Saturday, December 11, 2004

El enfoque apropiado...



Al inicio de una conferencia sobre stress el disertante colgó frente al público una gran hoja de papel blanco.



Con un marcador negro dibujó luego una mancha irregular.

-¿Qué ven aquí?, preguntó...

Uno tras otro, los presentes fueron contestando:

-Una mancha negra.



-Eso supuse, dijo el orador. Ninguno de ustedes se enfocó en la hoja blanca, aunque tiene una superficie mucho mayor. Precisamente de eso, hablaremos esta noche...



¿Cuál es la conversación en la que te enfocas más asiduamente? ¿En todo lo que tienes o en lo poco que te falta? ¿En todo lo que sabes o en lo mucho que no dominas? ¿En todo lo que puedes o en lo que te gustaría pero no te sale?



Depende cuál sea la conversación en la que te enfoques será el estado de ánimo que estarás transitando.



"La emoción que sientes no existe por sí sola...

Sino por la explicación que tú le das"



Y de acuerdo con el estado de ánimo que estés transitando, la predisposición a la acción que tendrás. Y de acuerdo con tu manera de accionar los resultados que estarás obteniendo. ¿Qué no te gustan los resultados?



La clave es la conversación.



Veamos: piensa en tu situación, en la conversación que te separa de tus resultados. Piensa en tus mejores razones, en esas que estás segura/o, nadie puede dar vuelta y ahora te pido que leas lo siguiente:



Después de la primera prueba artística de Fred Astaire, el informe del director de pruebas de la M.G.M. fechado en 1933,decía: ¡¡¡No sabe actuar!!! ¿Qué te parece que hizo Fred Astaire después de semejante declaración? Imagínalo por sus resultados.



Louis May Alocott, la autora de Mujercitas, era impulsada por su familia a conseguir trabajo como mucama o costurera. ¿Escuchó los juicios de su familia o lo que decía su conversación interna?



Beethoven tocaba mal el violín y su profesor consideraba que no tenía futuro como compositor. Como era sordo no pudo escuchar esta crítica. ¡Qué suerte!



Los padres del famoso cantante Enrico Caruso querían que fuera ingeniero. Su profesor decía que no tenía voz y que no podía cantar. ¿Qué lo habrá motivado

a seguir intentándolo?



Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución abandonó la carrera médica mientras el padre le decía: "Lo único que te interesa es capturar ratas". ¿De qué otra manera hubiera podido entender su interés por las ratas?



El director de un diario despidió a Walt Disney por falta de ideas. Walt Disney quebró varias veces antes de construir Disneyworld. ¿Alguna vez pensaste que para concretar eso alguien antes tuvo que soñar en supergrande, casi te diría delirar consciente?



Albert Einstein no habló hasta los cuatro años y no leyó hasta los siete. Su maestra lo describió como mentalmente lento, insociable y encerrado siempre en sueños tontos.



¿Alguna vez alguien dijo que tus sueños son tontos?



Henry Ford fracasó y quebró cinco veces hasta que finalmente tuvo éxito. ¿Te parece que Ford pensó que era un fracasado o simplemente consideró a sus errores como espacios de aprendizaje?



Winston Churchill no aprobó sexto grado. Llegó a Primer Ministro recién a los sesenta y dos años, luego de una vida de derrotas y reveses hizo sus mayores contribuciones cuando era un hombre mayor.



¿Todavía estás a tiempo?



Dieciocho editores rechazaron el cuento de Richard Bach, Juan Salvador Gaviota, antes de que Macmillan lo publicara finalmente en 1970. Cinco años después había vendido más de siete millones de ejemplares solamente en los Estados Unidos.



¿No te pasa que a veces te das cuenta que

los otros son los que se la pierden?



Después de haber leído esto, ¿todavía te parecen válidas tus explicaciones y tus razones para no alcanzar tus resultados?



"Una de las cosas más valiosas que he aprendido es

que no siempre... tengo que tener razón."



JEFFREY B. SWART

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