores marginales del pueblo. Puede avivar discusiones acerca de los aedos, los bardos, la poesía oral, conectarla con el estudio de clásicos como la Odisea (libro que también ha sido censurado o retirado de listas de lecturas por su contenido demasiado vulgar, sobretodo cuando Odiseo aparece desnudo después que sobrevive a Calipso). En fin...

Eliminar de las listas de lectura la Antología personal del José Luis González es un verdadero acto de destrución a la fibra misma de lo que es considerado el estudio de la literatura y el español en Puerto Rico. ¿Cómo se puede enseñar español en Puerto Rico sin estudiar a José Luis González? Estamos hablando, señoras y señores lectores, de un clásico de la literatura latinoamericana, caribeña. Estamos hablando del autor de El país de los cuatro pisos, el autor de La llegada, el autor de Al fondo del caño había un negrito, el autor de La noche en que volvimos a ser gente. Salvo "La llegada" y el ensayo El país de los cuatro pisos que son textos, aprovecho para alcarar, que deberían también figurar como textos claves para el estudio del Español en esa lista, todos los mejores cuentos del autor aparecen compilados en esa antología. Otra vez pregunto por la página o la escena de contenido soez o vulgar que justifique el que nuestros estudiantes no conozcan la obra de nuestros clásicos. Esta quizás sea su única oportunidad.

No me imagino las razones por las cuales estas obras han sido eliminadas, qué ojos censores han encontrado «mensajes perniciosos al desarrollo integral de nuestros jóvenes» entre las páginas de estos libros. No sé si han sido razones meramente políticas, casadas con intereses religiosos obviamente fundamentalistas, los que habrán encontrado al demonio en las páginas escritas por Carlos Fuentes o José Antonio Ramos. Pero se equivocan. Ahí no stá el demonio, no está la falta de moral. El demonio está en la calle. Hay que darles herramientas a nuestros jóvenes para poderlo reconocer. Para poder reflexionar sobre él. Para poder enfrentarlo.

Añado además que el desarrollo integral de nuestros jóvenes estriba en eseñarle el contenido más excelso de la literatura del país y la de afuera. Si me hubieran dejado, hubiese añadido a la lista Los cuentos de Edgar Alla Poe (para entender bien los de Quiroga). Estos cuentos originalmente fueran escritos en inglés, aunque muy bien traducidos por Julio Cortázar- traducción, de hecho, que fue comisionada por Don Jaime Benítez y la Universidad de Puerto Rico. Pero me dijeron que no se podían incluir textos en inglés en en currículo de español. Hubiese añadido a la Odisea, las fábulas de Esopo, Frankestein de Mary Shelley, Drácula de Bram Stocker, a La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, a El llamado de la selva de Jack London, a La amortajada y El árbol de Maria Luisa Bombal, a Borges completo (El sur, Las ruinas circulares, Funes el Memorioso), pero me indicaron cuidado, cautela, que me limitara a lo local- española, latinoamericana y puertorriqueña- que no podía incluir litratura francesa (ni siquiera a El principito de Saint Exupery, que es INDISPENSAL para entender El niño que enloqueció de amor de Eduardo Barrios). ¿Entonces qué? ¿Cuáles son los textos que contribuyen al desarrollo "integral" de nuesros jóvenes estudiantes?

El principal deber de un maestro es educar. Educar no es proveer datos y reglas de moral sino despertar en el estudiante la curiosidad por saber. ¿Qué curiosidad por el saber van a desarrollar los estudiantes si se les priva de textos contemporáneos, de textos de probada excelencia literaria, textos controversiales, difíciles, que nos presentan el bien y el mal de manera fácil, predigerida?¿Cómo van a aprender a pensar nuestros estudiantes, si no tienen en su currículo libros- es decir, material de reflexión- qué conectar con su vida?

Esperamos que el Secretario de Educación Carlos Chardón pueda corregir el entuerto que ha formado su oficina de Asuntos Académicos. Es una gran pena que, durante el gobierno de la esperanza de Obama, aquí en Puerto Rico, los censores les corten las alas a la esperanza. Hay que dejar al pensamiento volar.

Pero, si el Dr. Chardón permite que su Oficina de Asuntos Académicos prosiga su bibliocausto, quisiera recomendarle los siguientes libros. Han sido obras quemadas, perseguidas por gente que se autoproclamado como defensores de la moral social. Aquí van algunas sugerencias:

1. Amar y sufrir o su vida, de Santa Teresa de Jesús
2. Ensayos de Michel de Montaigne (1676)
3. The arrangment de Francis Bacon (1668)
4. Los libros filosóficos de René Descartes (en 1663)
5. Pensées, avec les notes de Voltaire de Blaise Pascal (1789)
6. Pamela o la virtud recompensada de Samuel Richardson (1740)
7. El contrato social y Emilio, o De la educación de Jean-Jacques Rousseau
8. Kritik der reinen Vernunft de Immanuel Kant (1827)
9. Historia de la Decadencia y Caída del Imperio Romano de Edward Gibbon (1873)
11. Science de l'homme de Claude Henri Saint-Simon
12. De l'Allemagne de Heine (1836)
13. Los Papas romanos, su Iglesia y su Estado en los siglos XVI y XVII
de Leopold Ranke (1837)
14. Rojo y negro de Stendhal (1848)
15. Cours de philosophie positive de Auguste Comte (1864)
16. Los miserables y Nuestra Señora de París de Victor Hugo (1834-1869)
17. Algunas obras de Alexandre Dumas (padre) (1863)
18. Las novelas de George Sand (1840)
19. Principios de economía política de John Stuart Mill (1856)
20. Gran Diccionario Universal de Pierre Athanase Larousse
21. Madame Bovary de Gustave Flaubert (1864)
22. Varias obras de Alexandre Dumas (hijo) (en 1963)
23. Prólogo de Emilio Castelar a la Historia general de la masonería
de G. Danton
24. Las novelas de Gabriele D'Annunzio (en 1911)
25. Lazarillo de Tormes, Anónimo.

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