Sunday, August 24, 2008

Cristianos y musulmanes




Por Arturo Cardona Mattei / Escritor y poeta puertorriqueño

Por siglos los cristianos han matado cristianos. Por siglos los musulmanes han matado musulmanes. Ambas religiones tienen en sus libros sagrados unos altos principios y valores que tienen que ver con la vida humana. En ellos se exhorta a sus seguidores a ser ejemplos de amor, concordia y paz. Lamentablemente, siglos de experiencias malvadas y hechos sangrientos nos dicen que son dos alas de un mismo pájaro: volando por aires espirituales contaminados y bebiendo y dando a beber aguas de ajenjo. Al día de hoy ese ambiente infectado no ha variado para bien, sino que va de mal en peor. Vemos cómo la cristiandad y el islamismo siguen por la via libre de querer imponer una teocracia terrenal, creyéndose que están en los tiempos del rey David. Hoy no existe aquella sociedad teocrática.

En Estados Unidos la carrera presidencial sigue subiendo su tono político, y como siempre, la cristiandad de derecha, brazo político del republicanismo, continúa metiendo sus dientes y lengua en el circo político nacional. Su atrevimiento no tiene frenos. Y los políticos, no se hasta cuándo van a jugar el mismo juego, siguen sometiéndose a estos falsos representantes de Dios en la tierra. Acuden a invitaciones y se someten a interrogatorios para auscultar el grado religioso de cada candidato. Luego, esos líderes religiosos hacen sus recomendaciones a sus respectivas feligresías. Esa es la falsa religión que sigue nadando por las aguas turbias que falsean los verdaderos principios y valores que fueron enseñados por Jesucristo y sus apóstoles.

El senador Barack Obama tiene todas las cartas perdedoras a su lado cuando a esos debates se somete. Esa misma cristiandad perversa es la que ha metido su hocico en la palestra política para meterle miedo a la nación regando inuendos sobre su persona y sus ideas religiosas. Sus discursos los han llevado hasta niveles del fastidio tratando de convencer a todo el mundo que este senador es un peligro inminente para los americanos. No descansan en esa faena.

Ahora bien, el senador John MaCain sí tiene las cartas del triunfo en esos debates amañados. Es el hombre de la derecha que mejor representa los ideales “cristianos” de esos grupos. No importa que tenga secuestrados a toda una juventud norteamericana peleando por cien años contra la militancia musulmana/islámica de Irak y Afganistán. Esa derecha reaccionaria religiosa norteamericana fue la que llevó al actual presidente George Bush a la Casa Blanca. Hoy la nación norteamericana está agobiada y arrepentida de esa decisión. Como ocurrió en Vietnam, ahora también se está buscando afanosamente una salida honorable de esos campos de guerra. El gran poderío militar de Estados Unidos no ha podido resolver los asuntos políticos ni económicos ni religiosos de esas tierras extrañas y lejanas.

En esos debates políticos/religiosos el senador Barack Obama tiene que defenderse con uñas y dientes porque tiene que dejar claro que él es un cristiano más de esos tantos millones que llenan esas filas de hombres y mujeres tan inmaculados que en cualquier momento podrían partir hacia los cielos infinitos. Sería bueno que el llamado Rapto llegara en estos días para saber, de una vez y para siempre, quiénes son los escogidos y quiénes los malditos. Pero, ¿qué diferencia habría entre un presidente cristiano y uno islámico? ¿Qué diferencia habría entre un presidente y una presidenta? ¿Qué diferencia habría entre un presidente blanco y uno negro? ¡Ninguna! Cuando de defender los intereses mundialistas de la nación norteamericana se trate, vamos a tener y sufrir los mismos riesgos y consecuencias. Cuando haya que dar la orden de guerra el color de piel, los sentimientos religiosos y el sexo no tendrán el más mínimo peso. Los intereses nacionales están por sobre los intereses individuales.

El pastor inquisidor en ese debate político/religioso fue Rick Warren, que rige sobre una megaiglesia, de esas que ha desarrollado la cristiandad norteamericana. Es allí donde se aprende la teología de la prosperidad. Los sermones siempre giran sobre cómo tener todas las amenidades de la vida terrenal. Pues, en lo que llega el Rapto hay que entretenerse en algo. Así son estos mortales. Pobre de los apóstoles, que fueron perseguidos, azotados, encarcelados y asesinados. Ninguno probó riquezas. Trabajaban con sus propias manos para mantenerse. No le metían miedo a nadie con un infierno eterno. Tampoco se metían en los asuntos del Estado. Nada de política entre ellos. Jesucristo les enseñó: Ustedes no son parte de este mundo. Y así lo hicieron.

Los apóstoles de hoy son otros. Los genuínos no andaban con trucos. Los de hoy recurren a todos ellos. Los de hoy machacan día y noche sobre la teología de la prosperidad. Aquellos primeros caminaban día y noche enseñando la pureza de la palabra recibida de Jesucristo.

Caguas, Puerto Rico

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