Con el tiempo, te vas dando cuenta que para ser feliz con otra persona, necesitas, en primer lugar, no necesitar de ella.
Te das cuenta también, que aquél alguien que tú amas (o crees amar) y que no quiere nada contigo, definitivamente no es el "alguien" de tu vida.
Aprendes a quererte, a cuidarte y, principalmente, a apreciar a quien también te aprecia.
El secreto es no correr detrás de las mariposas... es cuidar del jardín para que ellas vengan hasta ti.
A fin de cuentas, tú vas a encontrar no sólo a quien estabas buscando, sino a quien también estaba buscándote a ti...
Desconozco su Autor/a
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