Es el mismo óvalo, el mismo pelo y el mismo peinado, la misma sonrisa, los mismos ojitos, la misma cara que conocemos más que bien, que espiamos a diario en el espejo, esa que -metamorfósis anual mediante- nos ha acompañado cada día de nuestra vida... pero hay días, cuyo conjuro desconocemos por completo, en que esa misma cara, con nosotros adentro, se ve espectacular en el espejo... Es lo que yo llamo tener "el bonito subido":
No hay un peinado especial, no hay un suceso produciendo brillos, no estrenas ropas, ni labiales, ni sombras, es más, hasta es lunes (lo cual normalmente detestas), el resto de la humanidad está de vacaciones, mientras tú tienes que madrugar e ir a trabajar... pero la cara en el espejo, con los mismos rasgos de siempre ¡se ve fabulosienta! Los ojos relucen, la pintura de labios de siempre parece un rojo de Dior, los pantalones, la camisa, las sandalias, todo, te sienta maravillosamente bien y tú sientes como si caminaras, etérea, sobre una alfombra roja: el resto del mundo te percibe y te mira, hasta te sonríen extrañ@s... es como si la conjunción de maravillas que fluye dentro de ti saliera a la superficie y contagiara a tu cuerpo desde adentro... y quisieras saber qué fue lo que confluyó para sentirte así y que permanezca...
¿Alguien sabe la receta????
Monday, July 23, 2007
Belleza subjetiva...
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