Thursday, October 14, 2004

Beatriz...

Mira, ni siquiera trataré de ser coherente, ni de cuidar las formas... Solo te diré que te recuerdo en Carnavales, sentada a mi lado, riéndonos mientras cosíamos nuestros disfraces de cucarachas (¡mira que la idea de tu madre para el disfraz!), inclinada sobre las alas negras que tratábamos de recortar y coser a prisa, porque el concurso de disfraces era en un par de días escasos y éramos siete las cucarachitas...

Te recuerdo con tu sonrisa tímida y tus ojotes inmensos, mirándonos a nosotras, a las mayores, que hacíamos cosas de niñas chicas...

Te recuerdo muerta de la risa a mi lado en la fiesta, porque solo a ti y a mi no podían identificarnos en aquellos disfraces imposibles, bajo las capuchas negras y el cintillo con las antenas...

Y me niego a recordarte como te vi hoy... dormida para siempre, con tus 20 años resplandecientes, metida en una urna que te quedaba chica porque no era capaz de contenerte con todos los sueños que se te quedaron en el tintero, sin vivir...

Donde quiera que estés, por favor, sigue sonriendo, Beatriz...
Nosotros... nosotros trataremos de no llorarte...

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