Cuando salía de la oficina, un poco decaída, la verdad, apreté el paso pegada a los soportales, porque lloviznaba. Casi llegando a la esquina, un hombre mayor que venía caminando a mi lado, pero un par de pasos detrás de mi, me dice tratando de alcanzarme:
- Eh, chavalita, no corras, que sino no voy a poder
presumir de ir con una mujer tan guapa...
Nos reímos los dos un montón, antes de tomar caminos distintos al llegar a la esquina...
Nunca falta un arcoiris, ¿verdad?
- Eh, chavalita, no corras, que sino no voy a poder
presumir de ir con una mujer tan guapa...
Nos reímos los dos un montón, antes de tomar caminos distintos al llegar a la esquina...
Nunca falta un arcoiris, ¿verdad?
No comments:
Post a Comment