Lo más difícil es arrancar raíces,
dejar trozos del rompecabezas.
Lina Zerón
A veces la nostalgia -tan descarnada e inesperada-, me alcanza de lleno y me encuentra totalmente desprevenida, desnuda de escudos y, entonces, me desgaja el alma, me la vuelve líquida y se me sale por los ojos, indetenible... Hoy ha sido uno de esos días... Un mensajito de mi hija que entra al móvil y trae, inesperadísima, una foto del Ávila, esa montaña que me acompañaba siempre, pero sobre todo en los amaneceres desde la ventana de mi salón, con Caracas dormida a sus pies, mientras me tomaba el primer café calentito del día... esa montaña donde quiero mis cenizas abonando esperanzas, cuando la hora de decir adiós me llegue...
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