Se avecina un nuevo terremoto sociológico y, seguramente, político. Cuando a finales de mes, el diputado antimusulmán holandés Geert Wilders cuelgue en Internet su vídeo contra el Corán, se abrirá de nuevo el debate entre quienes ven el islam como una religión represora y conquistadora y los que —argumentos teológicos aparte—, defienden la libertad de expresión para criticarlo.
'Fitna', de 15 minutos de duración, muestra el Corán como un libro que incita a la violencia y que tiene contenidos fascistas por los que debería prohibirse. Wilders quería presentarlo en televisión, pero ninguna cadena aceptó hacerlo. Después, optó por una rueda de prensa, idea que descartó aludiendo al alto coste en medidas de seguridad que necesitaría para realizar el evento.
'Fitna', de 15 minutos de duración, muestra el Corán como un libro que incita a la violencia y que tiene contenidos fascistas por los que debería prohibirse. Wilders quería presentarlo en televisión, pero ninguna cadena aceptó hacerlo. Después, optó por una rueda de prensa, idea que descartó aludiendo al alto coste en medidas de seguridad que necesitaría para realizar el evento.
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