Ayer tuve la tarde perfecta, de la maruja perfecta. Primero, visita a la esteticienne, hay que arreglarse las cejas, no vayan a salirme como a Zapatero. Despues, peluquería, unas mechas, un color, un buen corte. Y ya bien compuesta al super, a por unas zapatillas nuevas, se me salía un dedo acusador, el gordo izquierdo por cierto, de las viejas. Y aprovechando la coyuntura, merendemos un gofre recubierto de nata con chocolate. No creo que eso engorde.
Pero lo curioso es lo que descubres. Con la gente que hablé, votantes socialistas, cuando quedé a solas con alguno de ellos, me aseguró que votaría al PP . El tema sobre todos, era la hartura de tanto inmigrante. Dicen que no lo reconoceran publicamente, no quieren que les llamen racistas. Pero en las urnas lo dejaran claro. No conozco a nadie que esté de acuerdo con esta invasión descontrolada y masiva, y cuanto menos poder adquisitivo se tiene, más desean un tope a esto. Y no se yo el porque se ponen las manos a la cabeza con la idea de Rajoy de poner derechos y obligaciones a los que vengan de fuera. ¿ Acaso La Moncloa no tiene guardias, o puede entrar quien quiera? . Es normal que veamos todos los chalets vallados, todas las ventanas con rejas, las zonas residenciales de lujo con guardias de seguridad, las puertas cerradas con blindaje, y a España, casa de todos, la dejemos a la buena de Dios, me parece que no. Y tanto criticar a " la niña de Rajoy" los socialistas, mejor harian en aplicarse a ello. Con los avances musulmanes, y otras etnias discriminatorias. Que Rajoy dijera que todas las niñas nacidas en España tendrían los mismos derechos, es un gran avance, y un aviso a navegantes. Aquí no van a ser mujeres tercermundistas, seran de primera, pese a quien pese.
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